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La “crisis política sin precedentes”, señor Rubalcaba, se la debemos a usted (por Miguel Massanet Bosch)

Publicada el julio 14, 2013 por admin6567
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"¿Es usted un demonio? Soy un hombre. Y por lo tanto tengo dentro de mí todos los demonios."
Gilbert Keith Chesterton.

 

España comenzó, a principios del año 2008, a iniciar lo que se puede considerar como la peor de las caídas sufridas por una nación en democracia, como consecuencia de la ineptitud, incapacidad, desinformación, fanatismo y empecinamiento en el error, de sus gobernantes. El señor Rodríguez Zapatero y su equipo de gobierno recibieron del anterior gobierno del PP una España en pleno auge económico; bien relacionada internacionalmente y merecedora del reconocimiento unánime por ser un país que, el gobierno del señor Aznar, había recibido de manos de los socialistas en una mala situación económica, con la Seguridad Social abocada a la quiebra y sin tener la menor posibilidad, dada nuestra incapacidad para reunir las condiciones que se precisaban, de poder ingresar en la UE y, a pesar de todo, milagrosamente, fue capaz de levantarla.

En sólo los primero cuatro años de la legislatura del nuevo gobierno del PP, la situación dio un vuelco espectacular; mejoraron las perspectivas económicas, se solucionó la situación precaria de las arcas de la Seguridad Social; mejoró el empleo y, lo más importante, se logró cumplir con los requerimientos exigidos para ser aceptados en la CE; con la particularidad de que, las tensas relaciones existentes entre el gobierno del señor Rodríguez Zapatero y los EE.UU., dieron paso, con el nuevo gobierno de derechas del PP, a una gran amistad y cordialidad, gracias a los buenos oficios del señor Aznar.

Todos sabemos las insidias que se vertieron contra el gobierno del PP en vísperas de las elecciones de marzo del 2004. Nadie ha olvidado las violaciones de la ley en la jornada de reflexión, con ataques a las sedes del PP, acusaciones falsas e insidias para hacer creer a los votantes que, el atentado del 11 M (todavía con grandes incógnitas relativas a quienes fueron sus verdaderos inductores) era debido a la "participación ( enviamos un hospital militar y unos pocos soldados que, en ningún momento, participaron activamente en ninguna batalla) en la guerra entre EE.UU. y el Irak de Saddam Hussein, al que se le atribuyó disponer de armas de destrucción masiva con las que amenazaba la destrucción de los países de occidente. No fue cierto, lo que dio pie al ataque furibundo del PSOE, incumpliendo la Ley Electoral, para desprestigiar al partido del Gobierno. Esta es la Historia de los hechos y, el señor Pérez Rubalcaba debiera recordarla a la hora de hacer sus declaraciones y de situarse en el ojo del huracán político que les dio la victoria en aquellas elecciones.

Los primero tres años del gobierno socialista de Zapatero sirvieron para destapar lo que se ocultaba bajo las buenas palabras que pronunció al principio de su legislatura, tendiendo la mano a todos los partidos de la oposición, prometiendo diálogo y participación, y anunciando y prometiendo un millón de nuevos puestos de trabajo, para acabar con el desempleo. Así empezaron a salir las leyes del aborto, los matrimonios gays, la de ayudas para el pago de alquiler a los jóvenes, la Ley de Dependencia, los 2500 euros para las nuevas madres, el folletín de la Enseñanza para la Ciudadanía, la famosa Ley de Igualdad de la ministra Aído y, para acabar de redondear aquel cúmulo de desatinos cometidos por Zapatero, sin consultar con sus ministros económicos que, en muchas ocasiones, le advirtieron de que, España, no estaba en condiciones para poder atender a tantos frentes sociales. Así, en unos pocos años, se encontró con las Arcas del Estado exhaustas y con un incremento de la deuda pública que, sin ser aún preocupante, empezaba a dispararse a medida que las recaudaciones de impuestos no llegaban para atender a los pagos de tantas mejoras sociales.

