(Publicado en La Vanguardia-Reggio´s, aquí)
TRIBUNA
La información elaborada por la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) señala que la renta familiar bruta por habitante en poder de compra en euros corrientes ha aumentado en Catalunya un 37,3% en el periodo 2000-2010, es decir, un crecimiento anual acumulativo del 3,2%. A simple vista parece un dato positivo; no obstante, antes de lanzar las campanas a vuelo, debe tenerse en cuenta que, puesto que entre enero de 2000 y diciembre de 2010 el crecimiento de los precios medido con la variación del IPC ha sido del 40,7%, nuestra capacidad adquisitiva real ha disminuido.
Los datos de la renta familiar en poder de compra tienen la virtud de eliminar las diferencias de precios entre territorios, puesto que en los más desarrollados los niveles de precios (que no deben confundirse con el IPC o con su variación) suelen ser más elevados que en los menos desarrollados. Si se compara la evolución de la renta familiar por habitante entre comunidades autónomas, una vez corregido el efecto del nivel de los precios (es evidente, por ejemplo, que no cuesta lo mismo un billete de autobús urbano en Barcelona, Soria o Badajoz), se pone de manifiesto que en el periodo 2000-2010 el crecimiento de la renta familiar por habitante de Catalunya sólo ha superado al de Murcia y las Baleares.
En el conjunto de España el incremento fue del 47,8%, y destacan Extremadura (72,8%), Castilla y León (63,9%), Asturias (63,4%), Galicia (61,4%), el País Vasco (58,8%), Cantabria (57,2%), Navarra (53,7%), Andalucía (52,0%) y Canarias (50,6%), con un crecimiento superior a la media española. En ninguna de ellas sus habitantes perdieron capacidad adquisitiva real en este periodo como sí ha sido el caso de los catalanes. Este menor crecimiento de la renta familiar por habitante en Catalunya ha provocado que (si la media española es 100) se pase de un índice de renta por habitante igual a 112,2 el año 2000 (es decir una renta por habitante superior en un 12,2% a la media española) a un índice de 104,3 el 2010, por tanto, únicamente un 4,3% por encima de la media, lejos de Navarra (27,2% por encima de la media), el País Vasco (26,5%), Madrid (18,0%), Castilla y León (11,7%) o Aragón (11,6%).
Diversos motivos pueden explicar esta decadencia paulatina de Catalunya (el mayor impacto de la crisis industrial en los últimos años o el aumento significativo de la población a causa de la inmigración), aunque con toda probabilidad el principal lastre son las transferencias al resto del Estado (el déficit fiscal), que provocan tensiones en las arcas públicas, asfixian las posibilidades de crecimiento de la economía catalana e imposibilitan unos servicios y unas prestaciones sociales homologables a los de los países europeos más desarrollados.
Jordi Pons i Novell. Catedrático de Economía (UB).