Publicado en El blog de Alvaro Anchuelo, aquí)
La creación de empleo siempre es una buena noticia, y como tal ha de ser acogida la que ha tenido lugar en mayo de 2013. El paro registrado ha disminuido en 98.265 personas, lo que es un registro mejor que en otros meses de mayo pasados, y el número de cotizantes a la Seguridad Social aumenta en 134.660 personas.
No obstante, la reacción del Gobierno peca de un triunfalismo injustificado, como acostumbra. La cuestión es si este aumento es coyuntural o estructural, y la respuesta no ofrece dudas: es coyuntural. Una economía en recesión, con la producción cayendo, no puede crear empleo anual neto, y el propio Gobierno acaba de empeorar las previsiones para 2013, en el que espera una caída del PIB del 1.3%.
El carácter coyuntural de la creación de empleo se ve ratificado claramente por los datos. En mayo (sobre todo) comienza la temporada turística, también hay más obras en la construcción aprovechando el buen tiempo y comienzan algunas tareas agrícolas. En efecto, es en estos sectores en los que se da la creación de empleo, que geográficamente se concentra en las Comunidades Autónomas más turísticas (Valencia, Cataluña y Andalucía).
Los datos ratifican asimismo la precariedad del empleo que se crea, lo que constituye un nuevo apoyo para la propuesta de contrato indefinido único de UPyD. Sólo un 7.47% de los nuevos contratos han sido indefinidos (y, de ellos, casi la mitad a tiempo parcial). Son 30.000 contratos indefinidos menos (un 24%) que en mayo del año pasado. El contrato de emprendedores, la figura estrella en la reforma laboral del Gobierno, naufraga por completo (sólo se ha utilizado en un 0.5% de los contratos firmados en mayo). El 92.5% de los contratos han sido temporales. La reforma laboral ha acentuado la precarización de nuestro mercado de trabajo.