(Pubicado en Cotizalia.com, aquí)
Daniel Lacalle
Repitan conmigo. “España no tiene un problema de deuda, nos atacan los mercados”. En España no hay demanda internacional de bonos estatales desde hace meses, pero no tenemos un problema de deuda pública. Y a no comprar lo llaman un “ataque”. Un ataque a nuestro derecho inalterable de acceder al bolsillo del inversor cuando queramos, como queramos y además, a coste –por supuesto- barato para gastarlo en lo que nos de la gana. Nuestro derecho, que obviamente le negamos a cualquier país emergente, por muy latino que sea, en el que nos parece lógico que la prima de riesgo suba cada día. Y por supuesto, exigimos la obligación del inversor de comprar nuestros bonos aunque no quiera. Ataque. Me preocupa que medios de amplia circulación y supuestamente informados utilicen los mismos argumentos que Ruiz Mateos utilizaba contra el Santander.
España no tiene un problema de deuda pública, pero ni sus autonomías ni el estado pueden colocarla. “No demand, no problem”. Como me decía un señor que vendía un piso cerca de mi casa “el precio es el precio”. Pues no compro. Sigue en venta, claro.
En España, tras una década de crédito barato y burbujas de precios, estamos acostumbrados al concepto de “colocar”, el pelotazo, el “greater fool theory” y, por supuesto, el esperar a que escampe. La ley de la oferta y la demanda nunca ha importado. La demanda se inventaba, como en Invercaria. No tenemos esa oportunidad. Ahora hay que atraer capital.
Se atrae capital inversor cuando hay un entorno seguro y atractivo para generar beneficios y crecimiento. Si no, es capital-donación, y de ese no queda, señores.
Al inversor se le atrae con realidades, no con la política de “esconder y extender” deuda que nos ha hecho tristemente famosos mundialmente. Desafortunadamente, si necesitábamos algo más para asustar a los inversores, el primer partido de la oposición, el que gobernaba anunciando crecimientos inminentes, el sistema financiero mas sólido del mundo, los brotes verdes y reducciones ficticias del gasto -eso, amigos, si que es especular-, se retracta del pacto de estabilidad presupuestaria que él mismo impulsó hace menos de un año -eso, amigos si que es atacar. La mayor irresponsabilidad y sabotaje a la situación financiera del Estado que he visto recientemente. Especular y atacar. Prima de riesgo a 420 puntos básicos. Y la culpa, a un hedge fund de pacotilla.
Nos dicen "estamos haciendo todo lo que podemos", "fíjense, que duro que tenemos que recortar sanidad… no podemos hacer más". Sin embargo se mantiene el despilfarro político regional -que no es gasto público, ni servicios básicos, sino gasto político-, diputaciones, asesores -externos, regionales y estatales pagados con dinero público- y las subvenciones chollo-prix. Un 5-8% del PIB anual despilfarrado. Al único cargo político que ha ofrecido adelgazar el Estado y remodelar el modelo autonómico casi la defenestran.
Por supuesto, igual que ustedes cuando hacen una inversión, si el comprador de bonos no ve con claridad meridiana que el riesgo de perder su capital es mínimo, no compra. No ataca. Prefiere comprar bonos americanos, alemanes o suizos a tipos reales casi negativos que esos “chollos a balón parado” a 5,8% que le ofrecemos. Y debemos al menos intentar entender por qué no compran y prefieren bonos a tipo casi cero. No porque lo diga un hedge fund o un malvado especulador, que informes positivos (la mayoría, sobre todo de bancos) y negativos se publican todos los días, sino porque los indicadores financieros de solvencia son pobres.
Sobre los CDS (credit default swaps, derivados protegiendo la posible quiebra) también existe un mito ridículo con el ataque. El 89% de esos CDS los poseen los mismos tenedores de la deuda soberana (fuente HSBC), los bancos domésticos y centrales. Ya hablamos de ello aquí en detalle.
El mercado de CDS supone unos 24.1 billones de dólares brutos. Insignificante comparado con el efecto del BCE y las instituciones publicas. Las principales posiciones en CDS están en Italia, Alemania, España, Brasil y Grecia, pero las cifras no se comparan ni de lejos con las posiciones en CDS de EEUU, o, mucho más revelador, de General Electric, Bank of America, JPMorgan y Goldman Sachs que, combinadas, superan a Italia y España juntas.
