Pero lo peor es que ha perdido aquel "gancho", aquella punta de inteligencia que sabía imprimir a sus manifestaciones
¿Qué le pasa al bueno de Rubalcaba que parece que no acaba de conseguir el apoyo de su partido? Nadie pone en duda que el ciclo Rubalcaba ya tiene sus días contados y si hoy todavía se le mantiene de Secretario general del PSOE es porque mucho me temo que, en las circunstancias en las que se encuentra el PSOE, no hay nadie medianamente inteligente que apueste por aspirar a su cargo. Pero lo peor es que ha perdido aquel "gancho" aquella punta de inteligencia que sabía imprimir a sus manifestaciones y que, al día de hoy, lo único que podemos encontrar en sus exabruptos son los clásicos granos de sal gruesa con los que pretende cubrir el expediente desde su puesto en la bancada socialista. Lo cierto es que, los socialistas, por mucho empeño que hayan puesto en la tarea, no han conseguido recortar ni un solo punto al partido en el gobierno que, no obstante, sí ha recibido el castigo que era de prever al haberse lanzado, parece que sin complejos, a intentar darle la vuelta a la política desastrosa con la que gobernaron, desde el inicio de la crisis de finales del 2007, las huestes de Rodríguez Zapatero, con el señor Pérez Rubalcaba de primera figura en el Ejecutivo.
Hay que decir que, los directos beneficiarios del desgaste del partido del señor Rajoy, no lo han sido por méritos propios ni por tener ideas brillantes sobre el modo de resolver la grave situación en la que nos dejaron los socialistas, sino que se han convertido, aún sin pensarlo, en el refugio directo de todos los que pensaron que, votando al PP, la solución se iba a resolver milagrosamente, sin que nadie tuviera que poner su granito de arena para ayudar a conseguirlo. Claro que, quien pensara que después de siete años, casi ocho, de malgastar el dinero de los españoles, de negar que estuviéramos en recesión y de continuar empecinados, cuando desde toda Europa ya se nos advertía, en una absurda y suicida política de despilfarro del dinero público, de absurdas medidas de presunto cariz social que, al fin y a la postre, no fueron más que rotundos fracasos y grandes parches que para nada han servido ni al pueblo ni, mucho menos, a la economía de nuestro país; podían resolverse en siete meses de la nueva gobernanza y sin que nadie tuviera que poner su cuarto a espadas para ayudar a España a salir de la enrevesada situación en la que dejaron el país aquellos mismos que ahora, sin el más mínimo empacho y vergüenza, se dedican a reprochar al señor Rajoy que se vea obligado a tensar el freno de los gastos de este nación.
Lo que sucede es que, el Rasputín del PSOE, señor Pérez Rubalcaba, ha entrado en una fase que, seguramente, los músicos podrían calificar de efecto glissando o deslizamiento hacia su parte oscura, de modo que ha decidido calificar cada acción, cada gesto o resolución que pudiera poner en marcha el Gobierno, valorándola según lo que él mismo hubiera hecho y pensado si hubiera estado en la parte contraria. Por ejemplo: el señor Rubalcaba no ha tenido reparo en calificar los aplausos, que los bancos del PP dedicaron a su líder, (cuando desgranaba la poco agradable letanía de las medidas que van a llevar a cabo, para intentar sacarnos de la crisis; no como lo que cualquier persona normal hubiera interpretado o sea, como el apoyo a una persona que tiene que exponer medidas que en nada le van a beneficiar ni a sí mismo ni a su partido), como si los parlamentarios del PP se hubieran "alegrado" de poder aplicar semejantes recursos. Uno de los principales gestores que ayudó a ZP a conducirnos a la situación en la que nos encontramos actualmente se permite, sin embargo, decir que Rajoy puede "perder la mayoría social" porque para el gran vudú de este desarbolado partido socialista "Rajoy no va a sacar a España de la crisis contra los españoles" ¡Gracias, majete, por contribuir a hundir el ánimo de los ciudadanos!
