Es muy posible que el señor ZP se crea un predestinado, con la misión de convertir a España en el paraíso del socialismo europeo; también pudiéramos pensar que, tanto él como la señora Salgado, se ven con fuerzas para convencer a Europa de que, siguiendo la política que han venido desarrollando hasta el presente, conseguirán sacar a España de la difícil situación actual y harán crecer el IPB un 1’8%, un 2’9% y un 3’1% en los años 2011, 2012 y 2013 respectivamente; o sea que, el Gobierno está convencido de que a partir del 2012 España regresará a la situación de prosperidad anterior al inicio de la crisis inmobiliaria y las sub prime. Los ciudadanos de a pie, no obstante, más confiados en el famoso sistema de la cuenta de la vieja que en enrevesadas teorías de macro economía, no vemos tan claro que lo que vaticina la señora presidenta segunda del Gobierno sea como ella pronostica y más desconfiados nos atenemos a lo que estamos viendo que acontece en estos momentos. Veamos si nos entendemos, porque el tema tiene perendengues. Si lo que espera la señora Salgado es mejorar las cuentas del Estado mediante aumentos de recaudación impositiva, sería conveniente que nos explicase cómo va a reactivar la economía española para lograr que las empresas produzcan más, sean más competitivas y creen puestos de trabajo para que, el conjunto de estos tres factores, puedan reactivar la demanda interna, hoy en día completamente colapsada. Los que saben de economía hablan de que, sin un crecimiento del PIB de más de un dos por ciento no se crean puestos de trabajo, por lo que, aún ateniéndonos a que este porcentaje mínimo empezase a conseguirse a partir del 2012 y con la fuerza suficiente para crear 300.000 puestos de trabajo anuales; nuestra actual cifra de parados no se reduciría a 800.000 parados hasta el año 2016; una fecha muy alejada a la que precisa nuestra nación para cumplir con las normas de la UE, que exigen que nuestro déficit público se reduzca, como mínimo al 3% del PIB en el 2013.
Es evidente que, por mucho que lo diga la señora Salgado, si los gastos del Estado no se reducen sustancialmente y el endeudamiento público no sigue el mismo camino, no se va a conseguir, y así nos lo indican desde el BCE y Bruselas, que España reduzca su déficit a la cifra prevista por la UE. Aunque, en los próximos meses, antes de la aplicación del aumento de los impuestos, especialmente del IVA, se produzca un aumento de demanda, será sólo coyuntural y a cargo de aquellas personas o sociedades cuyas economías les permitan invertir en compras o hagan acopio de materiales para su producción, con el fin de ahorrarse el diferencial del aumento del impuesto. Una vez aplicados los aumentos, en julio, especialmente en el caso del IVA –un impuesto indirecto que acaba gravando al consumidor –, lo que se puede esperar es que desciendan otra vez las ventas y, especialmente, las de coches, viviendas, objetos de lujo, viajes, hoteles y turismo en general, que se verán afectados, más directamente, por la subida anunciada; salvo que, la Administración, empiece a aplicar excepciones que, por lo numerosas que deberían ser, acaben por desvirtuar la finalidad recaudatoria del impuesto. Así y todo, lo que se puede esperar, si la economía no sufre un empujón antes de finales de año, es que las recaudaciones de impuestos por este concepto fiscal puedan ser, incluso, inferiores a las del año pasado, pese a la mejora circunstancial que se pueda dar en el primer semestre del año.
Si el paro no se contiene, y nos acercamos a los cinco millones, y los gastos de las autonomías siguen tan disparados como en la actualidad, los resultados del 2010 pueden llegar a ser más catastróficos que los del 2009. Por ejemplo, el Gobierno piensa llegar a un acuerdo con las autonomías sobre un plan de austeridad; no obstante el documento que se ha enviado a Bruselas habla de de que el déficit seguirá aumentando por este concepto en los años 2010 y 2011; lo que sitúa al Estado como único destinatario del ajuste fiscal y sólo a partir del 2012 empezarán a surtir efecto las restricciones del gasto autonómico. El ajuste fiscal supone que autonomías y municipios, en el 2012 se tengan que apretar el cinturón y, en teoría, deberían reducir su déficit público, entre el 2011 y el 2012, en un 70%; algo que es difícil de creer que se pueda producir y que, la misma agencia Moody’s, no duda en cuestionar opinando que, esta reducción, no se puede garantizar. Por otra parte, en el plan enviado a Bruselas por la señora Salgado, se habla de una reducción de las remuneraciones de los asalariados del 1’9 puntos porcentuales del PIB de los asalariados en base a una congelación de la Oferta de Empleo Público (todo lo contrario de lo que ha llevado a cabo en los últimos años) con una reposición anual de sólo el 10%. Lo que ocurre es que, si la moderación salarial del 2010 debe ser del 0’2%, esto supondrá la reducción, este mismo ejercicio, de 50.400 trabajadores y, aún así, los estudios técnicos indican que para cumplir el plan la remuneración media por asalariado público debería reducirse en un 3’4% de aquí al 2013.
Así no es extraño que, desde Bruselas, que no son tontos y no se les puede dorar la píldora como hace el señor ZP, en nuestro país, con los ciudadanos que todavía se fían de él, no se crean el cuento de la lechera de la señora Salgado y, en consecuencia, le van a pedir a España que concrete con más precisión las medidas de ajuste que se proponen. Lo que ocurre es que Moody’s acaba de reducir la calificación de nuestras CC.AA debido a su excesivo endeudamiento. En cuanto a la deuda pública del Estado ha pasado de ser del 40% del PIB en el 2008 al 55% en el 2009 y se espera que sea, como mínimo, del 74% en el 2013. Y no perdamos de vista lo que está sucediendo con el problema griego y la actitud de ciertos países, como Alemania, que se muestran refractarios a las ayudas solidarias con países que no han hecho los deberes. La señora Merkel ha insistido en lo declarado por su ministro de Finanzas, respecto a la posibilidad de establecer nuevas normas europeas para aquellas naciones que no cumplan con el Plan de Estabilidad Europeo. La señora Merkel ha sido tajante cuando ha dicho: “En el futuro necesitaremos un texto en el tratado que haga posible, como último recurso, excluir a un país de la zona euro si incumple las condiciones, repetidamente, durante un largo periodo”.
Puede que en España el Gobierno del señor ZP quiera vendernos gato por liebre; incluso es posible que insista en seguir con una política de solventar al problema del paro pagando subsidios y alargando el periodo de percepción de los mismos, pero, si es que no ha perdido la razón y tiene un mínimo de sentido común, hará muy mal en confiar en su buena suerte y dejar de escuchar las recomendaciones que se le están haciendo desde los principales organismos expertos en economía y finanzas de la UE y del propio BCE. Nada más debe prestar atención en las dificultades de Grecia, y eso que esta nación está siguiendo las recomendaciones que se le han hecho, en conseguir apoyo y, en todo caso, la forma draconiana en que se le prestaría en el supuesto de que se decidiesen dárselo. No creo que ZP pueda seguir mareando la perdiz haciendo caso a los Sindicatos y desoyendo las voces sensatas que le aconsejan bien. En todo caso, no hay duda de que haría bien en aterrizar en la realidad, dejarse de utopías tercermundistas y se dejara crecer la barba para que, como indica el refrán, la pudiera poner en remojo viendo lo que les ocurre a países que se nos han adelantado en caer en una situación extrema ante la que nadie, en su sano juicio, puede permanecer indiferente.
Miguel Massanet Bosch