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Puig ridículo, Tomás Gómez, lamentable (por Miguel Massanet Bosch)

Publicada el octubre 20, 2012 por admin6567
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Epicarmo nacido en Megara, 
Sicilia, (
550 a. C. - Siracusa, 460 a. C.) fue un comediógrafo y filósofo presocrático griego, máximo representante del primer periodo de la comedia griega; escribió unos 300 fragmentos en uno de los cuales dejó escrito el siguiente pensamiento: "Era inepto para hablar y no podía estar callado".
  

 

Es cierto que, los españoles, mal que nos pese, hemos debido acostumbrarnos, por eso de la democracia y de las nuevas costumbres, a que cualquier zafio pueda llegar a escalar, en la política, los más altos puestos; debido, seguramente, a que, a diferencia de lo que sucedía en otros tiempos de nuestra historia, a los cargos representativos no suelen llegar los más preparados o los más inteligentes ni, tan siquiera, los mas listos o los que el pueblo ha querido encumbrar; no, señores, con el sistema partitocrático todo, aún en democracia, se nos da a los ciudadanos como si fuera una pizza, o sea precocinado, de forma que, forzosamente, a causa de una ley electoral manifiestamente mejorable y obsoleta, tenemos que elegir entre lo malo y lo peor, sin que nunca podamos disponer de la facultad de triar, de entre todos los que se presentan a las elecciones, a los mejores, fueren del partido que fueren y vinieren de donde vinieren.

Lo que sucede es que se ha llegado a un extremo, quizá porque las personas mejor preparadas, más inteligentes, más aptas y mejor equipadas intelectualmente prefieren no meterse en este avispero en el que se ha convertido la función pública, en el que los únicos que se prestan a ocupar cargos representativos, o son aquellos que quieren medrar económicamente o los que aspiran a tener poder o, en muchas ocasiones, los vagos de solemnidad o, quizá, como hemos tenido ocasión de comprobar más veces de las que nos hubiera gustado, los que piensan aprovecharse del cargo para delinquir; lo que, por supuesto, no significa que estén en condiciones de satisfacer las justas aspiraciones de justicia, igualdad de oportunidades, garantía de un puesto de trabajo digno, libertad, ética, imparcialidad y honestidad que los ciudadanos les demandamos.

Y es por eso que, en unos momentos en los que se está poniendo en juego el futuro de España y de nuestros hijos; cuando se está librando una batalla en Europa, entre lo que son los intereses de las naciones más poderosas y lo que piden aquellas otras que han salido peor paradas de la crisis; cuando, cada día, las bolsas nos dan nuevos disgustos y el endeudamiento del país, a causa de los devaneos políticos de los gobiernos precedentes, roza los límites de lo irremediable; nos hallamos inmersos en una serie de pequeñas batallas internas, de chantajes regionales y de desmanes populares, de más que dudosa legitimidad ya que, en la mayoría de los casos, se están produciendo para minar la labor de un Gobierno que está poniendo toda la carne en el asador, para intentar enderezar el camino de nuestra nación que, en caso contrario, conduce directamente al abismo financiero y económico.

Así vemos que, mientras el nacionalismo catalán roza los límites de la constitucionalidad, sus políticos lanzan verdaderos desafíos, amenazando con la secesión de España y siguen en su deriva de ir poniendo al Gobierno ante hechos consumados, en su empeño de crear un estado paralelo al español que les sirva, en un momento dado, de trampolín para dar su último paso hacia su total independencia; el PSOE del señor Rubalcaba resulta que anda envuelto en una serie de batallas internas por el poder lo que, sin duda, limita las posibilidades de su líder de llevar a cabo una oposición coherente, sensata y útil en una época en la que toda ayuda al Gobierno se ha convertido en algo imprescindible.

