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El PP de Rajoy sufre la amarga sangría del desencanto (por Miguel Massanet Bosch)

Publicada el noviembre 25, 2013 por admin6567
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"Deja atrás el pasado porque ya que no hay futuro en ello" Anónimo

 

Es posible que no haya partido en España si dejamos aparte C's y la UPyD de la señora Rosa Diez, que haya tenido una base tan sólida, fiel y sacrificada con es el PP. Han aguantado los años de sequía que precedieron a la llegada del señor J.M.Aznar al poder y, con él, se sintieron esperanzados y contentos de que aquel gobierno mantuviera en alto aquellos valores fundamentales en los que se basaba la Alianza Popular, creada por don Manuel Fraga, para intentar hacer frente a la evidente tendencia de los ciudadanos españoles hacia la izquierda, representada entonces por el PSOE del señor Felipe Gonzáles y eso que, visto lo visto, muchos nos daríamos con un ladrillo en los dientes por que fuera don Felipe el actual líder del PSOE, en lugar del señor Pérez Rubalcaba, un político acabado, convertido en alma en pena que intenta salvarse in extremis, manteniéndose sobre la cuerda floja, suspendido sobre el abismo de su probable destitución, antes de acabar formando parte del Consejo de Estado, cementerio político donde van a parar todos los que se han convertido en una pesada carga para el partido al que pertenecen.

La llegada al poder del heredero del señor Aznar, aunque fracasó en el primer intento, fue recibida con gran alborozo por todos aquellos que llegamos a creer que, con Zapatero, el porvenir de nuestra nación era el ser rescatados y convertidos en otra Grecia o Portugal, sometida a los dictados de Bruselas y a la vigilancia de los temibles "hombres de negro". La victoria absoluta del PP el 20N del 2011, por inesperada y por deseada, nos hizo concebir la esperanza de que, por fin, España iba a recobrar todo lo que se había perdido durante los siete años de socialismo, aunque ello supusiera apretarse el cinturón y afrontar las esperadas tarascadas de una izquierda revolucionada por el sabor de la derrota. En cuanto a lo último, podemos decir que se ha cumplido con creces; lo que ha valido para confirmar que, estas formaciones, lejos de modernizarse y adaptarse a los tiempos actuales, siguen anclados en la pre-guerra civil, sin haber superado el trauma de haber sido derrotados por el general Franco.

No obstante, pronto se puso a prueba por el nuevo Gobierno la fidelidad de sus bases. El señor Rajoy entró como un elefante en una cacharrería, eliminando de un plumazo a todos aquellas figuras destacadas del gobierno del señor Aznar, para sustituirlas por una serie de ministros bisoños, sin la necesaria experiencia; llegando a prescindir, en lugares de tanta responsabilidad como la autonomía vasca, de valores tan preciados como los señores Mayor Oreja, Iturgaiz y María San Gil, perfectos conocedores de los problemas de ETA y del nacionalismo vasco; para sustituirlos por un joven e inexperto Basagoiti que, a diferencia de sus predecesores, empezó a hacer buenas migas con Patxi López, dándoles apoyo a los socialistas para que alcanzaran el poder lo que, como era de prever, acabó por resultar un gran fiasco en el que más perdió fue el PPV.

Sólo fue el principio. La herencia recibida del PSOE cogió a contrapié a todo el gobierno del señor Rajoy que, fuera por falta de información o por un exceso de confianza en sus adversarios, se encontró con un berenjenal tal dentro de las autonomía que les obligó a replantearse sus proyectos de tal modo que, cuando el déficit público que los socialistas habían fijado para el 2011 se había fijado en un 6%, finalmente resulto ser el 9%. Todo nuestro gozo en un pozo: lo que tenían que haber sido disminución de impuestos, al estilo de lo que hizo el señor Aznar, fueron todo lo contrario. Primero se habló de un retraso en aplicar aquellas medidas de ayuda a las empresas; más tarde se encontraron con la falta de liquidez de los bancos a los que ayudaron con una primera entrega de 50.000 millones de euros, pensando que los dedicarían a dar créditos para animar la economía. Nada de ello sucedió y los bancos se limitaron a tapar sus agujeros, algo que, por cierto, han seguido haciendo hasta ahora, sin que se haya recobrado el crédito. Estamos en el punto de partida y el empleo sigue subiendo y las empresas, si bien las más potentes reaccionan, las pequeñas y medianas siguen con el agua al cuello.

