Benito Jerónimo Feijoo, fraile y hombre de la Ilustración del Siglo XVIII fue autor del Teatro Crítico Universal del que podemos recoger el siguiente fragmento: "Sólo el que está ciego se va con serenidad al precipicio". Lo cierto es que, si algo había que pudiera empeorar aún más la situación de nuestro país, agravar los graves problemas que nos vienen afectando a los españoles y hacer que, nuestras perspectivas de recuperación social, financiera y económica sufrieran un nuevo impedimento para avanzar, no hay duda de que lo que ha estado sucediendo en Catalunya durante las últimas semanas se puede decir que ha colmado la copa de la paciencia del pueblo español.
El nacionalismo catalán ha pretendido aprovecharse de la situación difícil en la que se encontraba España, acosada por su deuda, objeto de los más graves ataques especulativos por partes de las bolsas europeas y mundiales, sometida a las presiones del resto de la UE y el ECOFIN para que nos sometiéramos a una gran cirugía que sirviera para erradicar todos aquellos vicios, deformaciones, malas praxis y erróneas costumbres que afectaban a una economía, basada en falsos cimientos que, a modo de utopía, había conseguido deslumbrar al pueblo español convencido de que aquello era Jauja y que, como tal, iba a durar indefinidamente. A veces basta una mala apreciación de la realidad, una errónea valoración de los elementos que pueden influir en el éxito de una operación o un exceso de confianza en las propias fuerzas y posibilidades, para que un proyecto, no sólo no triunfe, sino que se convierta en un fracaso sin paliativos.
Unos pocos acontecimientos les hicieron suponer al señor Mas y al señor Oriol Pujol (el veterinario de la familia) que había llegado el momento de poner en jaque al Estado español. Protestas en las calles contra los desagradables recortes; ataques desde todos los frentes, incluidos los Sindicatos, a las reformas laborales del Gobierno; movilizaciones en sectores tradicionalmente poco partidarios de sacar a la calle sus reclamaciones como ha sido el caso de funcionarios de la Justicia, jueces, magistrados y fiscales; ataques furibundos del PSOE que ve angustiado como cada día va marcha atrás y no consigue recuperar la confianza de sus anteriores votantes; en una palabra, un ambiente propicio, debieron pensar, para exigir lo que tantos años han venido pretendiendo conseguir: en primer lugar, una financiación especial para los catalanes y, en segundo lugar, una independencia de hecho basada en una interpretación amplia del Estatut, con amplia transferencia que los condujeran, en unos pocos años, a la "suspirada" independencia.
Sin embargo, las cosas no han salido como se pensaba. Europa ha sido taxativa dejando meridianamente claro que, en caso de independizarse de España, las posibilidades de una integración rápida en la CE como estado independiente eran nulas, sin paliativos, imposibles. Este primer mentís a las mesiánicas declaraciones del señor Mas, prometiendo el oro y el moro a los catalanes si abandonaban España, ha sido la primera bomba de profundidad que ha calado fuerte entre aquellos que pensaron que todo sería coser y cantar y que, como prometía Mas, Catalunya, dentro de la UE, sería un país próspero y más ricos que el resto. Desde entonces los fracaso se han ido sucediendo hasta el punto de que alianzas que daban por descontadas para proclamar el "estat catalá independent" se han ido difuminando, ante la evidencia de que la aventura separatista contaba con menos probabilidades de salir delante de las que los más optimistas se habían prometido.
El señor Mas se ha encontrado entre la espada y la pared. Quizá pensó en que el Ejército intervendría y ello lo hubiera convertido en un mártir del independentismo, pero esto no ha ocurrido. No sólo han tenido que eliminar de su proclamación lo de "la independencia de la nación catalana" si no que todo ha quedado reducido a una simple declaración de Catalunya como "un sujeto soberano" que, si consultamos el diccionario, veremos que es aquel "que ejerce o posee la autoridad suprema o independiente" ¿Encaja esta declaración dentro de las facultades que le corresponden al Gonern catalán dentro de la Constitución? ¡Negativo! Lo que sucede que esta problemática declaración de principios ha venido precedida por amenazas de ruptura dentro de los mismos partidos que la han presentado, como ha sucedido con los socios de Convergencia, los democristianos del señor Durán, que, en algunos sectores, se han mostrado en contra de votar tal estupidez y ello ha dado lugar a que, el señor Durán, haya tenido dificultades en contener a sus huestes.
El señor Pere Navarro, ha tenido que bregar con una escisión dentro del PSC que amenazaba con saltarse la disciplina de voto y provocar un grave enfrentamiento con el PSOE del señor Rubalcaba, que no parece que estuviera dispuesto a permitir un apoyo al independentismo catalán. El señor Rivera, de Ciudadans, ha sido el que mejor a resumido la situación, cuando ha empezado su alocución con las siguiente palabras:"La soberanía reside en el pueblo español. Aquí termina el debate". Ahora ya no es independencia la que se reclama sino el "derecho a decidir", ¿a decidir sobre qué? porque si no es sobre su separación de España, ¿sobre qué querrán decidir? Es muy probable que, como ya parece que están empezando a hacer, quieran dotarse de una Hacienda propia, una oficina fiscal que recaude los tributos, incluso el IRPF, y se apodere de ellos sin ingresarlos en la Tesorería General del Estado. ¿Están en condiciones a exponerse a que, como ya se les está aplicando, el Gobierno del Estado decida ir recortando las transferencias a Catalunya y postergando las inversiones en infraestructuras mientras dure este contencioso?
Si, como hoy sale en la prensa escrita, los catalanes no han podido cumplir con los objetivos de déficit marcados por el Estado en la Ley de Estabilidad Presupuestaria; si las dificultades para poder pagar a proveedores y las propias nóminas de funcionarios de la Generalitat o si les es imposible atender a los costes de los hospitales catalanes, y el TC les está recortando aquellos tributos y tasas en los que confiaban para poder recaudar más ¿Qué es lo que van a hacer para salir adelante?,¿ acaso van a reducir el número de televisiones catalanas, actualmente cinco, cuyo coste resulta una pesada carga para las finanzas catalanas? O, puede, que se decidan a reducir embajadas en el extranjero vista la imposibilidad de pagar los sueldos elevados de quienes están destacados en ellas. En todo caso, lo que sí es evidente es que, los catalanes, sin las ayudas del Estado, sin posibilidades de financiarse a precios razonables emitiendo deuda, debido a la calificación de deuda basura que le han asignado las agencias de rating; van a tener graves dificultades y así lo han visto claro los empresarios, de poder mantenerse como estado independiente.
El panorama no puede ser más desolador. Enfrentamientos en el Parlament; enfrentamientos dentro de las distintas facciones políticas; una sensación de desencanto y frustración en aquellos sectores que ya daban por hecho lo de la independencia; miedo de comerciantes y empresarios de lo que pueda depararles el futuro; sensación de angustia y impresión de desamparo para los españoles que residimos en esta tierra y temor a que el señor Rajoy acabe cediendo dándole a Catalunya una financiación especial, a aquellos que han venido haciéndole chantaje a España. Este es, señores, mi temor. Así contemplo, señores, la situación de estos días en esta comunidad.
Miguel Massanet Bosch