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¿Fabricar dinero es la solución de Europa? (por Miguel Massanet Bosch)

Publicada el enero 21, 2011 por admin6567
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¿Qué pensarían ustedes si, de pronto, el Banco de España empezara a emitir, por su cuenta, euros? Lo primero que se les ocurriría es que, el señor Fernández Ordóñez, había padecido un ataque de locura. Sin embargo, no se lleven las manos a la cabeza ni se espanten de tal posibilidad porque, el hecho cierto es que, en Irlanda –este país que ha tenido que ser intervenido a causa de que el gobierno de Dublín carece de capacidad financiera suficiente para asumir el gran agujero de su banca, lo que ha precisado de la intervención de la UE, el FMI y también el Reino Unido –, su Banco Central, ha empezado a fabricar euros por su cuenta, para aquello que se llama “ la monetarización directa de deuda bancaria”, en este particular caso la de los bancos en problemas de su propio país, Irlanda. Los que no somos expertos en economía y, no obstante, tenemos una cierta idea de algunas de las reglas económicas por las que se rige el Tratado de la Unión Europea, hemos leído que “ningún banco central, incluido el BCE, podrá adquirido deuda de gobiernos o entidades públicas”, sabemos que las normas están hechas para no ser cumplidas y, efectivamente, desde el mes de mayo del pasado año, el BCE anunció que comenzaría a comprar directamente deuda pública de los PIIGS, ¿cómo hacerlo si no estaba facultado para ello? Señores, no seamos ingenuos, ¡hecha la ley hecha la trampa! Comprándola en el mercado secundario.

Les explico, porque el caso más flagrante lo tenemos en nuestro propio país. El Gobierno emite bonos o letras y se los endosa a los bancos del país que luego se lo traspasan al BCE, que es quién se queda toda la bazofia financiera de las deudas basuras de las que ya se dice que tiene acumuladas, en sus cajas, la friolera de 76.500 millones de euros desde el pasado 10 de mayo. Naturalmente, este sistema (crunch) tiene un efecto perverso para la economía nacional, que consiste en que, a los bancos no les queda posibilidad de cubrir los créditos que les solicitan las empresas o particulares nacionales, con lo cual su liquidez mengua y sus posibilidades de renovarse, pagar sus propios créditos o, simplemente, sobrevivir, quedan en entredicho; mientras el Estado sigue su política de obligar a las entidades bancarias a recolocar su deuda. Lo que hay de nuevo en este paso adelante hacia lo que, seguramente, llegará un momento en que va a causar una importante desvalorización del euro; es que, hasta este momento, quien emitía la moneda europea era el propio BCE y, mal que bien, el darle a la máquina de fabricar dinero  –algo que, por otra parte, están utilizando desde hace tiempo, la propia FED de los EE.UU, Inglaterra y el Japón – quedaba centralizado en dicha entidad que, como es conocido de todos, está subvencionada por los distintos países de la UE , incluida España, lo que comporta que, cada euro que “fabrica” el BCE, para pagar la deuda de las naciones que no supieron enfrentarse a la crisis, significa un empobrecimiento de los bolsillos de los contribuyentes europeos, entre los que nos contamos. Ahora parece que lo que hace Irlanda, con conocimiento del BCE, también es legal; gracias a los intríngulis legales que manejan aquellos que siempre dejan abierta una puerta para escaparse al encorsetamiento de las leyes. Creo que era Romanones que decía: “hagan ustedes las leyes y déjenme a mi los reglamentos”.

