(Publicado en ABC, aquí)
Zapatero, durante el debate de este miércoles / JAIME GARCÍA
El propio Zapatero ha mostrado un semblante descompuesto en más de un momento del debate, que ha durado algo más de cuatro horas. "Vamos a pedir un mayor esfuerzo a todos" para reducir el déficit público. "La situación es difícil y sería insensato ocultarlo", afirma Zapatero, el mismo que tardó meses en admitir la gravedad de la crisis en España y que no ha llevado a cabo ni una sola reforma estructural que le ha reclamado la oposición en bloque de forma insistente en estos años.
Hace apenas una semana Zapatero afirmó a la vista de toda España, tras reunirse con Mariano Rajoy en La Moncloa, que no pensaba acelerar la reducción del déficit (que está en un 11,2 por ciento) para no comprometer el incipiente crecimiento económico. Siete días después se ha presentado en el Congreso para explicar cómo piensa recortar otros 5.000 millones en 2010 y 10.000 millones más en 2011. La Unión Europea forzó a Zapatero a tomar medidas urgentes de una vez por todas, le hizo los deberes y el resultado ha sido que el presidente ha tenido que tragarse sus promesas, sus compromisos, sus palabras y sus acusaciones históricas contra el PP, y ha llevado a cabo el mayo hachazo contra los derechos sociales de la democracia. Zapatero se ha visto obligado a arrinconar sus principios políticos, tras pasarse dos años sin actuar con reformas estructurales contra la crisis, en un intento a la desesperada por ganarse la confianza y la credibilidad de sus socios europeos.
Pese a todo, Zapatero no ha perdido su optimismo y ha vuelto a insistir en que se ha iniciado la recuperación económica, aunque admitió que el tijeretazo supondrá que el crecimiento de 2011 sea unas décimas inferior al previsto.
La respuesta inicial de Mariano Rajoy puede resumirse en un "se lo dije". Ha lamentado que al final haya tenido que seguir unas directrices que no son españolas y que le hayan hecho el trabajo desde fuera: "Va a gobernar tutelado, bajo vigilancia y bajo protectorado". El presidente del PP cree que estos recortes no habrían hecho falta si Zapatero hubiera hecho las cosas a tiempo. "Es su responsabilidad".
Eso sí, Rajoy se ha mostrado dispuesto a hablar con Zapatero, "esta misma tarde", por responsabilidad, pero le ha propuesto sus propias medidas, que pasan, entre otras cosas, por suprimir la vicepresidencia tercera, cuatro ministerios y reducir las subvenciones a los sindicatos, las organizaciones empresariales y a los partidos políticos, algo que ha sentado especialmente mal a Zapatero, que ve atacado un pilar de la democracia si se toca un euro de los sindicatos o los partidos.
«Va por muy mal camino»Con todo, Rajoy ha dejado su respuesta más contundente para su segundo turno, cuando ha tenido tiempo para digerir el hachazo social del Gobierno. "No le vamos a dar un cheque en blanco, por sus antecedentes, falta de credibilidad y demagogia". Ha advertido de que no va a poyar la congelación de las pensiones mientras no se modifiquen los gastos de los sindicatos y organizaciones empresariales. Ha insistido en que hace falta un plan completo y así Zapatero "va por muy mal camino".
Los grupos de CiU y PNV, pese a la dureza de sus críticas, se han comprometido a actuar con responsabilidad, lo mismo que Coalición Canaria. Apoyos no le van a faltar a Zapatero una vez más. Pero la izquierda parlamentaria, IU-ICV, le ha puesto otra vez frente a su espejo: "Es insólito que un Gobierno de izquierdas tome estas medidas". De hecho, Joan Herrera le ha propuesto retirar las tropas de Afganistán para no tener que congelar las pensiones, y le ha pedido una nueva reforma fiscal que afecte a los que más tienen.
Zapatero ha visto el cielo abierto con esa propuesta de IU-ICV. Le ha permitido recuperar cierto discurso izquierdista, a estas alturas ya con muy poca credibilidad, y ha asegurado que el Gobierno no descarta nuevas medidas fiscales para que los que más tienen hagan más esfuerzo. "El Gobierno está convencido de ello", dijo, tan sólo pocos minutos de recortar derechos a funcionarios, pensionistas y futuras madres. ¿Se trata de una nueva subida de impuestos? A la oposición desde luego el ha sonado a eso, pero Zapatero, en la sesión de control posterior, lo ha negado y sólo ha hablado de otras medidas que afectarían "a los que más tienen", sin citar una sola.
La sensación en el Congreso es de que acaba una etapa y empieza otra muy distinta mucho más dura… pero con el mismo Gobierno y con el mismo presidente.