En un interesante artículo publicado en un rotativo catalán, su autor, Lalo Agustina, nos desvela algo que sería capaz, por si solo, de que se nos erizaran los vellos a todos los españoles y tomáramos conciencia de que, lo que se nos trasmite desde el Gobierno, lo que percibimos a través de la prensa y lo que escuchamos en radios y TV, no es más que una parte insignificante del problema que nos está afectando a los españoles en esta singladura en la que, el PSOE, está al frente de España dirigiendo sus destinos. Según el articulista el “endeudamiento total de nuestro país asciende a la astronómica cifra de los 2.810.000 millones de euros”, es decir cerca de los 3 billones de euros. No tengo porque dudar de la solvencia del autor del reportaje ni mucho menos poner en cuestión el hecho de que quienes nos gobiernan hayan sido capaces de llevar a España a una situación extrema; lo que confirma la afirmación irrefutable de que, el endeudamiento del Estado, autonomías, empresas y particulares, ha superado los límites de lo admisible y razonable, de modo que, tal y como están las cosas, la carga que ha caído sobre los ciudadanos españoles va a hipotecar, no sólo a las generaciones actuales, sino que, con toda probabilidad, a aquellas que todavía están por venir.
Sin querer profundizar en las causas que han hecho que hayamos llegado a este estado de cosas, cuando la economía española está pendiente de un hilo, sujeta a las ayudas que podamos recibir de Europa, a través del BCE y del FMI; sin querer juzgar la actuación temeraria de nuestras entidades financieras, bancos y cajas, en cuanto a su papel determinante en la explosión de la “burbuja inmobiliaria”; sin ensañarnos con la responsabilidad de un Gobierno que negó la crisis, que la aceptó cuando ya no tenía remedio y que no la ha sabido capear hasta que hemos llegado al extremo de que, para evitar la quiebra soberana, los europeos han tenido que acudir en nuestra ayuda. Veamos señores lo que están haciendo, entre tanto, el señor Rodríguez Zapatero y todos sus ministros y colaboradores, sin dejar en el tintero a los gobiernos de las comunidades autónomas; para ayudarnos a los ciudadanos de a pie a salir de estas pantanosas tierras, en las que nos sentimos atrapados sin que, de momento, hayamos conseguido asirnos a la soga de la esperanza que consiga arrastrarnos al terreno firme de la confianza en el futuro y en la recuperación de nuestra nación.
Y lo cierto es que, al profundizar en las “hazañas” de quienes nos gobiernan, la preocupación e inquietud le ceden el paso a la consternación y a la estupefacción, hasta el punto de que todo se convierte en un grito de irritación y repudio hacia un estado de cosas que clama contra el cielo y que nos viene a confirmar que, si seguimos en manos de los que nos conducen irremediablemente a la ruina, nuestro destino está trazado. En efecto, vamos conociendo ciertos hechos, actuaciones gubernamentales y ministeriales, desmanes y despilfarros, cometidos por las Administraciones centrales y periféricas, que no podemos comprender que tengan lugar en España cuando tenemos casi cinco millones de parados, los pobres vergonzantes cada día van creciendo en número y los comedores de las asociaciones caritativas, la mayoría a cargo de la Iglesia católica, no dan abasto para recibir a nuevos comensales, algunos de ellos, hasta hace poco, gente de cuello y corbata. ¿Saben ustedes que la estrategia del ministerio de Ciencia, de la señora Garmendía, ha sido invertir más de 3.000 millones de euros para conseguir producir 29.700 puestos de trabajo? Es decir, que cada uno de los puestos nos ha costado a los españoles ¡más de 100.000 euros! Imagínense ustedes si las ayudas se hubieran enfocado a las empresas privadas para poderse financiar, ¡cuántos puestos se hubieran conseguido! y con más perspectivas de futuro, sin duda.
Pero no nos quedemos enrocados en este ejemplo. El señor ZP ha previsto en los PGE un programa para “imprevistos y funciones no clasificadas”, algo que, como se ve, suena a sospechoso por su falta de concreción y que, al parecer, se trata de una reserva que tiene el Gobierno destinada a recabar apoyo de la oposición para la aprobación de los PGE del próximo año 2011. Esta partida ha sido dotada con 228 millones de euros para el 2011 cuando para este año sólo fueron 211 o sea que se ha incrementado ¡en un 472%! Sigamos. El señor Moratinos, siempre tan espléndido con los dineros de los contribuyentes, se ha destapado con una subvención a una ONG progresista, la Asamblea de Cooperación por la Paz (¿qué tendrá esta palabra que tanto pone a nuestros socialistas?), que se define como laica e independiente, a la que le ha entregado 24 millones de euros. Lo curioso es que, estos fondos, serán destinados a “apoyar a la sociedad, democrática y progresista de los países en vías de desarrollo”, ya pueden ustedes imaginarse en manos de quienes irán a parar estas dotaciones. No acaban aquí las sorpresas. Por ejemplo, el Gobierno, después de esta extraña huelga del 29 de septiembre en la que el comportamiento de los sindicatos con el Gobierno y viceversa ha resultado “versallesco”; las buenas relaciones institucionales entre ambas partes han quedado confirmadas con 850.000 euros de subvención para sus compromisos, entre los que, seguramente, quedan incluidos no crear más problemas al Ejecutivo.
Como era de esperar el ministerio de Cultura de la señora González Sinde no se iba a quedar atrás en lo de favorecer a sus “amigos”, que no debemos de olvidar que mayoritariamente están en el entorno del cine, ya que ella es guionista. No queremos dudar de su rectitud ni queremos pensar en contraprestaciones, pero lo que si suponemos es que, todo el dinero que se destina a la promoción del cine español requerirá, como contrapartida, el apoyo incondicional de la farándula al gobierno del señor Zapatero ¡faltaría más! Así las cosas no nos debe sorprender que el Instituto de Cinematografía, regido por el señor Guardáns, haya otorgado al mundo del cine 11 millones de euros para documentales, largometrajes y cortometrajes. Ustedes seguramente se preguntarán, ¿por qué motivo se ayuda a estos señores del cine que tan poco consiguen con sus producciones, dentro y fuera del territorio nacional, reciben tan a menudo ayudas, cuando otras empresas, otras sociedades industriales u otros ramos de la producción, los servicios y la agricultura tienen que cerrar sus explotaciones por falta de ayudas y créditos? No lo sé, pregúntenselo a la señora González.
Pero en Catalunya, el señor Montilla, no vayan a creer que se queda corto. Como les sobran los cuartos, tanto que han puesto en marcha la emisión de unos bonos (que el Estado se ha negado a avalar) de 1000 euros con un 4’75% de interés, para conseguir atender a sus compromisos más ineludibles.; el señor presidente de la Generalitat ha decidido mostrarse generoso con la selección catalana de fútbol sala; no sé si, debido a que es fan de este deporte o porque estima que le van a ayudar a ganar las próximas elecciones autonómicas. El caso es que les ha entregado 153.000 euros para que se vayan apañando. Para que lo puedan comprender, se da el caso de que esta selección de jugadores depende del “despilfarrador número uno del Tripartit” el señor Carod Rovira, el mismo que va de viaje a cargo del presupuesto de la Generalitat, abriendo “embajadas catalanas” para representar a Catalunya como una “emergente nacionalidad europea”.
Esta es, señores, la forma como se gastan nuestros impuestos. Sobran comentarios.
Raimundo Lulio lo definió así: “Quien da lo que ha quitado no sólo no es liberal, sino que es hipócrita” Yo diría que lo que estos sujetos son: son sinvergüenzas.
Miguel Massanet Bosch