Han transcurrido dos años de la legislatura y, a día de hoy, los sufridos simpatizantes del PP observamos, con preocupación, que nada parece haber cambiado. Que sí es cierto que, en lo económico, a nivel de la confianza de las bolsas o de la UE, parece que se ha conseguido evitar el famoso rescate no obstante, señores, por lo demás estamos en un verdadero lodazal en el que chapoteamos todos sin conseguir ver en lontananza ni un solo palmo de terreno seco. El problema catalán ha sido tratado de la peor manera que se podría enfocar; con un desconocimiento, que se puede considerar poco menos que culpable, de lo que es la realidad del separatismo en Catalunya. La mayoría absoluta no les ha valido de nada en su empecinamiento en conseguir consenso con partidos que era evidente que no les iban a echar un cable, porque su única misión, a la vista está, era minar la credibilidad del nuevo gobierno para intentar obligarle a que convocara nuevas elecciones cuanto antes. Donde buscaron apoyo encontraron manifestaciones callejeras, insultos, amenazas y desaires; donde buscaron apaciguar sólo consiguieron que los nacionalistas elevaran el listón y consiguieran exprimir las Arcas del Estado a base de subvenciones, ayudas a cuenta del FLA y mayor financiación del Estado con la excusa de que Catalunya daba más de lo que recibía.

El Gobierno ha estado torpe, encogido, incapaz de contraatacar y demostrar, con números en la mano, para que lo vieran todos los catalanes, que no era cierta la patraña urdida, con el sólo objetivo de obtener proselitismo, por los partidos CIU, ERC e ICyV. Los desplantes del Gobern catalán al gobierno Central se han ido sucediendo hasta el extremo de que, las sentencias de los tribunales españoles, tales como las del Supremo o el TC o el TSJC, en cuanto atañen a la comunidad catalana, en temas tan transcendentales como el de la enseñanza del castellano o el cumplimiento de las leyes, no son aceptadas por el Parlament catalán y, ante la impasibilidad de los fiscales que no piden su ejecución, quedan convertidas en papel mojado.

Los bandazo en temas de terrorismo; el comportamiento con las víctimas del terrorismo; las denuncias de corrupción dentro del partido, encabezadas con el caso Gurtel, y la impasibilidad con la que el señor Rajoy se comporta, como si a él no le incumbiera que, en su partido, hubiera una trama de sinvergüenzas que robaban; la falta de diligencia en cuanto a temas como el aborto, la justicia, los homosexuales y otros muchos relacionados con la moral y la ética; han convencido a todos aquellos que los votamos y confiábamos en ellos que, el actual gobierno de Rajoy ya no es el que elegimos, ni se comporta tal y como su mayoría absoluta le hubiera permitido. Encogido, asustado, mojigato y cobarde, se ha dejado acorralar por la oposición permitiendo que le vayan comiendo terreno en cuestiones con la que, los simpatizantes del PP, no podemos transigir.

Uno de los miembros destacados del PP ha tirado la toalla. Santiago Abascal, presidente de DANAES, no ha resistido más y se ha dado de baja del partido. El último pero no será el que cierre la lista de decepciones que, a nivel de base ya van por los dos millones. ¡No, señor Rajoy, usted no ha defendido los valores del PP, usted ha trapicheado, ha cedido, ha cambalacheado y nos ha dado gato por liebre! Su Ejecutivo y usted nos han vendido a la izquierda, pero no cuente con nosotros para una próxima legislatura ¡Gato escaldado del agua fría huye! O así es como lo veo yo.

Miguel Massanet Bosch

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Juan Andrés Buedo: Soy pensionista de jubilación. Durante mi vida laboral fui funcionario, profesor, investigador social y publicista.
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