Creo que, el mejor regalo de esta Navidad que podíamos pedir los españoles, ya lo hemos recibido con la llegada del nuevo equipo de gobierno, que ha formado don Mariano Rajoy. Es evidente que, España, ha quedado hecha unos zorros después de dos legislaturas en manos de los socialistas, en las que no han dejado títere con cabeza ni piedra sobre piedra, como si su paso por el gobierno de la nación hubiera sido un verdadero maremoto, una invasión de Atila, que arrastrara consigo a todos los españoles hacia los abismos de la miseria económica y la depravación de las costumbres, las creencias, la moral y la ética.
Por primera vez en ocho años, los ciudadanos somos capaces de recobrar parte de aquella esperanza que ya dábamos por perdida y somos capaces de vislumbrar, en la lejanía, la llegada de una costosa, larga y probablemente dolorosa, senda por la que transitar en busca de nuestra recuperación como nación y, lo que quizá pudiera ser más importante, reencontrar aquellos valores, aquellos sentimientos y aquellas creencias que ya creíamos perdidos, heredados de nuestros ancestros que, con tanta eficacia, saña y empeño, los gobernantes del PSOE han pretendido combatir, para llevarnos a todos al pensamiento único, al materialismo y a la filosofía relativista, con la que han pretendido lavarnos el cerebro a los españoles. Por fin el pueblo ha vencido su pasividad, ha entendido el mensaje de la realidad y se ha apercibido de que, el rumbo al que nos dirigía el PSOE y los partidos que lo han venido apoyando, no tenía otro destino que el caos y la catástrofe económica, social y ética de nuestra nación.
Creo que el señor Rajoy ha conseguido lo que nadie pensaba que pudiera lograr hacer. Ha creado una fuerza de choque, un verdadero bastión, un grupo de ministros que aglutinan la preparación, la experiencia, la seriedad, la capacidad y la implicación sin condiciones para ponerse, de inmediato, a la tarea de sacar a España de esta peligrosa situación en la que ocupamos el lugar del farolillo rojo, junto a Italia, en una Europa que ya ha venido sufriendo los descalabros de Grecia, Portugal, Irlanda, que la han conducido, junto a su moneda, el euro, a la complicada situación en la que se halla; cuando, en el momento más inoportuno, Inglaterra se ha desmarcado de las reformas que vienen proponiendo la señora Merkel y el señor Sarkozy, para reforzar la Zona Euro e intentar salvar al euro (cuya caída, sin duda, iba a representar un verdadero desastre para toda Europa) de los continuos ataques que viene sufriendo, por parte de aquellos que tienen como objetivo cargarse la UE.
Allí donde el gobierno socialista había colocado, obligado por las filas feministas de su partido, prescindiendo de sus cualidades, su preparación y formación, a un ramillete de mujeres con más aspiraciones a enriquecerse que preparación para sus cargos; con más prejuicios políticos y sectarismo idealista, que vocación de servicio a los ciudadanos y con más ansias de poder y revanchismo feminista, que disposición y vocación de hacer un trabajo beneficioso para todos los españoles, sin distinción alguna por sus ideas políticas o sus creencias religiosas; el señor Rajoy, en un ejercicio de responsabilidad, visión de futuro y realismo político, ha colocado a cuatro mujeres (Sáenz de Santamaría; Pastor; Báñez y Mato), verdaderos pesos pesado, metafóricamente hablando, desde luego, que, por si solas, son la verdadera demostración de que lo que importa son las cualidades personales, los atributos intelectuales, la capacidad de trabajo, la vocación de servicio y la seriedad en el desempeño de la tarea encomendada, más que el buscar una paridad de número, algo que llevó al anterior Ejecutivo a incorporar a una serie de nulidades, de un sectarismo absurdo y peligroso, al desempeño de cargos ministeriales en los que han fracaso por completo.
Pero, lo más importante es, que se ha pergeñado un verdadero equipo de personajes de una gran experiencia, de probada preparación y extraordinaria formación para enfrentarse a uno de los mayores retos a los que tendremos que enfrentarnos en los próximos meses, El equipo formado por el señor Luis Guindos, en Economía y Competitividad; el señor Cristóbal Montoro, Hacienda y Adm. Públicas, con el apoyo del señor Soria en Industria, Energía y Turismo; constituyen un formidable revulsivo capaz de enfrentarse, con éxito, a los difíciles momentos a los que tendremos que enfrentarnos el próximo 2012; cuando, no sólo deberemos atender a nuestros problemas de deuda pública; nuestro desmesurado desempleo, la falta de liquidez de nuestras empresas; la remodelación laboral, la reestructuración de las administraciones públicas y la incomprensión y tozudez de los Sindicatos, poco dispuestos a colaborar con un gobierno de derechas; sino que deberemos trabajar para convencer a nuestros socios europeos de que no somos como Portugal, Grecia o cualquiera de estos países, que somos cumplidores, que pagamos y que nuestros bancos no se parecen en nada a aquellos a los que Europa ha exigido especiales medidas para reestructurarse.
En este aspecto internacional, tenemos puesta la confianza en uno de los nuevos ministros, el señor García-Margallo, titular del ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, con una gran preparación económica y persona acostumbrada a transitar por los pasillos de las instituciones europeas y muy relacionado con los ambientes internacionales que, con seguridad, sabrá manejarse lo mismo que su colega en el nuevo ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, el señor Arias Cañete, una persona con un potente bagaje académico, habla 5 idiomas, abogado del Estado y gran negociador (en el gobierno de Aznar), en Bruselas, defendiendo la política agraria de España..Una de las nuevas ministras, la señora Fátima Báñez, confieso que desconocida para mí, pero que aporta un buen curriculo porque, además de diputada por Huelva, es licenciada en Derecho y en Económicas; parece que es persona experta en temas de la Seguridad Social y será sobre la que recaiga la reestructuración de este sector al frente del ministerio de Empleo y Seguridad Social. Ni que decir tiene que le espera una ardua tarea si es que quiere mantener la paz social, algo que, con toda seguridad, ni UGT ni CC.OO se lo van a poner fácil, teniendo en cuenta que se trata de un gobierno de centro derecha.
Los demás ministerios, hasta 13, abundan en los mismos caracteres de solvencia y eficacia que caracterizan a los anteriores titulares y constituyen, por su veteranía y preparación académica, una garantía de que la marcha de ministerios como es el de Justicia, con Ruiz Gallardón o, el de Defensa, del señor Pedro Morenés ( me imagino que los militares deben estar satisfechos de haberse quitado de encima a la señora Chacón, la antítesis de lo que se entiende debe ser un verdadero ministro de Defensa). Sin duda, si el señor Ruiz Gallardón quiere poner orden en su departamento va a tener que apretarse los machos debido a que, el sector de la administración de la Justicia, en España requiere, sin lugar a dudas, de amplias reformas, de dotaciones de medios y de una despolitización de los fiscales, jueces y magistrados, algo que, en los últimos tiempos, ha sido causa de grave escándalo para los ciudadanos españoles. Podemos decir que, a primera vista, se trata de un Ejecutivo sólido, técnico, experimentado y, por encima de todo, con gran vocación de trabajo algo que, en nuestras circunstancias, debe ser la premisa principal del nuevo equipo. O esta es, señores, mi impresión al respecto.
Miguel Massanet Bosch