Skip to content

La Vanguardia de Cuenca

Intereses: comunicación y actualidad en general, weblogs, sociedad, política

Menu
  • INICIO
  • BIOGRAFÍA
  • PUBLICACIONES DEL AUTOR
  • Instagram
  • Facebook
  • X
Menu

Del ‘sonajero’ a la farsa macroeconómica (por Jesús Mota)

Publicada el mayo 8, 2013 por admin6567
Compartir

El Gobierno ofrece unas previsiones confusas para los próximos tres años, sobre todo en empleo. Niega de hecho la estabilidad financiera cuando proyecta para el trienio un crecimiento continuo de la deuda pública

Jesús Mota (Publicado en El País, aquí)

EVA VÁZQUEZ

Hasta finales de abril, el equipo económico del Gobierno había manejado con
soltura e impasibilidad busterkeatoniana un discurso económico consistente en
entretener a la ciudadanía, a los inversores y a los vigías de Bruselas con
bagatelas y logomaquias sobre las reformas estructurales. Es
lo que se conoce como “política del sonajero”. Cada medida trivial (todas,
excepto la reforma laboral) se presentaba como un gran cambio encaminado a
“sentar las bases de la recuperación” (esa letanía todavía no ha desaparecido
del catecismo); cada catálogo de buenas intenciones, leído deprisa y corriendo
al final de un Consejo de Ministros, era un esfuerzo sobrehumano en la
“dirección correcta para crear empleo”; cada enhorabuena protocolaria de los
funcionarios de la CE aparecía como un aval a la certera política económica y
cada mínima mejora de las estadísticas subrayaba las excelencias de las
decisiones adoptadas o simplemente enunciadas. Abochorna decirlo, pero la
reducción del déficit por cuenta corriente, un subproducto inevitable de la
recesión, se presenta hoy como un signo apoteósico de mejora económica; y la
medalla del descenso de la prima de riesgo, mérito exclusivo de la estrategia
del Banco Central Europeo, se la ha colgado apresuradamente el presidente del
Gobierno.

Pero a partir del 26 de abril la fase política del sonajero empieza
a transmutarse en farsa macroeconómica. Como rasgos incipientes de esta fase
pueden indicarse confusos planes de estabilidad a medio plazo, ayunos de
cualquier racionalidad y la indiferencia con que se asumen desde el Gobierno las
mayores contradicciones en su proyecto económico. No se cuidan ni las formas,
signo que Azorín identificaría con un estado de ánimo desesperado. La política
de supuestas reformas, simples recortes invertebrados en su mayoría, está
agotada, por ineficaz, por costosa en términos sociales y porque la ciudadanía
ha dejado de creer en ella. Ha interpretado correctamente que se trata de un
engaño.

La previsión oficial juega con una productividad favorable
para adelantar la recuperación laboral

El signo de la nueva farsa brotó en el Consejo de Ministros del citado 26 de
abril, fecha en la que se anunció la revisión de un nuevo cuadro macroeconómico
encaminada a describir mejor la realidad deprimente de la economía y ganar
credibilidad ante los inversores y Bruselas sobre los nuevos plazos del plan de
estabilidad financiera. No era serio sostener que la economía española
experimentará una moderada contracción (-0,5% del PIB) cuando el primer
trimestre ya arroja sospechas de que el espasmo recesivo superará el 1,5%. El
problema es que el nuevo cuadro macroeconómico se parece más a un disparate
cómico que a un ejercicio razonado y creíble de previsiones o diagnóstico.
Veamos por qué.

Sostiene el Gobierno en su plan que la economía se contraerá este año el 1,3%
y crecerá el 0,5% en 2014. No es necesario discutir por el crecimiento en 2013.
Décima arriba o abajo, está en torno a lo que calculan el Fondo Monetario
Internacional (FMI) (-1,5%) u otras predicciones públicas y privadas. Pero llama
la atención que de un ejercicio con recesión aguda se pase, sin motivos para un
cambio de tendencia, a uno de crecimiento moderado. Es tan probable esa salida
en V de la crisis como otra en la que la economía española sufra varios
trimestres más de estancamiento. Pero el problema principal del cuadro es la
pasmosa incoherencia entre esa tasa de crecimiento y la correspondiente del
empleo en el próximo año. Esta es la secuencia que defiende el Gobierno: en
2014, con un crecimiento del 0,5%, el empleo total caerá el 0,4%; del mismo
modo, para 2015, se propone un crecimiento del PIB del 0,9% y un aumento del
empleo del 0,3% y para 2016 las predicciones respectivas son 1,3% y 0,7%.

Estos cálculos rozan la desfachatez. Cualquier modelo econométrico razonable,
con premisas realistas de productividad aparente, calcularía caídas del empleo
muy superiores al citado 0,4% el año próximo y, por supuesto, en los siguientes.
¿Dónde está el truco? Pues en que el equipo económico calza la productividad con
el mismo método que Almodóvar escribe sus guiones y Dan Brown sus best
sellers, es decir,
a martillazos. Según el Ejecutivo, la productividad
aparente de este año aumentará el 2,1%, el 1,4% en 2014 y solo el 0,6% en 2015 y
2016. Frente a esas premisas ventajistas, es más probable que la productividad
crezca este año el 2,1%, que después se reduzca moderadamente hasta el entorno
del 1,4% el año que viene, aproximadamente el 1,2% en 2015 e incluso el 1% en
2016. Con esas tasas de productividad más realistas, la trayectoria del empleo
dejaría de tener la sonrosada apariencia que ofrecen desde La Moncloa; caería en
torno a un punto el año próximo, otras tres o cuatro décimas en 2015 y
prácticamente lo mismo en 2016. Dicho de otra forma, frente a la presunción de
que la economía española creará empleo a partir de 2015, lo probable es que
continúe perdiéndolo hasta 2016. Esta conclusión invalida la previsión oficial
sobre la tasa de paro; no empezaría a bajar del 27% hasta 2016, y no en 2014
como sostiene la incoherente proyección oficial.

