(Publicado en Mercados de El Mundo-Reggio´s, aquí)
El debate
El déficit de la Administración Pública (AP) en España preocupa aquí y fuera. Llevamos meses en el candelero, con episodios virulentos (el último significativo, en enero de este año) y dudas sobre si España necesitará ser rescatada o no.
La preocupación es lógica, pues si la Administración gasta más de lo que ingresa, tiene que pedir prestado, en buena parte en los mercados internacionales. Y si cada año pides prestado más, llega un momento que los mercados cierran el grifo y tiene que venir la Unión Europea a prestarte. Básicamente, en eso consiste el famoso rescate.
Me llama la atención que se hable mucho de déficit, de si supone un 9% o un 11% del PIB, y muy poco de cuánto nos gastamos y cuánto ingresamos y de cómo han evolucionado ambos factores. Intentaré aclararlo, dando al menos los grandes números para que nos podamos situar.
Hay que decir que aclararse sobre cuánto se gasta la Administración Pública en España es extraordinariamente complicado (o para mí lo ha sido). Pregunte usted y no encontrará el dato de cuánto nos gastamos. Lo que aparece en el Presupuesto del Estado (350.000 millones de euros) es sólo parte del gasto total.
Son cuatro los entes principales de la AP: Administración central del Estado (AC), comunidades autónomas (CCAA), corporaciones locales (CCLL) y Seguridad Social (SS). Cada uno de ellos tiene infinidad de organismos, institutos, fundaciones, etcétera y no hay modo de saber quién gasta qué.
No es fácil encontrar una cuenta consolidada de toda la AP española. Además, los gobernantes tienen la mala costumbre de discutir mucho el presupuesto, pero no los resultados a ejercicio cerrado. Por si fuera poco, el proceso de auditoría tarda más de tres años. Los últimos datos de rendición de cuentas, publicados por la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE) son de 2008… ¡Hace tres años! Para colmo, la terminología empleada es confusa en muchos casos.
Si en algo debería haber claridad y transparencia es en las cuentas públicas, pues es el dinero de todos. Una sugerencia sencilla: que el Gobierno presente sus cuentas, al igual que las empresas privadas, en los seis primeros meses de año, de manera consolidada, auditadas, con terminología clara y que se puedan consultar en una página web. Si es lo que se pide a las empresas privadas, con más razón a la Administración.
En el cuadro adjunto se pueden ver los datos de ingresos y gastos de la AP en España en 2007 (año de máximo boom económico) y 2009 (año de máxima crisis) junto con el avance de cierre de 2010.
Los ingresos públicos alcanzaron su máximo en 2007 con 433.000 millones. De 2007 a 2009 bajaron 68.000 millones (un 16%) y quedaron en 365.000.
Esta fue una de las razones del importante aumento del déficit en 2009. En los mismos años, en Alemania, Francia, Italia los ingresos apenas descendieron un 1% o 2%. En Reino Unido… ¡un 25%! En 2010, y debido a la subida de impuestos, los ingresos han aumentado, según la ministra Salgado, un 7,7% hasta los 393.000 millones de euros.
Y vamos a los gastos. El resumen es fácil. En 2009, año de máxima crisis, nos hemos gastado 483.000 millones, cuando nuestros ingresos fueron de 365.000. Por tanto, nuestro déficit fue de 118.000 millones de euros o un 11% del PIB.
El gasto aumentó un 17%. ¿Alguna empresa o familia española aumentó su gasto un 17% en estos años de crisis? Yo creo que pocas. Y sin embargo, en 2010, año de «ajustes» y de apretarnos el cinturón… el gasto público sigue sin bajar.
Cierto que el déficit ha bajado un pelín, del 11% al 9% de PIB. Pero ha sido enteramente debido a la subida de ingresos. El Gobierno (en todos sus formatos, Estado, comunidades autónomas, etc.) sigue sin reducir el gasto.
Lo que preocupa no es el déficit. Reino Unido tuvo en 2009 un déficit similar al de España, pero ha reducido sus gastos un 10%, mientras que nosotros los aumentábamos un 17%. Lo que preocupa es la falta de contención del gasto. Aumentar el gasto en 70.000 millones, de los cuales sólo 15.000 son debidos al aumento de paro, es mucho gastar. Como dice la canciller alemana, Angela Merkel, se trata de no gastar más de lo que se ingresa. Ahí está el problema… ¡Y la solución!
Eduardo Martínez Abascal es profesor de Economía del IESE.