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¿Acusa Europa el lastre de Grecia y España? (por Miguel Massanet Bosch)

Publicada el junio 1, 2010 por admin6567
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Uno, aunque no es experto en economía, lee la prensa, busca por los rincones artículos que suelen pasar desapercibidos  e intenta digerirlos, sin más ayuda que un poco de sentido común, otro poco de experiencia y una espolvoreada de las sabias conclusiones a las que llegó el famoso Edward A. Murphy Jr en su recopilación de leyes de probabilidades. Por eso, cuando me he enterado de que la solvencia de la deuda española había sido puesta en duda por otra de las tres principales agencias de ratings de, la Fitch Ratings, que siguiendo el camino iniciado, el mes pasado, por Standard&Poor’s, ha reducido la calificación de nuestra Deuda pública al escalón AA+; no he podido menos que relacionarlo con las medidas adoptadas por nuestro Gobierno, para intentar sacarnos de la situación extrema en la que nos ha metido. Pero, no se queda sólo en esta particular circunstancia las tribulaciones que estamos soportando si queremos fijarnos en otra noticia que tiene mucho que ver con nuestra moneda europea única. Según Invertia, desde que se produjo la tensión de las finanzas de Grecia, el euro ha perdido un 10% de su valoración frente al dólar americano. ¿Deberíamos concluir que esta importante caída de nuestra moneda única sólo se debe a la situación griega o, mejor, podríamos decir que esta España, del señor Zapatero y los socialistas, ha contribuido tanto o más al empeoramiento de la situación del resto de países europeos, que ya estaban empezando a dar muestras de recuperación?

A pesar que nuestros ministros están pretendiendo atribuir al evidente deterioro de la situación de Europa a causa de los ramalazos de la crisis y a sus repercusiones en el resto del mundo, los problemas por los que estamos atravesando; no nos engañemos porque, como en casi todo lo que ocurre en este viejo planeta, todavía existen categorías, hay evidentes diferencias y se aprecia, con claridad, la distinta situación de aquellos países que se apresuraron a tomar la iniciativa, pusieron en orden sus problemas internos y supieron enfrentarse al mal trago con decisiones firmes, sin complejos y aplicando las medidas paliativas necesarias, por duras que fueran; si los comparamos a aquellos otros que, como España, actuaron como la cigarra de la fábula,¡Dios sabe por qué espurios enredos! y se negaron a admitir que, con el estallido de nuestra burbuja inmobiliaria y la consecuente descapitalización de muchas de nuestras empresas financieras, nos situábamos a la cola de aquellos que se habían subido al bote salvavidas de la recuperación económica. Suena a broma de mal gusto escuchar al señor Pepiño Blanco vociferar, en un éxtasis de desesperación y maledicencia, contra el PP; acusándolo de ser la “vergüenza de Europa” por no haber querido arrimar el hombro a la política del señor Zapatero. Probablemente este hombrecillo es incapaz de reflexionar sobre lo que dice y darse cuenta de que, salvo a aquellos sectarios que votarán a su partido aun que nos lleve otra vez a las cavernas del Neandertal; si algo ha hecho bien el partido de la oposición es, precisamente, no querer apoyar unas medidas que se han demostrado tan equivocadas como inapropiadas, absurdas, despilfarradoras, inútiles y, evidentemente, partidistas y contrarias a las que se deberían haber aplicado si se hubieran meditado, sin prejuicios partidistas, antes de implantarlas. Resulta un ejercicio falsario pretender trasladar la responsabilidad de lo sucedido en nuestro país al partido que está fuera del Gobierno.