Lo que me pregunto, en mi incapacidad para asimilar determinadas cuestiones económicas, es ¿qué es lo que ocurriría si todos los países incluidos en la denominación PIIGS, se dedican a, en lugar de emitir deuda que les resulta cara y, en ocasiones, no fácil de colocar; solucionan sus dificultades de liquidez empleando el mismo sistema que, con tanta habilidad, están utilizando los irlandeses: fabricar euros? El hecho es que si se le autoriza a Irlanda ¿ por qué narices no lo podemos aplicar a España? y, si Irlanda resulta que fabricando euros ha ayudado a sus bancos en dificultades con la cifra de 51.094 millones de euros al cierre del año 2010 ( datos recogidos de LD); esto ha supuesto que se ha cargado con un equivalente de valores basura que, por otro camino hubieran ido a pagar al BCE; ¿ que le impide al Banco de España acudir al mismo método de adquirir liquidez? ¿ No será que el BCE se está ya saturando de tanta deuda pública?, ¿no será que el euro se está empobreciendo a los piques? o ¿no será que, cada vez, les cuesta más a los europeos convencer a las grandes potencias de que sigan financiando, a cargo de sus presupuestos, a estos países que no supieron arbitrar las medidas de defensa contra la crisis, emperrados en negarla o pensando que, con inventos mágicos de “sostenibilidad” y “energías naturales”, serían capaces de salir de sus problemas por si solos? Puede que haya un poco de todo.

La pregunta es la siguiente: ¿es bueno para Europa que el recurso extremo del BCI para la financiación del enorme agujero de la banca privada irlandesa, se vaya contagiando a otros países como Portugal, España o Italia? Y cabe hacer otra observación: ¿cómo se van a tomar los mercados internacionales que se recurra a los bancos centrales de cada país, rompiendo la unidad de emisión de moneda en Europa, cuando el euro se vaya devaluando debido a las sucesivas inyecciones de liquidez que se vayan aportando al sistema monetario? A mi, señores, un simple ciudadano de este complejo mecano en el que se ha convertido este proyecto de unificación de Europa, me da la sensación de que nos hacen bailar al son de los intereses de algunas naciones que saben manejar sus peones con la habilidad de un consumado jugador de ajedrez y que se podría pensar que, no necesariamente, se están preocupando en construir una Europa fuerte y unida, sino, más bien pudiera parecer que lo que buscan es situarse en posición de ventaja ante los mercados internacionales, llevarse la parte del león del gran pastel  que ofrecen naciones como la India, China, Brasil y todos aquellos otros países que están emergiendo en el extremo oriente; en un reparto preestablecido de mercados; en el que no sería raro que, en compensación, dejaran a potencias como la China que nos colonizase, nos absorbiese y se convirtiese en nuestro principal acreedor de deuda pública; como un primer paso para hacerse con nuestra industria, convertirse en nuestro primer proveedor de materias estratégicas y enviarnos a sus técnicos, directivos y obreros para hacerse cargo de su desarrollo colonizador, naturalmente, a costa de los españoles.

En otro escrito hablé, desde el punto de vista de un profano, sobre la escasa fiabilidad de este tipo de moneda “virtual” en la que se ha convertido, hoy en día, aquella moneda que dependía del patrón oro y que, evidentemente, estaba respaldada por dicho metal precioso. Ya son muchos los economistas que, viendo en lo que se va convirtiendo el sistema monetario en el mundo, esta especie de fuelle que se magnifica o se encoge en función de las necesidades de importación o exportación de los productos de cada nación, pero que, no obstante, se ha convertido en un ataque directo a las economías familiares, al ahorro privado, a la garantía del futuro del individuo o a la marcha del pequeño comercio, tan vital para la economía nacional de cualquier país. Tengo la sensación de que los ciudadanos estamos atrapados en una trampa de la que no podremos librarnos fácilmente, que no depende ni de derechas ni de izquierdas, sino que está en las manos de los grandes lobbies internacionales. Somos diminutos y cada vez lo vamos siendo más y no nos damos cuenta de que, por mucho que nos rebelemos, dependemos íntegramente de quienes nos quieren hacer creer que somos nosotros quienes elegimos a quienes nos gobiernan y que estamos en una democracia. Nada de esto. Benavente decía:”La disciplina consiste en que un imbécil se haga obedecer por los que son más inteligente” saquen ustedes sus conclusiones.

Miguel Massanet Bosch

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Juan Andrés Buedo: Soy pensionista de jubilación. Durante mi vida laboral fui funcionario, profesor, investigador social y publicista.
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