Toda esta milonga sobre los especuladores apostando contra nosotros es cansina. Esta semana me han llegado 116 correos con un post de cerebro-plano de una pagina web alarmado por lo que dice un fondo (Carmel) de 102 millones de dólares bajo gestión. Ciento dos millones. Atacando. Un mini fondo, un start-up casi, contra el balance de la banca y el BCE europeos, que superan el 320% del PIB de Europa. Anda ya.
Si el malvado especulador se equivoca y todo va bien, no hagan nada. En un mes todo solucionado, que se publicarán los resultados macroeconómicos del primer trimestre y sorprenderemos a todo el mundo.
Los activos totales de todos los hedge funds en el mundo, incluidos sectoriales, macro, renta fija, variable, mercados emergentes y materias primas, son de $3 billones. Incluso si todos se pusieran de acuerdo, hasta los que no invierten en bonos, y convendrán conmigo que eso es una ridiculez, no llegan ni de cerca al impacto que tiene el BCE por si solo, antes de aumentar su endeudamiento, con $4 billones para inundar de liquidez. Si el especulador se equivoca, perderá su dinero y ya está. Pero, ¿y si no se equivoca y simplemente hace un análisis adecuado e invierte su dinero para demostrarlo?.
Ojo con despreciar la opinión de los inversores. Asumir que Bill Gross o Peter Schiff o, muy lejos de ellos y con enorme modestia, un servidor o sus colegas nacionales, van contra España pero los políticos que nunca han cumplido sus compromisos o que han quebrado una comunidad están a favor, es un gran peligro. Les recomiendo que lean The Big Short de Michael Lewis sobre los fondos que predijeron la crisis sub-prime y la debacle de la banca. El CEO de Lehman Brothers también echaba constantemente la culpa a los Hedge funds de lo baja que estaba su cotización. ¿De quien se fían más, de alguien que se juega su dinero y analiza la realidad o de alguien que cobra –o recibe votos- por disfrazarla?.
¿Que las perspectivas económicas mejorarán? Pues cuando el inversor lo compruebe, tras años de ser engañado, comprará. Pero España no tendrá que cumplir con sus objetivos. Tendrá que superarlos. ¿Que nos tienen que dar tiempo? Hemos tenido doce años de tiempo para limpiar el sistema, con apoyo global, crédito abundante y tipos bajos. El tiempo pasó. Ahora nos toca actuar.
Pero no olvidemos el daño que hace la política del avestruz de “pues que nos rescaten” sobre nuestra capacidad de financiarnos a futuro. Tanta inyección de liquidez e intervencionismo del BCE ha “echado” al capital inversor de Europa y aumentado el riesgo de la banca europea, que tiene bonos soberanos hasta en el cuello de la camisa supliendo la falta de demanda externa.
Las Buenas noticias
España saldrá de ésta. No tengo ninguna duda, antes o después. Estamos en la fase de “aceptación” de la crisis y, al menos que todo el mundo conozca el problema, nos pone más cerca de la solución. Estamos viendo pequeñas emisiones de bonos de empresas nacionales con demanda adecuada. Los dividendos se están recortando, y se hacen ampliaciones de capital pagando los mismos con acciones. Hace falta más.
También estamos saliendo de la cultura del subsidio… lentamente, a la fuerza, pero saliendo. Mientras nuestros subvención-lovers demandan más del Estado, dos empresas alemanas están construyendo plantas solares (500MW) en Extremadura y Murcia rentables sin pedir primas. Más competir y menos llorar.
Saldremos, pero no será manteniendo el statu quo y el modelo de subsidio-prebenda-deuda. Con ajustes más duros-al gasto político-estatal-, ampliaciones de capital –que aun no hemos visto ni de lejos-, una política fiscal que atraiga inversión, con una política de crecimiento que no exija apalancarse hasta el infinito. El cuadro inferior les muestra que España, ajustada por el efecto de la deuda, prácticamente no ha crecido en los últimos diez años. Por lo tanto, los Keynesianos de burbuja deberían replantearse eso de que hay que incrementar el gasto.
España necesita atraer capital, y solo puede ser haciendo nuestro país atractivo a los inversores. Condiciones para emprender adecuadas, seguridad jurídica, impuestos y burocracia reducida al mínimo.
Eso si, si consideramos que los inversores y emprendedores son todos muy malos y especuladores, pues muy fácil. La buena noticia es que sólo con que reduzcamos la deuda a un 20% del PIB no nos tendremos que preocupar de nuestros acreedores ni de la sandez de la dictadura de los mercados. Que eso de insultar al que pides dinero no funciona muy bien.