(Publicado en Blog de Álvaro Anchuelo, aquí)
La Generalitat pide, o sería más exacto decir exige, 5000 millones de euros. Esto supone el 28% del total del Fondo de rescate autonómico, de 18000 millones. Valencia y Murcia han anunciado peticiones, todavía no formalizadas, que sumadas a la de Cataluña ascienden a 8500 millones. Entre las tres, consumirían ya casi la mitad del total. ¿Va a fijar cada Comunidad la cifra que le parezca unilateralmente? ¿Qué va a impedir que, una vez más, la suma supere el 100%? La Valencia gobernada por el PP ya anuncia, como en la “cláusula Camps”, que ellos pedirán “todo lo que les puedan dar”. Por pedir que no quede, es la dinámica habitual. No han aprendido nada.
En cualquier caso ¿Serán estas enormes cantidades suficientes para el espeluznante pozo sin fondo autonómico? En el caso catalán, lo solicitado serviría poco más que para cubrir los vencimientos de deuda hasta fin de año. Buena parte se iría en pagar los 2639 millones en “bonos patrióticos” que vencen en noviembre. Es deuda a 12 meses con un jugoso interés del 4.75%. ¿Hay que pagar ahora a los “patriotas” sus intereses íntegros con el dinero de todos los españoles? ¿Y qué sucederá el próximo año?
En los pagos a hacer frente no se incluyen los pagos a proveedores, ni a entidades del tercer sector con conciertos con la administración autonómica (que dejaron de recibir sus pagos en julio). Para eso ya se creó otro enorme fondo de ayuda estatal para pago a proveedores, de 35000 millones, que había “puesto el contador a cero”. Parece que ya ha vuelto a resurgir la morosidad pública, como vaticinó UPyD. ¿A cuánto está en realidad el contador? ¿Qué va a pasar con esos proveedores y entidades del tercer sector?
Ante tamaño desastre, uno esperaría escuchar justificaciones, explicaciones, peticiones de perdón, dimisiones, asunción de responsabilidades, propósitos de enmienda… Nada de eso. Una vez más ¿nadie es responsable de nada?
Para más inri, el gobierno catalán afirma que no piensa aceptar condiciones a cambio del dinero. No pide, exige. Sin embargo, incluso la Ley de Estabilidad (votada por CiU) permite los controles y las condiciones. Razón de más si se pide un rescate. Por otro lado, a la comunidad la rescata el Estado que está rescatado por Europa. Y Europa exige condiciones. ¿Cómo puede el Estado cumplir las condiciones europeas si las comunidades no están dispuestas a cumplir las del Estado?
Bruselas ya ha reaccionado, por medio de un portavoz de la Comisión, recordando que las ayudas han de estar sujetas a estricta condicionalidad. No así el presidente del Gobierno español. El sr. Rajoy se ha limitado a explicar que las comunidades autónomas “son España”, por lo que las ayudará. Siguiendo con ese curioso razonamiento ¿no son también España los parados de larga duración sin cobertura o los desahuciados de sus viviendas?
Además de no aceptar condiciones, los partidos nacionalistas catalanes tampoco están dispuestos a frenar su deriva rupturista, exigiendo el Pacto Fiscal y promoviendo una manifestación independentista en la Diada. Es de temer que esa tentación rupturista se agudice. Resulta mucho más cómodo para las élites dirigentes catalanas culpar a los de fuera de todos los males que dar explicaciones sobre su nefasta gestión. Estas tensiones son justo lo que España necesita en el momento actual para acabar de ahuyentar a los pocos inversores extranjeros que queden.
Entre tanto, el gasto identitario y clientelar en embajadas, televisiones, entes públicos de distinto pelaje… sigue intacto, y la deuda total de la Generalitat asciende a 42 000 millones.
¡Y luego nos echamos las manos a la cabeza cuando sube la prima de riesgo!
En tiempo de crisis hay que todos los cuidadones se unen.
No hay que tener pelleas entre los cuidadones.
Hay que juntarse para mejorar las cosas y salir de la crisis.
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