Nuestro gran escritor, don Miguel de Cervantes Saavedra, supo definir con gran soltura, muchos de los vicios de nuestros conciudadanos y, la verdad, es que lo supo hacer con gran gracejo, como podemos apreciar, en su obra Persiles y Sigismunda, cuando nos dejó una loable definición de quienes usan la murmuración como arma sibilina contra aquellos a los que pretenden descalificar u injuriar, el texto es el siguiente: “Es tan ligera la lengua como el pensamiento, y si son malas las preñeces de los pensamientos, las empeoran los partos de la lengua”. Ciertamente debemos reconocerles a estos sujetos que militan en las llamadas izquierda de nuestro país, una especial habilidad para transformar lo más inocente en pecado mortal y las pequeñas faltas en delitos de una gravedad absoluta, sobre todo si se trata de emponzoñar el honor, el buen nombre o la honra de aquellos a los que ellos considera, no como adversarios políticos ( que para ellos no existen), sino como alimañas a las que hay que eliminar por el sistema que fuere, para evitar que se conviertan en un obstáculo para la consecución de sus fines que, normalmente, consisten en perpetuarse en el poder y en establecer un sistema totalitario y absolutista, en el que las libertades dejen de existir y el famoso “estado del bienestar” sea sólo una utopía inalcanzable.
Por eso, no nos debe de llamar la atención el que, en algunas de las tertulias que tanto han ido prodigándose en las emisoras de radio y en los canales de TV, uno pueda escuchar teoría muy peregrinas por parte de estos miembros del periodismo, aliados con quienes han hecho de nuestro país una nación pobre, ingobernable y rozando los límites del caos económico; que persisten en no quitarse el velo del sectarismo de delante los ojos y persisten, con raro empeño, en meter la cizaña entre los españoles por si acaso todavía no fuera tarde para impedir el retorno de aquellos que nos han llevado a la situación actual. Quisiera hacer un inciso al respecto: de todos es sabido que más del 80% de los medios de comunicación del país han estado dominados, secuestrados o comprados por los socialistas, durante las dos legislaturas que llevan en el poder. Sin embargo, unos pocos medios se han librado o, al menos lo han intentado, de entre los cuales podríamos hablar de la COPE, especialmente del programa “Las mañanas de Buruaga”, uno más de los espacios informativos y de tertulia de los tantos que proliferan en el medio. Nada que objetar, salvo que, siguiendo este empeño de los medios de comunicación de centro derecha, parece que se ven obligados a incluir a algún “topo” de izquierdas entre los tertulianos; algo que, por supuesto, no ocurre en aquellos medios en los que sus conductores pertenecen a las izquierdas.
El señor Buruaga permite que expresen y asuman el protagonismos periodistas que rezuman el virus de su odio a la derecha, utilizando argumentos de la más rancia solera, de la más absurda y obsoleta demagogia comunista, como un tal Carlos Cúe o Cué, no estoy seguro de cómo se pronuncia que, hoy mismo, y para escarnio de la emisora, ha vuelto a introducir en el debate un ataque, .sibilino y mal intencionado, contra la atleta española Marta Domínguez. Con toda la faz ha pretendido ensuciar de nuevo el honor y la honra de la campeona, aludiendo a un “auto” de un juez que está tratando del procesamiento del entrenador de la joven, en el que, según el sujeto, se hablaba de unos “ciertos indicios de que la atleta consumiera drogas para ella misma” Yo no sé los conocimientos legales de este periodista ni, la verdad, me importan un pito; pero lo que sí sé es de su catadura moral al verter en público y con la evidente intención de desacreditar a la señora Domínguez, un hecho que no tiene nada que ver con el proceso que se le abrió en su día, acompañado con toda la parafernalia de la detención por la policía, su difusión por todos los medios de comunicación, la puesta en cuestión de sus logros deportivos y de su cualidad humana como persona.¡Una vergüenza!
Esta señora fue absuelta, señor Cue o como se llame, fue exonerada de los cargos que se le hicieron y fue liberada de cualquier sospecha de haber delinquido. El que usted, de forma artera y, evidentemente, sectaria, pretenda introducir un factor de desconfianza en su currículo, sólo por el hecho de que pertenezca al PP y haya sido propuesta para el Senado por el señor Rajoy, me hace pensar que su fanatismo y su sectarismo le hacen a usted desbarrar, precisamente en unos momentos en que el tinglado que han montado los socialistas y sus socios de izquierda, incluida CIU, se está desmoronando y, todos los efectos de dos legislaturas socialistas, están empezando a quedar al descubierto, como se está viendo con los “regalos” que les han dejado, los gobiernos socialistas, a las autonomías, que son la mayoría, en las que el PP ha conseguido la victoria.
Es una jugada de mala fe querer sacar datos de un juicio en el que no está encausada la señora Marta Domínguez para intentar enlodarla de nuevo y, máxime, como usted mismo ha reconocido, cuando el hecho que usted pretende sacar a la luz, aún suponiendo que fuera cierto (y el hecho de que una jueza lo tenga entre sus documentos no significa que sea una evidencia lo que se cita como meros indicios) no constituye delito en España y sería algo que sólo pertenece a la intimidad de las personas. El problema del proceso que se le ha instruido al entrenador de la atleta es pieza separada y, en nada, puede contribuir a involucrar en él lo que la Justicia ya ha enjuiciado y fallado, con la absolución de la encausada.
Más les valdría, a quienes todavía se emperran en querer enlodar la política más de lo que lo han hecho los militantes del partido, con el que parece estar relacionado el señor Cue; que en cuestiones de corrupción, como se está viendo, no pueden tirar la primera piedra; ya que, temas como El Faisán, los ERE’s de Andalucía; la pantomima del señor Chaves con las ayudas a sus hijos; los endeudamientos de miles de millones que han dejado en Castilla–La Mancha y Extremadura o el caso del sospechoso enriquecimiento del señor Bono, que los tribunales no han querido ver a pesar de que “indicios” haylos, vaya si haylos.
Y una recomendación a la COPE: ustedes, quiéranlo o no, representan o han venido representando a una emisora de ideología de derechas, con la que muchos nos hemos sentido identificados y con la que hemos compartido buenos ratos debido a la calidad de muchos de los invitados a sus tertulias, personas de gran preparación y de un reconocido sentido común. Sin embargo, con esta manía de no parecer demasiado conservadores; pretendiendo darle un aspecto a su tertulia de pluralidad y sentido democrático; no se dan cuenta de que, admitiendo a estas personas, lo único que van consiguiendo es que muchos de sus oyentes (que no son precisamente de izquierdas) se aparten de ustedes y dejen de escucharlos. Estamos a pocos días de unas elecciones de gran trascendencia para España, nos vamos a jugar el tener la esperanza, con sacrificios y esfuerzo, de poder remontar la grave situación en la que nos encontramos en la actualidad o bien, como ya he escrito en otros artículos, volver a tener que soportar cuatro años más a un partido, el PSOE, que ha demostrado ser incapaz de gobernar con sensatez la nación y cuyas maneras e imposiciones han conseguido, entre otras cosas, volver a reavivar el enfrentamiento entre los españoles y revivir las semillas del más rancio separatismo.
Dar cuartel a la izquierda para que utilice su veneno letal, es algo que cualquier medio que se considere conservador debiera evitar. O esto es, señores, mi parecer al respecto.
Miguel Massanet Bosch