A pesar de que no se atreven a decirlo, para no agravar más la crisis del euro, en Europa están poniendo velas a Santa Rita, abogada de los imposibles, para que, a pesar del Fondo establecido para ayudar a países en situación crítica, España, no acabe por desplomarse antes de que ellos hayan conseguido afianzar sus propias finanzas. Porque, en nuestra nación, en estos momentos, suceden cosas a las que no se les presta la debida atención, pero que contribuyen a fijar el mapa siniestro de nuestra verdadera situación, gracias a los bandazos del partido en el Gobierno:

Un grave problema lo tenemos en nuestro sistema bancario (bancos y cajas). El Banco de España está pugnando por poner remedio pero, lo cierto es que, el agujero que se ha generado en este sector, no se puede rellenar sólo con intervenciones directas de dicha entidad. Activos inmobiliarios supervalorados en los balances; morosidad elevadísima que no se provisiona (tenían 6 años para cubrir estos agujeros contables) y que ahora según las nuevas instrucciones del BE deberán provisionarse en el plazo de un año. Consecuencia de ello, los balances de muchas de estas entidades no reflejan su verdadera situación ni la desvalorización que han sufrido los inmuebles que garantizaban los créditos, han sufrido como consecuencia del desplome de su valor real.

Los precios de las viviendas siguen en baja y así seguirán, según informe del BE, hasta el 2012. De acuerdo con tal predicción, es posible que el precio de los pisos caiga hasta un 40% y el del suelo lo haga hasta un 50%.  Según el BBVA, el sector de de la construcción y la promoción, concentra casi el 50% de la deuda empresarial; algo que se considera “difícilmente digerible”. Según Vivienda, en España tenemos 1.000.000 de pisos nuevos sin vender; la ministra Corredor quiere dar ánimos y habla de “estabilización del sector”; pero la deuda de promotoras y constructores está ahí y ella es la que, de no remediarse la situación en breve, los va a conducir a la quiebra.  El BBVA también afirma de que, potencialmente, existe una demanda de 300.000 a 350.000 viviendas al año, lo que, en el mejor de los casos, serviría para rebajar el stock en unos dos o tres años; suponiendo que, durante dicho lapso de tiempo, no se construyeran más. Lo que sucede es que, la situación de la posible demanda está condicionada a las posibilidades de muchos miles de familias que están en desempleo, tienen su puesto de trabajo en el aire o apenas pueden subsistir con sus salarios.

No hay reforma laboral. Los sindicatos no quieren perjudicar al Gobierno y alargan la anunciada Huelga General, pero es muy posible que la presión social acabe por desbordarlos, si no toman una iniciativa en contra de la política del Gobierno. El mismo FMI acaba de estirar otra vez las orejas al Gobierno de España, pidiéndole que adopte medidas económicas “urgentes y decisivas” y, entre ellas, “una reforma del mercado laboral, radical”, así como “una reestructuración del sistema bancario”, insistiendo en la necesidad de emprender “una reforma “audaz” del sistema de pensiones”. No se creará más empleo si, el PBI, no llega a superar el 2’5% y, para decepción de los españoles, el Ejecutivo se ha visto obligado a rebajar sus previsiones de crecimiento para este año, del 1’8% previsto al 1’3%. Por otra parte, como consecuencia de la rebaja del rating de nuestra deuda, va a ser inevitable aumentar la prima de nuestros bonos, letras del tesoro y obligaciones; lo que significa pagar más dinero a los inversores, amén de otros efectos negativos como que, nuestra Deuda pública, llegue al 78% del PIB en el 2013 o que, la espiral de nuestro déficit público, en lugar de disminuir, siga en aumento hasta ponerse en una cifra aproximada del 14% , cuando, en teoría, en tales fechas debería ser del 3%, tal y como dispone la Cláusula de Estabilidad de la UE.

¿Puede Europa dormir tranquila con esta perspectiva? Me temo que no. Es posible que, si no cambian las circunstancias de nuestra economía, no van a tardar en producirse nuevas intervenciones, en esta ocasión más radicales, incluso con la posibilidad de que se nos excluya del euro. Estén vigilantes, porque la situación es crítica.

 

Miguel Massanet Bosch

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Juan Andrés Buedo: Soy pensionista de jubilación. Durante mi vida laboral fui funcionario, profesor, investigador social y publicista.
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