Por ello, cuando escuchamos al conseller señor Puig, de CIU, hacer declaraciones disparatadas, agresivas y, reconozcámoslo, dignas de aquellas memorables batallas con las que, el cómico Miguel Gila, nos deleitaba y nos hacía desternillar de risa con sus comentarios sobre aquellas incruentas batallas en las que se le pedía "al enemigo" que les devolviera las balas o se le preguntaba a qué hora iban a atacar. Nada más se puede interpretar en tono de chascarrillo que, el señor Puig, con cara de circunstancias, se atreva a amenazar al Gobierno español con los Mossos de Escuadra; con los que, un tanto temerariamente, parece que cuenta en el caso de que produjera la ruptura con España. Lo malo de estos deslices es que, aparte de dejar en ridículo a quien los comete, se exponen a que, como ha ocurrido, sean los propios mossos los que salgan a decir que "a ellos no los mezclen en cuestiones políticas" porque sus funciones son mantener el orden y pillar a delincuentes y no enfrentarse al Estado español. Deplorable y un argumento más para todos aquellos que opinamos que la independencia de Catalunya sería, sin duda, su condena al ostracismo como, por cierto, parece opinar el banco de inversión, de origen suizo, UBS, cuando ha advertido de que una separación entre Catalunya y España sería "sombría y desastrosa" subrayando que el texto constitucional parece suficientemente claro al respecto; y termina preguntándose: "dónde se ubicaría Catalunya (en términos financieros)…en la UE parece que no y tampoco en la Eurozona".

Tampoco anda muy fino el señor Tomás Gómez del PSM, quien, como portavoz socialista en la Asamblea de Madrid, no se cortó y lanzó a la oposición del PP el siguiente exabrupto, en un rifirrafe sobre el copago farmacéutico: "Sus abuelos robaron a millones de españoles su infancia y ahora, ustedes, sus nietos, les quieren robar la jubilación" Lo que no dijo este gárrulo socialista, que debiera retomar la enseñanza primaria para librarse del contagio de la Memoria Histórica; es que si, en la actualidad, se cobra pensiones es, ni más ni menos, porque en la dictadura del general Franco se estableció una Seguridad Social con cuyas cotizaciones fue posible asegurar una jubilación a los trabajadores, algo que no existía antes. Lo más curioso es que, en aquellos tiempos del franquismo muchos de aquellos abuelos, a que se refiere el locuaz Tomás Gómez, eran los antecesores de muchos socialistas actuales que, curiosamente, eran adictos al régimen y algunos de ellos falangistas, lo que seguramente encontraríamos si escarbásemos un poco en sus raíces.

En todo caso, la bilis que rezuman las palabras del señor Gómez no hace más que confirmarnos en la idea de que, los rencores de los que perdieron la Guerra Civil siguen vigentes y que, los nietos de aquellos que lucharon en ella y que decidieron, mediante la ejemplar transición llevada a cabo por aquellos que la ganaron, olvidarse del pasado para seguir el camino de la recuperación juntos; no están dispuestos a aceptar las reglas democráticas ni lo que las urnas decidieron en noviembre pasado; sino que parecen decididos a resucitar viejas contiendas, odios endémicos y enconos centenarios; olvidándose de que, nuestro país, no está en condiciones de soportar un nuevo enfrentamiento entre hermanos ni, mucho menos, las nuevas generaciones de españoles pueden asumir el precio de que, los esfuerzos que se están haciendo para salvar al país, queden malogrados a causa de los resentidos de turno, empeñados en hundirse y hundir con ellos al resto de España. O así es, señores, como contemplo, con estupor y preocupación, estos intentos de desestabilizar el país.

Miguel Massanet Bosch

0 comentarios en “Puig ridículo, Tomás Gómez, lamentable (por Miguel Massanet Bosch)”

  1. negociación en opciones binarias dice:
    octubre 22, 2012 a las 11:44 am

    L’Espana debe ser unida en tiempos buenas y mucho mas en tiempos de crisis.
    Los cuidadones necesitan ahora un pais unido,fuerte, capaz a enfrentar lo que sea, no importa izquierda ou derecha, el camino deve ser lo mismo.

    Responder

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