Pablo Sebastián (Publicado en República de las ideas, aquí)
La crisis abierta en el seno del Gobierno andaluz que preside Juan Antonio Griñan es lo que le faltaba al PSOE, a Zapatero, a sus candidatos en las elecciones primarias y al gobierno en general para ofrecer una imagen de caos y desbandada de las huestes socialistas al grito de ¡sálvese quien pueda! Que es lo que acaba de hacer el consejero de Gobernación y Justicia de la Junta de Andalucía, Luis Pizarro, a la primera oportunidad. Sin duda otro problema de calado que aumenta la imagen de descoordinación y falta de autoridad del presidente, obligado y aficionado como es a improvisar y a rectificar.
Improvisar y rectificar son dos “cualidades” de Zapatero que hemos visto de manera reiterada y hasta la saciedad en su gestión al frente del Gobierno. El mismo lo reconoce y hasta presume de sus propósitos de enmienda, pero ahora la improvisación marca su estrategia interna al frente del PSOE y también la rectificación. Porque el anuncio de su retirada fue decidido por él en el último minuto, y porque lo que estaba previsto en un principio era la aclamación de Rubalcaba en el Comité Federal para que liderara estas elecciones municipales, pero todo se cambió y al final el presidente presumió de democracia interna con el anuncio de las primarias que han de celebrarse en julio.
Lo que tampoco está claro que vaya a ser así, ni se sabe cuales serán las reglas de esa confrontación. Por ejemplo: ¿dejarán Rubalcaba y Chacón el Gobierno para luchar en las primarias entre ellos, o contra algún otro candidato más? No se sabe, porque habrá que improvisar otra vez si se quiere evitar el espectáculo de dos miembros del actual gobierno luchando por las sucesión del presidente. ¿Qué pasaría, además, si la ministra derrota la vicepresidente y lo deja desautorizado y en ridículo? El que gane, ¿se queda de vicepresidente primero o dejará el gobierno para hacer campaña electoral?
Zapatero ha llevado España a una catastrófica crisis de la economía y el paro –que ayer volvió a subir-, y también ha conducido su partido a una seria crisis interna, como la que ya se vive en el seno del PSC después de su derrota en las elecciones catalanas del pasado año, o como se vislumbra en Andalucía por el escándalo de los ERE y la dimisión del Consejero de Gobernación y Justicia, Luis Pizarro, del equipo de Griñán (el enésimo enfrentamiento entre Cháves y su sucesor), o como se vio en Madrid donde Tomás Gómez derrotó a Trinidad Jiménez que era la candidata de Zapatero y Rubalcaba.
La paulatina retirada de Zapatero solo ha comenzado, y los presuntos planes y la estrategia socialista que decía tener pensados para su partido son otra falsedad y otra improvisación sometida a nuevas rectificaciones, como las que se harán necesarias una vez que se conozcan los resultados de las elecciones de mayo. Entonces veremos si las primarias no se convierten en un congreso anticipado del PSOE, para nombrar candidato y secretario general del partido, e incluso si Zapatero no se ve obligado a adelantar en el otoño los comicios generales que estaban previstos para 2012, si la derrota del PSOE es tan importante como se anuncia. Y si además continuará el deterioro imparable de la economía, el paro y las finanzas de este país, así como los problemas internos del PSOE, empezando por los de Andalucía que además es el famoso cuartel electoral de invierno del PSOE. Un pantano con el mayor paro de España, escándalos “chavistas” y deterioro político y social. El lugar donde los socialistas pueden sufrir una gran derrota electoral y donde el PP puede conseguir la mayoría absoluta si confirma en las municipales de mayo el vuelco que, gracias al desastre de Griñan, se empieza a notar.
Con Zapatero en la Moncloa y frente a la secretaría general del PSOE, cualquier cosa puede pasar tanto en España como en su partido. Y lo mas normal, conocida su trayectoria, es que asistamos a una nueva rectificación en el gobierno, en las primarias del PSOE e incluso en el calendario de las elecciones generales. Con Zapatero al frente del país todo puede ocurrir, y no para mejorar. En su partido lo saben desde hace mucho tiempo, pero la cultura de “la piña” y de “el que se mueve no sale en la foto”, los ha bloqueado a todos, y ahora los conduce a gran velocidad hacia la derrota l subidos en su demencial tobogán.