Miguel Cañigral / SIGLO XXI (Ver aquí)
El discurso xenófobo cala en unos ciudadanos cansados de promesas que no se cumplen
Sin hacer ruido, la ultraderecha europea está tomando posiciones avanzadas en los parlamentos de algunos países europeos. Finlandia ha sido el último en incorporar a su gobierno representación de la derecha xenófoba
El partido de los Verdaderos Finlandeses obtuvo un resultado histórico en las elecciones del domingo en Finlandia gracias a su discurso populista contra la ayuda financiera de la Unión Europea y a favor de un mayor control de la inmigración. Consiguen así pasar de cinco a 39 diputados y se transforman en una pieza clave del gobierno finlandés.
Casualmente, el éxito de los Verdaderos Finlandeses coincide con la parada del tren con inmigrantes tunecinos en la frontera entre Francia e Italia. Y es en estos casos donde la ultraderecha pide que se antepongan los intereses europeos a los de los extranjeros.
Europa ya estaba preocupada por el auge de la ultraderecha debido a su cada vez mayor presencia en los gobiernos estatales y en el Parlamento europeo, donde actualmente 32 de sus diputados forman parte del partido "Europa de la Libertad y la Democracia", con ideas anti europeístas y soberanistas.
Resulta paradójico que la Unión Europea, adalid del discurso en favor de la igualdad de trato y los derechos humanos, se vea minada por grupos políticos xenófobos que ensalzan el discurso patriótico, lejano a la solidaridad y tolerancia.
Y es todavía más paradójico que aquellos países que disponen de leyes menos rígidas y con mayor libertad para sus ciudadanos, son los que están recurriendo a la ultraderecha para solucionar sus problemas de inmigración, economía y empleo.
![]() Presencia de la ultraderecha en Europa. |
Suecia, Países Bajos, Hungría, Letonia, Bulgaria, Austria, Eslovaquia, Italia, Finlandia y Dinamarca, son los países con representación de ultraderecha en sus parlamentos. En las últimas elecciones, consiguieron un 9,5% de los votos en Italia, 12,78% en Austria, 17% en Holanda, 11,96% en Bulgaria y 14,9% en Dinamarca. El auge de los nuevos partidos de ultraderecha, radica en la imagen que la población tiene de los partidos tradicionales, la crispación y la poca confianza en ellos, además de las consecuencias de la crisis económica, la inmigración y la inestabilidad mundial.
Sin embargo, aunque estos partidos han conseguido el éxito basándose en un discurso en el que la llegada de inmigrantes no es bienvenida, los países con mayores tasas de inmigración como Reino Unido y España, donde representa más de un 10% de la población, la ultraderecha consigue resultados residuales. Ambos países son los que han registrado mayores caídas el PIB entre 2007 y 2009 y en España el paro supera el 20% sin que se forme una actitud ultraderechista con fuerza suficiente para entrar en el Congreso.
En España, es improbable un ascenso de la ultraderecha porque el Partido Popular ha sabido, sin un discurso radical, ganarse a los votantes para conseguir un "voto útil". Sin embargo, debemos fijarnos que, aunque lentos, nuevos partidos como UPyD, Ciudadanos y otros verdes o ecologistas, van ganando terreno. Y esta es una circunstancia que también ocurre en el resto de Europa. Más allá del avance de la ultraderecha, lo que reflejan los resultados en las elecciones son cambios drásticos en ocupantes de los parlamentos y la confianza de los electores en partidos nuevos que no optan por el ataque al otro como discurso electoral.
Es por ello que, quizá, aunque según Merkel el multiculturalismo esté muerto, este aumento de la ultraderecha y de los verdes, solo es una parte del proceso de transformación en el panorama político y nos dirigimos hacia una política más repartida, con mayores ideologías y mejores representantes.