Cuesta creerlo pero, no obstante, debemos admitirlo. El Gobierno continúa en su política de pretender vendernos a los ciudadanos gato por liebre. Ha llegado un momento en el que no sabemos si es que se nos toma por lelos o los lelos son ellos, cuando siguen intentando una y otra vez que nos traguemos todas cuantas trolas llegan a imaginarse, con tal de hacernos creer que están sobre la buena pista y que, de verdad, se sienten capacitados para sacarnos del embrollo en el que, Dios sabe por qué intrincados laberintos cerebrales de sus neuronas, han sido capaces de conseguir meternos. Si ya, lo de reducir la velocidad de 120 a 110 kilómetros por hora, era difícil de digerir como un medio para conseguir ahorrar energía, las excusas que han alegado intentando justificarlo todavía han sido más peregrinas y poco consistentes. Empezando por el ahorro previsto, ¿cómo se puede entender que, un ministro, nos hable de economizar con dicha medida un 15% de combustible, como dijo el señor Rubalcaba; otro, como el señor Sebastián, ministro de Industria, afirme que el ahorro será de un 3% y el señor Blanco, ministro de Fomento, hable de una horquilla de entre el 5 y el 22%? Con toda probabilidad el que juega con más ventaja es el señor José Blanco ya que, su “horquilla”, seguramente es la más amplia y menos comprometedora.
Lo que sí resulta palmario es que ninguno de ellos tiene idea del ahorro que puede suponer esta medida. De cara a la galería, como es habitual en este Ejecutivo que nos gobierna (especialmente desde que le están viendo las orejas al lobo respecto a sus probabilidades electoral del próximo mes de mayo), están tan deseosos de apuntarse tantos a su favor y tan desesperados y nerviosos por recomponer su imagen ante los españoles que, aún a riesgo de hacer el ridículo, se lanzan a la piscina aunque no hayan tenido la precaución de haberse puesto previamente de acuerdo entre ellos. Los expertos, más prudentes, matizan opinión: a una reducción de la velocidad de crucero, de 120 a 110k/h, a igualdad de conductor y en las mismas condiciones de conducción, el ahorro se puede estimar en un 5%. Pero para la mayoría de organismos del sector, excepto el Gobierno, la disminución del consumo producido por este invento de nuestro Ejecutivo va a ser ¡mínimo! Sin embargo, hay otro aspecto en el que parece que existe bastante unanimidad: este cambio de velocidad puede llegar a provocar un aumento de las multas de un 30%, que pudiera calcularse en unos 21 millones de euros más. Como siempre, ante una situación imprevista, ante un problema que no saben resolver y ante el miedo de que se los tache de incompetentes, utilizan cualquier cortina de humo que les permita esquivar la situación hasta que, a alguien del partido, se le ocurra una idea para poder atribuirle al PP la responsabilidad de los sucesos del norte de África.
El mismo señor Zapatero, de viaje en plan limosnero por el principado Qatar, ha sacado pecho, porque el emir Hamad bin Jalifa le ha prometido 300 millones de euros para recapitalizar las cajas de ahorros con cuya aportación, si nos hemos de fiar de la agencia Mooby’s, ya “sólo” va a precisar recaudar 49.700 millones de euros más, para dejar saneado el sector. Pero, seguramente, tuvo ocasión de pasar un buen rato con la “jequesa” Mozah bin Naser (patrocinadora del Barsa) comentando el buen juego de su equipo preferido. Claro que, cuando ZP está fuera de España, se vuelve muy locuaz y se ufana, de cara a la galería, de sus logros, como es el afirmar que esto demuestra la “confianza” que tienen en España (300 millones y otros 2.700 para invertir en empresas españolas, para estos emires del Golfo, no es más que una futesa con la que pensará sacar réditos; al poder posicionarse en los consejos de administración de nuestras empresas). Y, de paso, se explayó a cerca de la reducción de velocidad de 120 a 110 K/h en las autovías y autopistas españolas afirmando que, aparte del importante ahorro en combustible, se “salvarían vidas” y se mejoraría el “medio ambiente”. Lo malo es que, como siempre, se pasó de rosca apelando a las reglamentaciones en materia de circulación del resto de países europeos, para hacernos creer que en todas partes cuecen habas. Lo malo es que, en un artículo del señor M.Llamas en LD, se ofrece una amplio panorama sobre las velocidades permitidas en los otros países de la UE y, vean ustedes la casualidad, ¡sólo en Suecia y en la pequeña y dividida isla de Chipre existe límites de velocidad similares! Suecia con 110k/h, debido al clima de aquella nación donde las heladas y nevadas son tan frecuentes que es recomendable no ir a más velocidad y en Chipre porque, al ser tan pequeña, no existen autopistas. Mal ejemplo, señor ZP, porque tanto las autovías como las autopistas se han preparado para grandes velocidades ya que, en caso contrario, no valdría la pena hacer tan costosas inversiones.
