- Considera “irreal” el límite del 0,7% para las autonomías que firmó en el Senado
Miquel Noguer / Lluís Pellicer Barcelona (Publicado en El País, aquí)
El presidente catalán, Artur Mas, ayer durante la rueda de prensa ofrecida en el
Palau de la Generalitat. / JOAN SÁNCHEZ
La imagen de unidad que Mariano Rajoy transmitió al término de
la Conferencia de Presidentes en la lucha contra el déficit quedó ayer en
entredicho con la versión del encuentro aportada por Artur Mas. El presidente
de la Generalitat tachó de “irreal” el límite de déficit que se ha impuesto a
las comunidades autónomas para el año que viene y adelantó que difícilmente se
va a cumplir, especialmente si el Gobierno no paga las deudas que mantiene con
estas administraciones y singularmente con Cataluña. Quedó roto así, de facto, y
en menos de 24 horas después de su firma, el único acuerdo alcanzado en la
Conferencia de Presidentes.
Mas no cuestionó la voluntad de todos para cumplir los objetivos de déficit
pactados con la Unión Europea, pero sí la forma como se distribuyen estas metas
entre la Administración central las y autonomías. Para 2013 el déficit global de
España no debe superar el 4,5% del PIB. La Administración central se reservó 3,8
puntos de este déficit y para las autonomías fijó el 0,7%. La Conferencia de
Presidentes acordó el martes estudiar un nuevo reparto para 2014. Para Mas eso no es
suficiente y reclamó que ya en 2013 haya un reequilibrio. Incluso concretó hasta
donde se debería flexibilizar. En opinión de Mas, el objetivo de déficit de las
autonomías debería ser el equivalente al peso de su gasto sobre el total del
sector público: cerca de un tercio. Es decir, las autonomías deberían tener un
techo de déficit en torno al 1,5% en lugar del 0,7%.
El presidente catalán dejó claro qué cree que ocurrirá si no se actúa en esta
dirección: no se cumplirán los objetivos de déficit y la imagen de las
autonomías saldrá más perjudicada, aseguró. “La actual distribución del déficit
es irreal y muy peligrosa porque puede desestabilizar la cohesión social”, dijo,
insistiendo en que las competencias en educación, sanidad y servicios sociales
recaen sobre las autonomías. Mas quiso transmitir el mensaje de que esta visión
generó apoyos en el seno de la Conferencia de Presidentes, citando a los
presidentes socialistas, y aseguró que alguno del PP le hizo llegar su
apoyo.
El acuerdo de mínimos alcanzado sobre este asunto y sobre la contención del
gasto fue el principal argumento que esgrimió Rajoy para recalcar
que las Administraciones españolas están unidas contra el vendaval del déficit
público. Algunos presidentes también resaltaron la importancia de la “unidad de
España” en lo que muchos interpretaron como una discreta pulla a la vía soberanista que ha emprendido el presidente catalán.
Mas no dejó pasar la oportunidad de responderles ayer en público. “A Cataluña le
interesa dar un mensaje de seriedad y de responsabilidad, no de unidad”, dijo,
argumentando que “esto de la unidad nacional no es una prioridad para
nosotros”.
El compromiso de Cataluña con el déficit del 0,7% en 2013 es a día de hoy una
incógnita. Si bien Mas dejó clara su intención de trabajar en este sentido,
también sostuvo que su cumplimiento depende de que el Gobierno pague a la
Generalitat lo que le adeuda y que haga normativas “no invasivas a nivel
competencial” para abaratar el coste de los servicios que presta. La Generalitat
calcula que la deuda del Estado con Cataluña ascenderá en 2013 a más de 3.139
millones correspondientes a las obras públicas no ejecutadas entre 2008 y 2010 y
al fondo de competitividad, que sí se ha incluido en el proyecto de Presupuestos
Generales del Estado.
A pesar de que las cuentas elaboradas por el ministro Cristóbal Montoro
incluyen el pago de ese fondo —aunque sin concretar la cantidad—, el Ejecutivo
de Mas recela del proyecto. Ayer el consejero de Economía, Andreu
Mas-Colell, aseguró que los Presupuestos “están construidos” sobre la
previsión de que la economía española el año que viene se contraerá el 0,5%, lo
cual consideró “una predicción muy optimista”. Y ello, razonó, “tensionará toda
la estructura” de las cuentas públicas.
El consejero catalán, que ayer almorzó con empresarios en el Círculo Ecuestre
de Barcelona, aseguró que España será rescatada en “cuestión de semanas” y puso
énfasis en las condiciones que le exigirán los socios europeos, en especial
Alemania, Holanda y Finlandia. Mas-Colell previó que la UE va a requerir al
Gobierno de Rajoy seguir con la reforma del sistema de pensiones; una
reestructuración del sector público y de las “compensaciones” de los
funcionarios, y una reforma de la “financiación de la sanidad” pública. “No creo
que sea viable entrar en un régimen de rescate con ayudas de Alemania y Holanda
y tener un sistema sanitario más amplio y gratuito que ellos”, afirmó.
En el almuerzo, Mas-Colell trató de tranquilizar a los empresarios sobre el
proceso hacia una consulta sobre la autodeterminación. El consejero garantizó
que sería negociado, recordó que no necesariamente debía acabar en la
independencia, sino que se podía parar en “puntos intermedios”, y dijo que quien
pilote esa “transición” lo hará pensando en la “estabilidad económica” y las
preocupaciones del “mundo empresarial”, que hasta ahora es el más reacio a ese
debate. Eso sí, Mas-Colell apostó por que el referéndum se celebre “lo antes
posible” para normalizar el debate.
Aunque Mas rehuyó expresamente el debate soberanista en la Conferencia de
Presidentes, ayer aportó detalles sobre sus planes si resulta reelegido el 25 de noviembre. Mas dijo que pedirá al Gobierno
celebrar un referéndum, y si este se opone, buscará la “comprensión de la
comunidad internacional”. Aseguró estar dispuesto a entrevistarse con gobiernos
europeos en busca de apoyo y también que utilizará los diferentes “marcos
legales” según le convengan: “No solo están las leyes españolas, sino también la
legislación internacional”. Los nacionalistas consideran que la comunidad
internacional empujará para que haya algún tipo de consulta como se hizo en
Quebec o Montenegro o como se hará en Escocia.