"pintarlo todo muy negro para justificar los recortes"
Muy oportuna, si señores, muy oportuna la número 2 de los socialistas, señora Valenciano, formada a imagen y semejanza de su jefe de filas, el señor Pérez Rubalcaba, en sus recientes declaraciones, en las que acusa al señor Rajoy de "pintarlo todo muy negro para justificar los recortes". Conviene que recordemos que, esta señora, se atribuyó el titulo de doctora en su currículo sin que ello sea cierto porque, si bien asistió a un curso de doctorado no consiguió doctorarse por no haber elaborado la tesis preceptiva mi haberla presentado ante el correspondiente tribunal examinador. Y es que resulta sorprendente la facilidad con la que, tanto el señor Rubalcaba como la señora Valenciano, se empeñan en acusar al señor Rajoy y al PP de haber mentido a los españoles de haberles defraudado diciendo que llevarían a cabo una determinada política sin aumento de impuestos sin considerar un hecho relevante y es que fueron ellos los que engañaron al PP, tanto en cuanto a la precaria situación de las autonomías en las que gobernaron como, al final de la anterior legislatura, insistiendo por medio de la señora Salgado, ministra de economía, en lo que hacía referencia al déficit del año 2011 que juraron hasta la saciedad que el déficit sería de un 6% sobre el PIB cuando, la realidad, demostró que alcanzaba el 8'5% o sea un desfase superior a los 28.000 millones de euros ¡una bagatela, seguramente, para la señora Valenciano!
Yo no sé, en la gama de colores que maneja esta señora, cuál escogería ella para pintar la actual situación de España, una situación que, el nuevo gobierno, ha heredado del PSOE que estuvo gobernando, por cierto, durante más de siete años, la nación española. Es obvio que, en ningún caso, puede achacarse ni al señor Rajoy ni a su ejecutivo, el que España haya llegado al extremo de penuria en la que se encuentra en sólo cuatro meses de gobierno ni, tampoco, darle la culpa al gobierno del señor Aznar de dejar a sus sucesores una nación en una situación difícil, como atestiguó el mismo señor Rodríguez Zapatero cuando, durante la primera etapa de su mandato, presumía de sus leyes sociales, pensando, seguramente, que la nación próspera que recibió, nunca iba a agotar sus recursos por mucho que él los despilfarrase. Por ello, si la señora Valenciano se atreve, en el colmo de la falta de vergüenza y descaro, a atribuir al señor Rajoy la intención de pretender pintar una situación "más negra" que la real; sólo lo podemos achacar al sectarismo y el espíritu de revanchismo de los socialistas, despechados por los amargos resultados que obtuvieron en las pasadas legislativas, un resultado que, por mucho que intenten disimularlo, todavía no han conseguido asimilar.
Claro que, si a Pérez Rubalcaba y a su adlátere femenina, no les parece una situación negra el que en España estemos pagando por colocar nuestra deuda intereses que superan el 4% y que nuestra prima de riesgo esté por encima de los 400 puntos básicos o que, nuestra EPA nos informe de que tenemos más de 5.600.000 parados y que, de los cuales, haya 2.5 millones sin prestaciones y que tengamos de 1'5 millones de familias en las que todos sus miembros están en desempleo, amén de que, las empresas que han cerrado sus puertas, desde que se declaró la crisis, alcancen cifras de más de 300.000; convendría que nos explicaran lo que entienden ellos por una situación "negra" que yo, más bien, tendería a calificar de dramática y desastrosa. Pero, señores, no puedo resistirme a comparar a estos socialistas de la oposición con aquel Catilina del que Salustio nos cuenta que mantenía relaciones con una adúltera y que, cuando se quedo el patricio en una difícil situación económica y no podía hacerle los regalos que acostumbraba, quería retenerla: "de repente se le llenaba la boca y comenzaba a prometer montes y mares; por otra parte la amenazaba con la muerte… y en último lugar se portaba de una manera más feroz de lo que solía" ¿Ven ustedes alguna semejanza entre aquel Catilina y este PSOE que intenta engañar, una vez más, a todos los españoles, una vez nos han conducido a esta dramática situación actual?
Y es que, escuchar a la señora Valencia hablar de "lío" del PP o referirse al "éxito" del PP en lo que ella considera una estrategia para atemorizar a los ciudadanos da grima ¡pues claro, señora mía!, ¿cómo no iban los ciudadanos a estar preocupados?, pero no porque el señor Rajoy los asustara intencionadamente, como usted apunta, sino por el mismo convencimiento de la mayoría de los españoles de que, ustedes, los llevaban hacia el abismo y, precisamente por eso, por el temor de que no tuviera remedio la situación del país, si permanecía por más tiempo en sus manos, fue porque votaron mayoritariamente al señor Rajoy y al PP, dándoles una amplia mayoría absoluta.
El que los socialistas se dediquen, en estos momentos de instabilidad de la nación, a poner palos en las actuaciones del Gobierno, en criticar todas las medidas, imprescindibles, para recortar el gasto público y reducir aquellas partes de la administración que pueden perfectamente ser suprimidas; no es más que la demostración de su inmadurez política, de su deslealtad hacia España y de su falta de sentido común porque, si lo tuvieran, se darían cuenta de que a nadie, absolutamente a nadie, ni a los mismos socialistas, le conviene que la UE tuviera que llegar a intervenirnos porque, ya que se han dedicado a cacarear una y otra vez lo del "estado de bienestar"; lo que sucedería, si llegara un momento en que tuviéramos que acudir a ser rescatados, lo tenemos fielmente reflejado en el caso de Grecia, donde todo asomo de "bienestar social" lo tiraron por la ventana cuando tuvieron que renunciar a su soberanía y someterse a los duros dictados correspondientes a una nación intervenida.
Ahora, que el señor Rajoy le ha ofrecido dialogar al señor Pérez Rubalcaba, tendremos ocasión de saber si, en realidad, el señor secretario general del PSOE, señor Rubalcaba, está dispuesto a actuar de buena fe en pro de una relajación de las tensiones existentes entre los dos partidos; si, de verdad, tiene intención de colaborar en la reconstrucción de España y en la necesaria labor de reestructurar, dentro de los límites marcados por nuestra Constitución, tal y como indica en señor Rajoy al hablar de "repensar" el Estado autonómico para, por una parte, cortarles las alas a estos nacionalismos que se han hecho fuertes gracias a la tibieza del gobierno socialista y, por otra, reducir el tamaño de la maquinaria administrativa, en muchas ocasiones duplicada y triplicada con motivo del traspaso de competencias a las distintas autonomías.
Lo que sí es cierto es que, si la postura que piensa adoptar el jefe de la oposición, consiste en encasillarse en sus reivindicaciones, pretender imponer un sistema basado en el aumento del gasto y una vuelta a los despilfarros que han caracterizado las anteriores administraciones; sin estar dispuesto a ceder, a actuar con espíritu de colaboración y a poner los intereses de los españoles y de España por encima de sus ambiciones partidistas e ideológicas; entonces señores, será como querer escribir en el agua y todo se quedará diluido en una más de estas reuniones en las que el resultado es que cada parte acaba por encerrarse en su castillo y persiste en mantener el enfrentamiento con la contraria, los efectos puede que acaben por ser la puntilla que la falta a España y a sus ciudadanos para echar la toalla y ensimismarse en el más absoluto pesimismo. O esta es, señores, mi particular apreciación de la situación en la que nos encontramos.
Miguel Massanet Bosch