Redacción web (Publicado en UPyD, aquí)
El diario ABC publica hoy una encuesta de IMC que otorga a Unión Progreso y Democracia un 4,7% en intención de voto para las elecciones al Parlamento de Andalucía que tendrán lugar el próximo 25 de marzo. La encuesta pronostica una amplia victoria del PP y un hundimiento del PSOE que pierde cerca de 14 puntos respecto a los anteriores comicios autonómicos. Por tanto, la encuesta pronostica unos resultados en la línea de los que se produjeron en las elecciones generales del pasado 20 de noviembre, aunque son especialmente positivos para la candidatura de UPyD, encabezada por Martín de la Herrán. Reflexión aparte merece el apartado dedicado a la valoración de los líderes autonómicos y nacionales, donde – qué casualidad – se echa en falta la presencia de la política más valorada por los andaluces: Rosa Díez.
Los resultados del partido magenta en las pasadas generales – en las que Andalucía jugó un papel determinante, al proceder de allí el 20% de sus votos – fueron prácticamente idénticos a los que anticipa la encuesta publicada por ABC. Los ciudadanos, por tanto, entienden que UPyD puede jugar un papel importante en todas las instituciones, y no sólo en el Congreso de los Diputados. El partido siempre se ha esforzado en explicar que las ideas que representa deben poder defenderse en los ámbitos autonómico y local tanto como en el nacional. La igualdad y la libertad de los españoles, así como su futuro, no sólo se juega en Madrid, sino, como ha puesto de manifiesto la doble crisis – económica y política – que vivimos, también en las CCAA y los municipios.
Los partidos viejos han practicado tradicionalmente un doble lenguaje: el nacional y el autonómico. Aunque ahora, ante la presión de UPyD, se esfuercen en disimularlo, no están preparados para decir lo mismo en cualquier lugar de España. Sin embargo, eso y no otra cosa es lo que esperan la mayoría de los ciudadanos, que ya se han dado cuenta (los que no lo sabían antes) de que las soluciones a sus problemas nunca vendrán de políticas localistas y filonacionalistas, sino de ahondar en la igualdad y ejerecer un gobierno racional alejado de falsos discursos identitarios. De fomentar, en definitiva, lo que nos une.