El déficit público real en 2012 se aproxima al 8% si se
cuenta el recurso al Fondo de Pensiones

La cosa empeora cuando se analizan las entrañas del déficit público y la
deuda. De una necesidad de financiación del 0,22% del PIB este año se pasaría a
una capacidad de financiación del 3,9% del PIB en 2016. Para que luego digan que
no existen los milagros. El mayor logro financiero de la economía española de
los últimos 25 años fue alcanzar una capacidad de financiación del 1,7% del PIB
después de tres devaluaciones y un realineamiento monetario; el Gobierno de
Rajoy pretende conseguirlo, de hecho superarlo, en un año. Y no solo eso, sino
que en los años siguientes seguirá creciendo abrumadoramente la capacidad de
financiación. ¿Pretenden los ministros económicos decirnos que las empresas
españolas seguirán sin invertir en España durante los próximos años, porque eso
es básicamente lo que significa un aumento de la capacidad de financiación, que
invertirán fuera y que, por tanto, no habrá crecimiento? En ese caso, ¿para que
se busca la estabilidad financiera? Con el mismo desahogo, se plantea un marco
de estabilidad que prevé un crecimiento sostenido de la deuda, cuando es
precisamente la deuda lo que trata de reducir cualquier plan de estabilidad,
como hubiera explicado perfectamente Groucho Marx. De hecho, lo único estable
del plan es el paro, porque, por las razones apuntadas, la tasa no bajará del
27% hasta más allá de 2016.

La evolución económica que se propone es un ataque a la verosimilitud y,
entre líneas, la prueba evidente de que el Gobierno ha caído en la histeria, que
no es otra cosa que negar la verdad (la incompetencia para afrontar la crisis) y
un encerrarse en el simulacro. Su gestión del ajuste presupuestario ha
fracasado, y así lo demuestra la incapacidad para corregir el déficit. Bien
analizadas las cuentas, no sería en 2012 del 6,98% del PIB, como con énfasis
triunfal anunciaron el presidente y el ministro de Hacienda, sino de
aproximadamente el 8%, porque del cálculo final del déficit se han hurtado al
menos la imputación de 11.000 millones, correspondientes a los 7.000 millones
que el Gobierno retiró del Fondo de Reserva de las Pensiones y otros 4.000
millones de retiraron de las Mutuas; 11.000 millones que deberían figurar en el
debe de las Administraciones públicas. Si se argumenta que el Fondo de Reserva
“para eso está”, la respuesta es que solo debe emplearse si se admite que el
déficit es estructural; si es coyuntural, como sostiene, aquejado de psitacismo,
casi todo el Gobierno, el Fondo no se debe tocar. Si además se incluyeran las
ayudas a las instituciones financieras (3,65% del PIB), resulta un déficit
aproximado de las AA PP en 2012 del 11,63% del PIB.

La solución política de un Gobierno noqueado por una crisis que no comprende,
es culpar al Banco Central Europeo. Que resuelva el problema Draghi con
inundaciones de liquidez, tipo de interés cero y financiación ilimitada a las
empresas; este es el nuevo mensaje después de la declaración implícita de
incompetencia. Pero en la memoria están la sumisión faldera a las exigencias de
recorte del gasto promovidas desde Berlín, la seriedad con que desde los
ministerios se defendía la austeridad o la banalidad esa de “no hay que gastar
más de lo que se tiene” y la convicción con que se han mutilado gasto público y
derechos en sanidad y educación. Parafraseando a Pío Baroja, bien podría decirse
que el Gobierno aplicó una política económica con “demasiados dogmas y poca
moral”; con el agravante fatal de que ha sido incapaz de ejecutarla.

Juan Andrés Buedo: Soy pensionista de jubilación. Durante mi vida laboral fui funcionario, profesor, investigador social y publicista.
  • Actualidad
  • Administración Pública
  • Ciencia
  • Cine
  • Comunicación
  • Cultura
  • Deportes
  • Economía
  • Educación
  • Gastronomía
  • Historia
  • Juegos
  • Libros
  • Literatura
  • Medio ambiente
  • Música
  • Pensamiento político
  • Política
  • Religión
  • Sociedad
  • Sociedad de la Información
  • Televisión
  • TIC y Sociedad del Conocimiento
  • Uncategorized
  • Urbanismo y Arquitectura
  • Viajes
  • Web/Tecnología
  • Weblogs

Recent Posts

  • España en llamas-III (por Eulalio López Cólliga)
  • EPISODIOS PROVINCIALES. 19 – La Diputación de Cuenca: entre andanadas improvisadas y enchufismo mal disfrazado (por Juan Andrés Buedo)
  • Discrepancia política, colaboración interadministrativa y sentido de Estado: el ejemplo de los incendios (por Juan Andrés Buedo)
  • España en llamas-II (por Eulalio López Cólliga)
  • España en llamas-I (por Eulalio López Cólliga)

Recent Comments

  1. Fuente en Las puñeteras abstracciones (por Miguel Massanet Bosch)
  2. Fuente en Donde se habla de profetas mesiánicos, dinero negro y separatismo (por Miguel Massanet Bosch)
  3. Fuente en Rajoy niega haber recibido dinero negro y presentará sus declaraciones de la renta
  4. euromillones en Miles de personas se manifiestan contra el paro y los recortes en servicios públicos
  5. central park en ¿Hacen falta cambios en el gobierno de Rajoy? (por Miguel Massanet Bosch)
© 2025 La Vanguardia de Cuenca | Desarrollado por Superbs Tema de blog personal