Marcello (Publicado en Republica.com, aquí)
Obama ya ha llamado a Rajoy para felicitarle y el presidente ya ha notado en sus oídos las primeras mieles del poder. Ahora le irán llamando Sarkozy, Merkel, Cameron, Monti, Mohamed VI, etc. Y recibirá felicitaciones de los banqueros y empresarios del primer nivel, aunque de momento anda enredado con el Soduku de la lista del Gobierno, mientras todo un revuelo de los dimes y diretes se levanta a su alrededor.
Soraya, su hada madrina, debe de estar agotada, del parto al final de la campaña electoral, de ahí al traspaso de los poderes, luego la coordinación del debate de investidura y ahora y sin descanso a la vicepresidencia primera del Gobierno según todos los pronósticos y por la confianza que en ella ha depositado Rajoy ¿Aspira a tan alto cargo? Parece que sí, tiene madera y su lógica ambición, pero hace tiempo decía “soy muy disciplinada, y estaré contenta donde me digan”.
Otros que quieren ser ministros viven momentos de tensa espera, tienen el móvil disponible, no se entretienen con nadie, y lucen unas sonrisas nerviosas y llamativas. Gallardón durante la última sesión de investidura hacía reír a González Pons mientras Ana Mato lo escuchaba embobada. Trillo pasaba una y otra vez por delante de Rajoy y hacía pareja con Montoro, mientras que al otro lado de la bancada del PP Soria y Pastor, también sentados juntos, estaban serios y en capilla. Elvira se bamboleaba por los pasillos del Congreso y Cañete más pausado ofrecía un semblante serio y circunspecto a la espera de la subida del telón.
Desde fuera de la Cámara, De Guindos montaba guardia junto a la prima de riesgo en un buen día para la subasta de deuda pública y la subida de la Bolsa, lo que prueba que los mercados saludan con buenas notas la llegada de Rajoy, mientras Sacyr entrega su poder a la cúpula de Repsol, y desde Iberdrola, donde Sánchez Galán ha elaborado una brillante plan para la reforma energética, se está a la espera de ver si Fernando Becker entra en el equipo ganador. Donde sueña ubicarse Josep Piqué que llama nervioso a su Gloria Lomana de Antena 3 Tv con un “¿sabes algo?”, a lo que la dulce enamorada, que había pedido a Rajoy por televisión un carguito para su amorcito, el superministerio con Economía y Exteriores, responde acongojada: “todavía no”.
¿Qué quieren los ministrables? Pues Montoro, De Guindos, Piqué y Becker querrán la vicepresidencia económica con mando en la flota plaza del sector. A Gallardón le gustarían Fomento, Justicia, Exteriores o Interior, y si no hay más remedio Defensa o lo que se tercie. A González Pons el ministerio de Presidencia y portavoz. A Cañete lo de Exteriores o Agricultura, como segunda opción. A Elvira la Hacienda pública, a Soria, Mato y Pastor, lo que ofrezca Rajoy. A Piqué volver a Exteriores, o la Economía. A Astarloa Interior, a Trillo Justicia.
Si el silencio de Rajoy era desesperante para la prensa y para la oposición, imagínense para los ministrables del PP, que no se han fijado en las lágrimas de despedida que saltaban de los ojos de los ministros de Zapatero salientes del banco azul. Porque todo lo que sube tiende a bajar y porque no solo salían del poder sino que lo hacían con una dolorosa sensación de fracaso y frustración. La misma que se llevó Zapatero al entrar en su coche negro con los cristales ahumados camino de la vida privada, como años atrás lo hicieron con igual sensación de nostalgia y desasosiego Felipe González y José María Aznar. En realidad ninguno de los cinco presidentes del Gobierno de España de la transición han logrado despedirse con éxito y normalidad del máximo poder.
¿Y Rubalcaba? El fallido candidato y ex vicepresidente primero medita su retirada de la contienda para la sucesión de Zapatero. La que acaba de empezar con un manifiesto de disidentes donde se pone de vuelta y media al gobierno de Zapatero y a la cúpula del PSOE, con la firma de Carme Chacón de por medio como si ella acabara de llegar de otra planeta y hubiera conseguido un victoria fulgurante en Cataluña el pasado 20-N. Zapatero se fue y con un pie en el estribo de su coche fúnebre le dice a la prensa lo de “nos veremos en el Congreso del PSOE”. Y uno se pregunta, pero ¿de verdad no piensa dimitir de la secretaría general después de todos los destrozos causados en su partido, también? Veremos, igual se va de la mano con Rubalcaba, “dos por el precio de uno”, que decía González, el brujo del partido que da ánimos a Javier Solana –el “Fabiolillo de Bruselas, Cerón “dixit”- por si se quiere arriesgar. En fin, llegadas y despedidas, unos vienen y otros se van, y los pocos periodistas que van quedando en este país a ver los barcos venir y a ver los barcos zarpar. Y a solas –como decía nuestro colega inglés Charles Moore en “los Cavia”- “silbando en la oscuridad para mantener en ánimo”, y resistir hasta el final.