Oscar Wilde decía: “La única manera de librarse de una tentación es ceder a ella”. Y me refiero el gran literato inglés porque, si alguno hubiera tenido la idea de que, con la supresión del ministerio de Igualdad o, lo que es lo mismo, su integración en el de Sanidad (¡qué tendrá que ver lo uno con lo otro!); ya había dejado de existir la amenaza de las habituales incontinencias de la señora Bibiano Aído y, los ciudadanos, podíamos respirar tranquilos. Es evidente que, esta pareja de feministas, ahora unidas bajo el palio del ministerio de Sanidad, el de la señora Pajín, no han dejado de conspirar para irnos dejando las “perlas” de su ideario, evidentemente doctrinario, sectario y totalitario. No hace muchos días la señora Pajín nos dio una muestra de sus “profundos” conocimientos del idioma español cuando, ante los micrófonos de la cadena SER, y hablando de la Ley antitabaco, nos alegró los oídos con la siguiente consideración: “La erradicación de la violencia de género, aunque se ha avanzado mucho, no será de la noche a la mañana”, recalcando que le gustaría que la sociedad se quedara con “ la fotografía completa, no sólo con la gramática dura y difícil de las mujeres asesinadas”. Habíamos oído hablar de gramática parda, gramática especulativa, gramática descriptiva etc., pero les aseguro que, en los años que llevo viviendo, nunca había escuchado a nadie decir “gramática dura”; si, por supuesto “cabeza dura” o “represión dura” o, incluso “pornografía dura”. Es posible que la señora ministra quisiera decir “la aritmética dura” lo que, evidentemente concordaría mucho mujer con “mujeres asesinadas” y le daría sentido a la oración. Pero no acertó a hacerlo.
No obstante, no ha tardado mucho, la señora ministra, en salir de nuevo a la palestra para anunciarnos otra de sus ocurrencias. Como decía antes, no ha podido resistirse a la tentación de hacer que su nombre suene para ocupar, una vez más, los titulares de la prensa con lo que alimenta su ego feminista. Es incuestionable que, esta jovencita socialista, no quiere que se diga de ella que no tiene ideas, que su capacidad para el trabajo que se le ha asignado raya en la nulidad y que su contribución al ensalzamiento del Ejecutivo del señor ZP, haya pecado de inapreciable. Ahora lo que pretende, nuestra inquieta ministra de Sanidad, es nada menos que “construir una sociedad que no humille a nadie”, vamos, algo así como la cuadratura del círculo o, lo mismo que pretender lo que, la mayoría de religiones que existen sobre la Tierra, han intentado conseguir desde que el Mundo es mundo. Lo curioso es que, cuando ha dado las líneas maestras de lo que pretende que sea esta nueva ley que nos propone, se ha referido a los problemas de discriminación que existen en la sociedad por medio de un “tratamiento político, jurídico y social”, lo que nos hace preguntarnos ¿por qué no, también : ético y moral?. Si no andamos muy desencaminados nuestra Constitución ya hace referencia en su artículo 14 a algo parecido a lo que propone la señora Leire Pajín cuando dice: “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.” ¿No bastan nuestros tribunales para hacerlo cumplir?
Podríamos pensar que ha querido obviar con ello el tema del artº 15 de la Constitución cuando habla de que “Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso, puedan ser sometidos a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes. Queda abolida la pena de muerte, salvo lo que puedan disponer las leyes penales militares para tiempos de guerra” quizá para no poner en apuros a su amiga Aído que, en su periodo de ministra de Igualdad, puso toda la carne en el asador para endurecer la ley del aborto con las consecuencias que todos sabemos. No se ha quedado corta la ministra cuando ha pretendido tipificar las clases de discriminación entre la que ha incluido la discapacidad; orientación e identidad sexual ¿será esto un tipo de discriminación o más bien un intento de crear dudas innecesarias y tendenciosas en los chavales, para que acaben hechos un lío?; edad o enfermedad. Pero, donde pone su especial empeño es en la casuística, tan exhaustiva, que la convierte en una especie de jerigonza enrevesada que está reñida con las cualidades que se agradecen de las leyes: la claridad, la facilidad de comprensión y la brevedad, lo que se consigue con una definición prístina que no de lugar a falsas interpretaciones y malos entendidos.
Pero, como la ley que propone la señora Leire Pajín hace hincapié en el tema de la humillación, un término que utiliza en lugar del de discriminación, seguramente para referirse a determinados casos particulares, a los que los socialistas son especialmente sensibles, como podría ser el caso de los gays y lesbianas, no estaría de más que le recordáramos que esperamos que, si se aprueba esta ley – está previsto que se apruebe en el 2013, lo que, sin duda, puede suponer un brindis al sol, si tenemos en cuenta la debacle que parece que se cierne sobre el PSOE, en cuanto a sus posibilidades de ganar las próximas elecciones – empiecen por tomar en cuenta algunas sonadas humillaciones a las que hemos estado sometidos los ciudadanos españoles durante los años que han estado gobernando España. Empezaremos por la de haber recibido una España boyante, reconocida internacionalmente, con una tasa de desempleo reducida en 5.000.000 de parados respecto a la situación en la que el señor F.González se la entregó al señor Aznar. Ahora, gracias a la nefasta gestión de ZP y su gobierno, los ciudadanos nos vemos humillados a tener que soportar un paro de 4.500.000 de obreros y estamos sumidos en la más vergonzosa crisis, que nos sitúa en el número 7 de los países en peligro de no poder pagar nuestra deuda pública; cuando, en el tercer trimestre del año pasado, ocupaba el 21 y, hace un año, el 34; aparte de haber sido amonestados, seriamente, desde Bruselas para que cambiáramos nuestras políticas, contuviéramos gastos y modificáramos el sistema de nuestras pensiones; bajo la amenaza de dejarnos que quebráramos. ¡Si esto no es una humillación que venga la Pajín a contármelo!
Y, hablando de humillaciones a los ciudadanos, convendría que nos explicara el Gobierno ¿cómo considera el trato vejatorio que se le viene dando a la Iglesia católica?, y si tomara cuenta de las veces en las que, sus amigos de la ceja, los “progres” a los que ampara, los colectivos de homosexuales a los que defiende y los de la farándula a los que viene subvencionando con cantidades millonarias; han cargado con toda clase de insultos, descalificaciones, sátiras obscenas, representaciones de mal gusto y sacrílegas y toda clase de invectivas contra lo que, para los católicos, son símbolos de su religión, autoridades eclesiásticas y, para mayor INRI, la propia figura del Papa de Roma, que parece que se ha convertido en el blanco preferido de estos “demócratas” de opereta, que parece que sólo se ofenden cuando alguien les critica o pone en cuestión sus obsoletas ideas, pero que, en cuanto se trata de imponer de forma totalitaria sus ideas, no parece que exista freno moral, ético, político o jurídico capaz de detenerlos. Es muy curioso que la señora Pajín hable de humillaciones, de desprecios o de discriminación cuando, en España, existe un tratamiento penal discriminatorio a favor de las mujeres, cuando a la violencia de género se refiere y, un sistema paritario, que impide que para los cargos públicos se escoja a los más válidos y preparados, a causa de que existe una ley de paridad que obliga a poner tantos hombres como mujeres. Otra cortina de humo para ocultar la caída imparable de España hacia el abismo de la pobreza. Vae victis!
Miguel Massanet Bosch