Es evidente que también existen personas que presumen de ser muy inteligentes, de poseer títulos académicos y que han conseguido, Dios sabe por que clase de misterioso carisma, hacerse famosos sólo por ser portadores de filosofías que ya hace muchos años que se demostraron ser obsoletas y nada acordes con la realidad de unos tiempos donde, los avances tecnológicos y el progreso ,se han convertido en el motor de una sociedad civilizada alejada de dogmatismos ideológicos y de doctrinas que, aunque en otros tiempos pudieran haber tenido una cierta justificación, hoy en día no tienen otra utilidad que la de ser un referente histórico de todo aquello de lo que, un buen gobernante, debe huir como de la peste.
El hecho de que, en España, doctrinarios como los miembros de Podemos hayan conseguido un éxito político tan sorprendente, es evidente que no se debe sólo a sus méritos como comunicadores, sus sistemas de captación de masas y el hecho de pertenecer a una "casta" de universitarios de izquierdas; creemos que se debe, sin duda, a la estrecha colaboración de una prensa, de unos periodistas cómplices y con el afán de adquirir notoriedad; de unas TV entregadas por completo al progresismo, que les han proporcionado el marco adecuado para llegar a unos ciudadanos que han sido golpeados por una crisis, seguida de una recesión, que los ha situado, en muchos casos, en una situación de precariedad económica, de falta de trabajo y de descontento con los partidos tradicionales, a los que les achacan, en ocasiones injustamente, el haber sido los responsables de estos años de recortes y restricciones.
No debemos olvidar los distintos y decepcionantes casos de corrupción que se han ido conociendo, durante los últimos años, y que han sido causa de que los partidos políticos tradicionales, afectados en sus filas por varios casos sonados de corrupción de algunos de sus personajes más notorios; hayan perdido la confianza de muchos de sus votantes que, no encontrando entre los tradicionales partidos aquel que les mereciera confianza, han decidido entregarse en manos de Podemos, más por cansancio, desencanto y revanchismo que por confiar en sus promesas y sus erróneas propuestas económicas que, dentro del mundo en el que nos movemos, en una Europa comunitaria en la que todas las naciones dependen unas de las otras, cualquier sistema filocomunista que se quisiera implantar en nuestra nación, como el que el señor Tsipras de Grecia quiere para los griegos, sería el llevarlo a un camino sin retorno cuyo final sería convertirnos en el farolillo de cola, si es que se nos permitiera seguir formando parte de la UE y la Zona euro.
Choca por su simplicidad, su errónea forma de plantearlo y su fácil refutación, el comentario de una de las "lumbreras" de Podemos, el señor J.C. Monedero, a quien no se le ha ocurrido otra cosa que comparar a, la muy liberal, señora Esperanza Aguirre, del PP, con la señora Marie Le Pen ( que, por cierto se ha convertido en "l'enfant terrible" de la política, más temido por el señor Hollande por la popularidad y la expansión que está logrando en el país galo) simplemente porque dice que doña Esperanza "quiere capitalizar el atentado contra gente que ayer despreciaba". Nos preguntamos ¿qué tendrá que ver que se repudie el criminal atentado contra el semanario francés, Charlie Ebdo, con estar en completa disconformidad con la línea editorial, las caricaturas y los soeces contenidos con los que habitualmente alimentaba el morbo de todos aquellos que leían aquel inmundo panfleto? Somos muchos los que no compartimos la grosería, el ataque a la sensibilidad religiosa de muchas personas y la utilización gratuita de símbolos, personas, perfiles religiosos o imágenes que representan a Dios, sin otro objeto de hacer mofa y befa de ellos, aunque no fuere más que por el respeto que la libertad de pensamiento y creencias se merecen. La señora Aguirre ( a la que parece que ustedes, los de Podemos, temen más de lo que quieren reconocer) puede perfectamente, con todo derecho, estar en contra del asesinato de los periodistas del indicado semanario, sin que ello sea obstáculo para poder estar en contra, como muchas otras personas, del contenido verdaderamente repugnante de dicha publicación.
Claro que, el abrir la espita de la descalificación y usar el procedimiento de los hipopótamos para marcar sus territorios usando la cola ( otros lo hacen con la boca) para esparcir sus excrementos para fijar los límites de su dominio, es algo en lo que las izquierdas y, como no, los señores de Podemos, son unos expertos, lo mismo que en menospreciar a personas de la valía de la señora Aguirre, seguramente porque saben que nunca van a poder llegar, por mucho que lo intenten, a tener las cualidades, la cultura, el don de gentes y la capacidad de la presidenta del PP madrileño.
Otros u otras, en este caso la niña mimada del separatismo catalán, la señora Mónica Terribas, actualmente locutora distinguida de Catalunya Radio, una vieja militante que ha sabido aprovechar su buena sintonía con los partidos promotores de la independencia de Catalunya ( es autora de un tesis titulada: "Televisión, identidad nacional y esfera pública: un estudio comparativo de los programas de debate escoceses y catalanes»); parece que no se resigna a quedar en el incógnito y ha querido dar una muestra más de su fanatismo identitario, cuando se ha manifestado del siguiente modo: "La matanza de Charlie Hebdo nos refuerza en una convicción: en un país libre no se limitan los derechos a la libertad de expresión y opinión de las personas, ni con kalashnikovs, ni -salvando todas las distancias, todas- con políticos e instituciones que esquivan los problemas de fondo a través de la policía y de los juzgados".
Como sus tutores y los que seguramente le han conseguido una retribución de 200.000 euros anuales por su fidelidad a la causa, esta señora, en su ceguera nacionalista, confunde "derecho de expresión y opinión" con el derecho a pedir la independencia de Catalunya de España. Por cierto que, en España, si algo tenemos que funcione bien es precisamente que podemos expresarnos libremente, como lo prueba que ella pueda decir, sin que la metan en la cárcel, sus opiniones por mucho que a algunos nos parezcan tan sectarias, inconsistentes y fuera de lugar que nos gustaría hacer una excepción con ella. En ningún país se contempla el derecho a independizarse de una región del resto de la nación y, mucho menos, cuando la región que lo pide, contrariamente a los que sucede con Escocia, nunca ha tenido personalidad política independiente del resto de la nación.
Lo que sucede, señora Terribas, es que, cuando una persona o colectivo se olvida de acatar la Constitución de su país, incumplen las sentencias de los tribunales, se niegan a acatar las órdenes del TC y todavía se creen que, actuando de esta forma, están ejerciendo un derecho democrático; ha llegado el momento de que se haga un ejercicio de introspección y se analice si, lo que se dice, tiene algún sentido lógico o si, por el contrario, sólo es fruto de una fantasía, una cierta calentura cerebral que es la causante de que, semejantes despropósitos, puedan ser manifestados en público, para decírselos a personas que pudieran estar creyendo que, aquel personaje público que les habla con tanta convicción está diciendo la verdad y no se limita a seguir las normas de quienes la dirigen para confundir, engañar y captar para la causa a quienes, de buena fe, la están escuchando. Dos buenos ejemplos de manipulación informativa. O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, vemos como la desinformación se está abriendo camino en nuestra nación.
Miguel Massanet Bosch