Luego, y el señor Rubalcaba, persona tan lista y resabiada, debiera de recordarlo a la hora de lanzar sus exabruptos contra el Gobierno del PP; cuando llegó el momento de la crisis de las sub-prime americanas y su repercusión sobre la economía mundial; el señor Zapatero y sus ministros, impotentes para tomar las medidas adecuadas (algo que significaba suprimir la mayoría de las concesiones sociales que con tanta alegría habían repartido) tuvieron miedo de las consecuencias en las urnas y optaron por la peor de las decisiones:¡negaron, una y otra vez, que existiera la crisis y mantuvieron que España no estaría afectada por ella y que nuestros bancos y cajas eran los más solventes del mundo! Y así fue, señores como se dejaron de tomar las medidas que, otras naciones, pusieron en práctica; se persistió en gastar el dinero que no teníamos y en acudir, cada vez más, a la deuda pública, pagando intereses más altos y, debido a la desconfianza del resto de países, debimos asegurar el pago de las devoluciones, lo que inmediatamente encareció las sucesivas emisiones con las primas de los seguros.

De mal en peor, a trancas y barranca, el gobierno socialista fue intentando salvar la situación a base de improvisaciones; acciones puntuales sin sincronización alguna; "inventos" made in Zapatero que se constituyó en el "salvador de la patria", llegando, en su locura, a desoír los consejos del señor Solbes que, al final abandonó. Ante tamañas y desacertadas decisiones, el país se fue empobreciendo, las empresas sin poderse financiar fueron cayendo y la pequeña y mediana empresa de los autónomos, fueron cerrando sus verjas, dejando en la calle a millones de trabajadores. Y el señor Rubalcaba, tan disgustado con el Gobierno del señor Rajoy, ahora monta en cólera porque el nuevo Ejecutivo se encuentra en problemas que vienen, en un 90%, de la herencia recibida que, por la ley del péndulo, por muchas medidas de austeridad que se hayan llevado a cabo, por muchos que sean los recortes que se hayan implantado y por mucho que sea el esfuerzo llevado a cabo para conseguir que la comunidad de naciones vuelva a tener confianza en nosotros; todavía no lo hemos conseguido totalmente.

Parece que don Alfredo ha olvidado que, en todas las ocasiones que se le han presentado, se ha dedicado, con el apoyo de su partido, de los nacionalistas y de los comunistas; a organizar toda clase de obstáculos, trampas, denuncias, huelgas, manifestaciones callejeras que, unidos a los apoyos dados a todos los antisistema que han intentado derribar al legítimo gobierno mayoritario del señor Rajoy; han conseguido retrasar la recuperación que las medidas del gobierno, para intentar cumplir con las exigencias de Bruselas y el ECOFIN y, a la vez, evitar tener que pedir el rescate que parecía algo inevitable. No, señor Rubalcaba, usted no quiere buscar soluciones para los españoles; usted no tiene un plan que sirva para sacar a España del apuro en el que se encuentra; entre otras cosas porque, el mayor de los obstáculos que, en estos días, tiene el país es, precisamente, usted mismo y su partido, junto a los intentos secesionistas de Catalunya. Porque usted, señor Pérez Rubalcaba, ha sido el Rasputín que ha ido sembrando la discordia en toda España; de tal manera que ha tenido la desvergüenza de atacar al señor Rajoy por el caso Gürtel cuando ustedes, los socialistas, están envueltos en cientos de casos de corrupción; delitos de malversación de caudales públicos; cohecho; prevaricación; enriquecimiento injusto; fraude y traición a la patria, tal y como ocurre con el famoso caso "del chivatazo" que tan de cerca le afecta junto al inexplicable robo de los ERE andaluces de los que, sin embargo, tan poco se habla. Para exigir responsabilidades; presumir de justiciero y atacar a un gobierno acusándolo de ir en contra de sus ciudadanos; lo primero que es preciso es tener la conciencia tranquila y, en el caso de ustedes, los socialistas, en lo que se refiere a la forma de gobernar España, su conciencia política no es más que el más sucio estercolero en el que se revuelcan las peores alimañas. O así es, señores, como lo veo yo.

Miguel Massanet Bosch

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Juan Andrés Buedo: Soy pensionista de jubilación. Durante mi vida laboral fui funcionario, profesor, investigador social y publicista.
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