Y es que señores, ahora, cuando ya no pintan nada, no dudan en acusar al Gobierno de "no decir la verdad en el Parlamento" y "esconder las cosas".Es preciso tener la cara de cemento armado para que, el señor Rubalcaba, el príncipe de los intrigantes y trapisondistas; el mismo que negó, sin mover un músculo de su cara, las negociaciones bajo mano con ETA y aquel que está en el punto de mira de la Justicia por el caso conocido como "el Chivatazo" o el "caso del bar Faisán" en el que se acusa a la policía de haber alertado a ETA de una redada contra ella o el político que ha negado mil veces, junto a ZP, que España estuviera en crisis; este mismo señor es el que osa afirmar que el señor Rajoy miente y que oculta algo cuando de lo que la gente se viene quejando es de que esté tomando medidas, una tras otra, que le obligan a ajustarse demasiado el cinturón. Los que ocultaron el peligro de quiebra en el que ha estado el país, sí que fueron los del PSOE, aunque persisten en negarlo.
Claro que, hay ocasiones, en las que nuestro Alfredo Pérez se quiere pasar tanto de listo y busca con tanta bajeza la manera de perjudicar a su rival político, que llega a lo que se pudiera calificar de ridículo o hiperbólico, porque ambos términos le cuadran, como ha sido el hecho de calificar el anunciado aumento del IVA (algo que no hubiera sido preciso si no nos hubieran engañado con el déficit público del 2011, que la señora Salgado afirmó ser de un 6% del PIB, cuando en realidad fue de 8'51%), de "una subida del IVA contra la cultura" ¿ Advierten ustedes el maniqueísmo que se esconde tras esta frase? Quiere, con ella, significar que el Gobierno ha subido el IVA, no a causa de la necesidad de aumentar los ingresos del Estado, mediante un incremento que afecta a todos los ciudadanos, sino con la intención "maligna" de "ensañarse" precisamente con este gremio que tanto ha apoyado al PSOE, el conocido como "el de la cultura" que yo prefiero calificar como "el de la farándula"; por abarcar en su seno elementos que, a duras penas, saben lo que significa la palabra cultura. Y es que, para don Alfredo, no hay nada que le "ponga" más que sembrar cizaña y, si el tiempo en el que la siembra resulta ser uno de dificultades para el pueblo español y puede favorecerle a él y su partido, ya no digamos: el placer es el de los dioses. Como decía Lenin, el gran maestro e inspirador del señor Rubalcaba, "Cuando peor, mejor", refiriéndose a que, cuando peor estaban los ciudadanos, cuando más penurias sufrían y más agobiados se sentían, las posibilidades de que una revolución tuviera éxito eran mayores. ¿Pensará don Alfredo, en aplicar esta técnica de su inspirador a España?, ¿Le podrá su sectarismo aún en contra de los intereses del país? No será la primera vez que ha sucedido.
Pero donde ha estado insuperable y ha tocado con los dedos los límites la suprema inspiración ha sido cuando ha dicho: "Somos los que hemos hecho esta España y es nuestra herencia y vamos a defenderla con uñas y dientes" Ni escogiéndolas hubiera podido pronunciar unas palabras más inconvenientes; sólo que, ¿a qué España se referiría don Alfredo: a la del 18 de julio de 1.936 o a la del mes de julio del 2012? Da lo mismo, porque en ambos casos la España que nos dejaron los respectivos gobiernos: el del Frente Popular o el del señor Rodríguez Zapatero y Rubalcaba; han coincidido en la grave situación económica, social y ética que legaron a los que les sucedieron en el poder. La famosa "herencia", esta que, de nuevo, en un derroche de auto suficiencia, reclama para los socialistas de hogaño, el gran maestro del engaño. ¡Pues iremos servidos, don Alfredo, si los ciudadanos nos debemos conformar con la famosa herencia que ustedes nos han legado¡ O esta es, señores, mi visión de la situación.
Miguel Massanet Bosch
Cuando nacemos en un pais y crecemos en el, llevamos un sentimiento de fedilidad y amor a la nacion.
La frase: vamos a defenderla con unias y dientes es exacto.