(Publicado en Blog La cuenta atrás-Terra, aquí)
El cálculo de bolsillo que se hace cualquier mortal sobre sus realidades, sus limitaciones y sus posibilidades es lo que hace el presidente del Gobierno. Y en esta cuenta atrás de la Legislatura, prácticamente no piensa en otra cosa.
El Palacio de la Moncloa se ha transformado en una inmensa calculadora programada para dos operaciones fundamentales: A) Calcular hasta dónde llega la crisis y resultados de las medidas anticrisis y B) Calcular el toma y daca que hay que mantener con los nacionalistas para asegurar la estabilidad parlamentaria.
Para el cálculo de A, Rodríguez Zapatero cuenta con ministros y asesores, pero el cálculo de B lo lleva personalmente, como se ha visto en las últimas 48 horas, con el grosero espectáculo de las negociaciones y votaciones de PNV y CiU en el Parlamento y con la confusa reunión de los presidentes español y catalán a cuenta del Estatut.
El presidente ya no cuenta con apoyo seguro en el Congreso más allá del Grupo Socialista. Imposibilitado de sacar adelante leyes que no sean de mayoría simple, se niega a dimitir y convocar elecciones. Está dispuesto a resistir hasta finales de 2011, con el gravísimo problema de que no tiene votos suficientes para aprobar los Presupuestos del Estado del próximo año.
Los nacionalistas catalanes, con elecciones autonómicas en octubre, no votarán esos Presupuestos y contribuyen al deterioro del presidente sin dejar que se hunda del todo. Les interesa mucho más un Jefe del Gobierno de la nación débil que fuerte.
Semejante actitud tiene el Partido Nacionalista Vasco. Sus votos le son imprescindibles a Zapatero para sacar los Presupuestos y están dispuestos a venderlos, no caros, carísimos.
En resumen, si Zapatero quiere seguir como presidente a cualquier precio y los nacionalistas y resto de grupos de la oposición quieren aprovechar su debilidad para obtener la máxima de tajada, ¿cuánto nos costará a los ciudadanos los 15 ó 16 meses que quedan de Legislatura?
En dinero no se puede precisar, pero hay tres datos significativos: las CC.AA. han recibido este año una financiación extra equivalente al déficit del Estado; a iniciativa de ERC-IU, el subsidio de 426 € a parados sin cobertura de desempleo se prorrogará otros seis meses aunque iba a finalizar en agosto; la paralización de las obras del AVE a Cantabria, dentro del recorte del gasto público ha sido anulada tras la amenaza del presidente cántabro de romper su alianza con el PSOE en aquella comunidad.
Y hay nuevos costes más o menos pecuniarios, que importan muchísimo a los ciudadanos, en el horizonte de las próximas semanas y meses:
– resultado final de las reformas del mercado laboral y del sistema de pensiones, habida cuenta que el Gobierno ya ha sufrido cinco derrotas en el Congreso por el pensionazo.
– desenlace constitucional, lingüístico, judicial, económico y fiscal del cúmulo de disparates en torno al Estatuto de Cataluña.
– factura a abonar al PNV para que ayude a ZP en los Presupuestos, en la que puede entrar: más competencias para Euskadi, cambio de denominación oficial de las provincias vascas, cierto reconocimiento del llamado "derecho a decidir del pueblo vasco", admitir selecciones nacionales deportivas vascas en competiciones oficiales internacionales…