Ha dicho nuestro inefable presidente Zapatero que “se fía del Gobernador del Banco de España”, más que de la agencia Moody´s de calificación. ¡Faltaría más!, pero los mercados especuladores que son los que mandan de quien no se fían es de Zapatero, porque antes había dicho que nuestro sistema financiero era “el mejor del mundo” –lo que certificaba su Gobernador Fernández Ordoñez-, luego nos presentó unos test de “estrés” sobre bancos y cajas que resultaron falsos, y ahora nos dicen ZP y Mafo que con solo 15.000 millones de euros se arregla el problema del sistema financiero español –mas lo que llevamos metido en cajas variadas-, y a Zapatero todo eso le parece bastante “razonable y asumible”.
El misterio de la Moncloa, la “espantá” de Vistaalegre, la confusión general del PSOE, y los “juegos de patriotas” europeos y atlánticos a los que está dedicado Zapatero, a remolque de Obama o Sarkozy y frente a Gadafi, nos presentan a un jefe del gobierno a la deriva, que no parece estar en sus cabales y que nos tiene a todos en vilo. Y a millones de ciudadanos en paro y otros tantos entrampados en hipotecas y deudas en la gran desesperación.
Sabedores unos y otros que aún nos queda un año más de Zapatero a no ser que este personaje, en un ataque de lucidez, esté pensando adelantar las elecciones generales de 2012 al otoño –podría incluso unirlas a las municipales del 22 de mayo si decidiera disolver las cámaras antes del 28 de marzo-, aunque solo fuera para que el PP de Rajoy llegue al palacio de la Moncloa lo antes posible y se trague el marrón del paro, la crisis y el posible rescate español por parte de la UE. Es decir antes que todo ello se le caiga encima al mismísimo Zapatero y a su partido lo que haría más importante la derrota electoral de los socialistas que es imparable, en mayo de este año o marzo del que viene, porque todo va de mal en peor y no tiene solución.
El presidente no sabe qué hacer con las elecciones, con el PSOE, con su retirada del poder, con la crisis de España, ni con la del Magreb, ni con nada de nada. Está perdido y confundido y solo piensa en cómo salvarse él. Y todavía tiene el descaro de hacer bromas y chistes de mal gusto, o de jugar con su partido y con la sucesión de su liderazgo hundido y desprestigiado dentro y fuera de España.
Y ahora nos dice que 15.000 millones del erario público para tapar los agujeros de cajas y bancos fracasados son “asumibles”, naturalmente por todos los españoles. Y Zapatero se queda tan pancho y satisfecho como si los mercados se chuparan un dedo y los españoles fuéramos idiotas.
A los responsables de las entidades financieras que están afectadas por la crisis lo de los 15.000 millones les habrá parecido poco, pero pensarán que luego habrá una tercera ronda –esta ya es la segunda- o una cuarta, en vez de que el Gobierno ofrezca un castigo ejemplar para cerrar algún banco o caja y venderlas a entidades que están saneadas y bien gestionadas en vez de mantener esta costosísima e inútil simulación. Pero para tomar este tipo de decisiones hace falta un presidente fuerte que esté en sus cabales, una mayoría parlamentaria amplia y estable y un equipo de gobierno capaz y con credibilidad y esa no es, ni mucho menos, la actual situación del gobierno español. ¿Hasta cuándo? Esa es la cuestión.