(Publicado en El Mundo – UPyD, aquí)
Jarro de agua fría al renovado optimismo de Rodríguez Zapatero. Según el Banco de España, la economía española caerá en 2010 aún más de lo que prevé el Gobierno. Es decir, más de lo que el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, anunció a los inversores extranjeros en su exitosa presentación en Londres. El Ministerio de Economía prevé para este año una caída del PIB del 0,3%. Sin embargo, el Banco de España situará ese descenso en el 0,5%.
Ésa es la previsión del supervisor financiero, que fue adelantada a EL MUNDO por fuentes de toda solvencia y que se hará pública el próximo mes de marzo. El dato es casi coincidente con el más pesimista realizado hasta ahora por el organismo internacional fiscalizador por excelencia: el Fondo Monetario Internacional proyectó el pasado 26 de enero para la economía española un crecimiento negativo del PIB del -0,6%.
En el debate económico que tuvo lugar el pasado miércoles en el Congreso de los Diputados, Rodríguez Zapatero volvió a insistir, en su réplica a Mariano Rajoy, en que «la recuperación está cerca». Y añadió: «En el segundo semestre de 2010 volverá el crecimiento, y a final de año se recuperará el empleo».
Como veremos, el servicio de estudios del Banco de España es bastante más realista.
Algunos datos apuntan, según fuentes del Gobierno, a un primer trimestre con crecimiento positivo, lo que significaría salir de la recesión después de casi dos años. Citan, por ejemplo, el crecimiento intertrimestral del 0,3% del consumo de las familias en el último trimestre de 2009, así como la inversión en bienes de equipo (que creció un 3,1% también en ese mismo periodo). El Instituto Nacional de Estadística dio a conocer esos datos esperanzadores el miércoles, justo el día del debate en el Congreso.
La tesis optimista, la que maneja el presidente del Gobierno, se basa en la perspectiva de un crecimiento moderado del PIB («tal vez un 0,1%», dice una fuente) en el primer trimestre de este año, y un incremento aún mayor en el segundo («0,2% o incluso algo más», dice el mismo medio), como consecuencia del adelanto de facturación del IVA para eludir la subida de este impuesto que entra en vigor justo a mitad de año. Es decir, un dato contable, pero que serviría para crear un efecto de consolidación de la salida de la recesión. Eso es lo que da pie al presidente para decir que en el segundo semestre la economía española va a tener ya una velocidad de crucero suficiente como para que se comience a crear empleo en el tramo final del año.
En opinión del Banco de España, las cosas no van a ser tan dulces. Todo lo contrario.
Durante el primer trimestre, España podría seguir en recesión. En primer lugar, porque el largo y duro invierno está teniendo efectos negativos no sólo en España (el paro de enero es una prueba de ello), sino en toda Europa, lo que va a lastrar el efecto que sobre nuestras exportaciones tendría un crecimiento sostenido en la zona euro. El dato de crecimiento cero de Alemania es francamente decepcionante. El gasto público no va a tirar de la economía y el consumo privado no apunta bien en el primer mes del año.
Para el segundo trimestre, en el Banco de España se piensa que, en efecto, la entrada en vigor de la subida del IVA podría tener un «efecto adelantamiento» en la economía que podría dar como resultado un moderado crecimiento (nunca superior al 0,2%). Sin embargo, esa salida de la recesión será flor de un día, ya que el tercer y el cuarto trimestre del año presentan un perfil claramente negativo, según el banco emisor. La desaparición de los estímulos fiscales y la subida de impuestos tendrán consecuencias depresivas para el consumo.
Esa visión es la que lleva al banco central español, cuyo servicio de estudios está considerado como el más reputado del país, a prever para el conjunto del año una cifra de crecimiento del PIB desalentadora para el Gobierno: un -0,5%.
La previsión del Banco de España sobre el déficit para 2010 era, hasta hace un par de semanas, igualmente desoladora para el Ejecutivo. La entidad, a cuyo frente se encuentra el socialista Miguel Ángel Fernández Ordóñez, preveía para este año un desajuste de las cuentas públicas ligeramente superior al 11% sobre el PIB (es decir, casi el mismo que el de 2009).
Sin embargo, esa cifra está ahora en revisión por la decisión del Gobierno de recortar el gasto este año en 5.000 millones. Finalmente, el déficit podría quedar situado en torno al 9% del PIB, dijeron fuentes solventes.
Otro varapalo del Banco de España al optimismo del Gobierno se concreta en la previsión de deuda sobre el PIB. Según los datos que aportó Campa a los inversores en Londres, este año la deuda española sobre el PIB se situaría en el 65,9%. El Banco de España estima que la deuda alcanzará durante este ejercicio el 67% sobre el PIB, lo que significa un crecimiento de 12 puntos sobre el porcentaje de 2009. Todo un récord.
Por supuesto, con ese panorama la cifra de paro se moverá entorno al 19%: es decir, que el desempleo no bajará de los 4 millones. Por tanto, no habrá creación de empleo hasta 2011, como mínimo.
La previsión del Banco de España no se diferencia mucho de la que ha hecho otro de los servicios de estudio más solventes del sector financiero: el del BBVA. Para esta entidad, el PIB caerá entre un 0,5% y un 0,8% en 2010. Este año, dijeron fuentes de la citada entidad bancaria, «es muy complicado a la hora de hacer previsiones porque hay una gran incertidumbre no sólo en España, sino a escala internacional».
España se la juega en 2010. Para el Banco de España, la credibilidad de nuestro país estará en función de si se cumplen o no los compromisos de reducción del déficit público.
Por el momento, los mercados han recibido bien el mensaje del Gobierno de que hay que recortar el gasto. Pero, a partir de ahora, van a mirar con lupa si se cumplen o no los planes de ajuste.
Si a lo largo de este año el Ejecutivo logra reducir el déficit en línea con la propuesta de alcanzar el 3% del PIB en 2013, la deuda no será castigada por los mercados financieros. España sigue siendo uno de los países más solventes del mundo. Sin embargo, si esos compromisos no se cumplen, el diferencial y la prima de riesgo castigarán nuestra deuda y dificultarán aún más la financiación del déficit.
Zapatero necesita, por tanto, un gran acuerdo político para hacer creíble su compromiso. Si se conforma con aplicar el maquillaje, la economía española sufrirá todavía más.