(Publicado en ForumLibertas, aquí)
En Alemania, país que tiene muchas mejores perspectivas para salir de la crisis que el nuestro, gobierna el centroderecha, y una vez más se constata que este tipo de calificativos pierden sentido ante las políticas concretas. Si comparamos el programa de Merckel, a pesar de su alianza con los liberales, podemos constatar que sus contenidos sociales son mejores y mayores que los del Gobierno español, a pesar del alarde sobre su “sensibilidad social” que practica el PSOE.
Para Alemania, la mejor política social es en primer término generar ocupación e impedir que se destruya empleo. Una frase de Merckel lo define con claridad: “cada cien mil desempleados menos equivalen a un ahorro para el Estado de dos mil millones de euros”. Zapatero con su programa postula lo contrario: poca preocupación para generar empleo estable y sobre todo para evitar la destrucción del mismo, más allá de esos millones dedicados a la versión urbana de los Planes de Empleo Rural, que hace años se aplican en Extremadura y Andalucía. Zapatero prefiere subsidiar con una miseria el paro de larga duración y sufragar puestos de trabajo temporales contratados por las administraciones para la práctica de pequeñas obras de dudosa rentabilidad. Es la construcción de una sociedad subsidiada que se paga con endeudamiento.
El Gobierno alemán hace una cosa bien distinta: Por una parte, a corto plazo adopta medidas para asegurar el empleo en la industria y facilitar la creación de ocupación; por otra, adopta medidas para asegurar el sistema público de pensiones a largo plazo. No es la primera vez que lo hace. Por el contrario, en España está inédita cualquier actuación de alcance. Nada se ha abordado salvo retoques estéticos, a pesar de que en el futuro las pensiones públicas quedarán colapsadas si no se actúa pronto. La acción del Gobierno alemán está dirigida a reducir la cuota de la seguridad social que soporta el puesto de trabajo, facilita el mantenimiento de la ocupación y la creación de nuevos puestos de trabajo. También encara a cada persona con su situación real en relación a su pensión futura, algo que en España la política, entendida como un juego de trileros, permanece deliberadamente oculto. Se prefiere esconder las dificultades de futuro y cantar a una realidad sin problemas perfectamente inexistente, con lo que se está estafando a los millones de personas que se sitúan por debajo de los 45 años, porque difícilmente muchos de ellos podrán alcanzar en las actuales condiciones una pensión digna.
También cabe subrayar que en Alemania aumentan las cantidades a desgravar por cada hijo, dando así un impulso a la natalidad. Algo que en España no existe porque lo de los 2.500 euros es simplemente una gota en el mar o, si nos ponemos a peores, una decisión populista.
Así mismo, se incrementan las ayudas a las madres que cuidan personalmente a sus hijos en edad preescolar. Esto no es que en España no se haga, es que nombrar este tipo de políticas sería algo políticamente incorrecto. Los alemanes están convencidos de que este método es mejor para la educación inicial del niño y para preservar mejor su salud, hasta un desarrollo mas completo de su sistema inmunitario.
Estamos ante dos modelos de sociedad unidos a dos tipos de políticas públicas de salida de la crisis. Ahora se tratará de ver quien acierta. Particularmente pensamos que estaríamos mucho mejor en Alemania, o mejor dicho, aquí pero con un gobierno como el alemán.