Pero vamos a dar unos datos más para demostrar que nuestro Presidente del gobierno o no se informa antes de hablar o, si lo hace, no hace caso de lo que le dicen. Por ejemplo, respecto a su faceta de protector de vidas de los conductores, le diremos que los 140K/h es una velocidad legal en Europa; que el 72’8% de las víctimas mortales son en las carreteras convencionales, donde los límites son inferiores; que la “velocidad inadecuada” está presente en “menos del 10% del total de accidentes en autopista y autovía”; la “velocidad inadecuada”, como factor concurrente, sólo se redujo en 3 puntos entre el 2003 y el 2007 lo que demuestra el fracaso de la criminalización como factor de disminución de accidentes, aunque no la recaudación. Tampoco podemos dejar de comentar la idea del señor Director General de Tráfico, que parece empeñado en favorecer a los ciclistas al estar preparando una reducción de velocidad de 30K/h en las ciudades, como una medida de seguridad. Lo que no nos ha dicho es la cantidad de combustible que va a gastar más los vehículos a marchas tan cortas; la cantidad de polución que se acumulará y los coches que se van a vender menos, algo de lo que ya se están quejando los fabricantes y vendedores que se lamentan de la serie de medidas que se están dictando que no hacen más que reducir cada vez más las ventas de vehículos, especialmente privados. En febrero volvieron a caer las ventas un 27% más.
Se está recalcando que se trata de una medida provisional y para ello ya se han gastado 250.000 euros en pegatinas, lo que implica que cuando deba reponerse la velocidad a 120k/h, se deberá volver a gastar una cantidad similar puesto que, los fabricantes de las pegatinas dicen que no se podrán arrancar una vez colocadas. Lo que cuesta entender es que se argumente la reducción de velocidad como una medida de seguridad para los conductores si, una vez se restablezca el suministro normal de combustible, se dice que se permitirá circular a la velocidad de 120k/h. ¿Es que si hay más gasolina no hay accidentes o, viceversa? No, señor Zapatero, ni España, como usted quiere que nos creamos, va a salir de la recesión el próximo trimestre –si seguimos con la demanda estancada; el 1.600.000 de parados; las ventas colapsadas; los autónomos sin créditos y las cajas en la cuerda floja, con una previsión de impagos superior al 5% y sin que su conversión en bancos esté garantizada debido a las dificultades de capitalización –, ni usted nos va a convencer otra vez. Lo único que usted debería considerar en serio y no quiere perjudicar todavía más a España, es convocar elecciones generales y sólo entonces podrá comprobar si el pueblo español los sigue queriendo al frente del gobierno o si, como todos esperamos, van a sufrir todos ustedes, los destructores de España y de sus valores éticos, economía y finanzas, una de las derrotas más espectaculares de toda su historia. Y si no creen que sea así, ¿por qué no hace la prueba para averiguarlo? Como dijo W.Phillips: “Al fin cada cual encuentra su Waterloo”.
Miguel Massanet Bosch