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Con esta Justicia vamos camino del caos (por Miguel Massanet Bosch)

Publicada el febrero 6, 2014 por admin6567
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"Pronuncia tus sentencias pero no des tus razones; porque tus fallos pueden ser justos, más tus razones seguramente serán equivocadas" W.Murray, conde de Mansfield

 

Estos días, con motivo del discutido y discutible archivo, por parte del TSJM, de la causa abierta por el acoso supuestamente cometido por los de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, frente al domicilio de la señora vicepresidenta del Gobierno, señora Sáez de Santamaría; se han escuchado numerosos comentarios, en apoyo y criticando tal decisión, de personalidades del mundo de la política, del Gobierno y de la oposición, que siempre han venido precedidas de introducciones como: "con todo respeto al Tribunal" o "acatando como no podía ser menos, la resolución…" o " Sin perjuicio de acatar la resolución del…"; a las que como políticos o personas de reconocido prestigio se han visto obligados a utilizar aunque, en muchos casos, el concepto que les ha merecido el auto del alto tribunal haya sido penoso, incomprensible, politizado y carente del más elemental sentido común.

Yo, como ciudadano de a pie, no voy a acudir a este tipo de frases de estilo ni me voy a molestar en lo más mínimo en disimular mi estentóreo grito de protesta, desagrado y disconformidad por el hecho de que, una vez más, se haya demostrado con toda claridad el extremo de sectarismo, politización, partidismo y utilización ,en la administración de la Justicia española, de elementos subjetivos e ideológicos, en cuanto se refiere a la aplicación de las leyes, para juzgar a los sujetos de una determinada posición política que, no obstante, se las da la vuelta cuando se aplican, por los mismos juzgadores, para decidir sobre la inocencia o culpabilidad de los de la posición política contraria.

El hecho irrefutable de que el tercer pilar de la democracia, el Poder Judicial, está pasando por una de sus peores épocas; que la mayoría de los españoles ya desconfían de su imparcialidad; que la política ha entrado a formar parte determinante de muchos de los funcionarios encargados de aplicar las leyes; que ha surgido una nueva raza de fiscales, jueces y magistrados, que se han querido constituir en "reformadores" de los sistemas políticos, pero no desde los escaños de las Cámaras, sino que adaptando las leyes a sus maneras de pensar y utilizándolas para que, desde el ejercicio de sus funciones judiciales, intentar intervenir en algo que les está vedado por la propia Constitución: la posibilidad de modificar las leyes, interpretándolas a su libre albedrío o usándolas como arietes en contra de sus enemigos políticos, cuando les convenga. Recuerden lo que decía el antiguo ministro de Justicia socialista, el señor Bermejo, cuando hablaba de la aplicación de las leyes "las leyes están para ser aplicadas según convenga al momento de que se trate".

Lo curioso es que, investigando un poco sobre la magistrado ponente que ha tratado de este caso, la señora Isabel Valldecabres, (juez de cuarto turno); nos hemos encontrado con la sorpresa de que ¡vean ustedes que casualidad! era la asesora del ministerio de Igualdad de la ministra Bibiana Aído ¿la recuerdan? Si, aquella misma que nos trajo la famosa ley del Aborto de la legislatura del señor Zapatero y, por añadidura, esta señora resultó ser una de las personas que intervinieron directamente en su elaboración. ¿Eh, que esta circunstancias despejan muchas incógnitas? Una magistrado de claras tendencias izquierdistas, seguramente simpatizante del movimiento de Ada Colau, que ha decidido que el hecho de la ruidosa y amenazante manifestación celebrada ante el domicilio de la señora Vicepresidenta no es un escrache: "sino un mecanismo ordinario de participación democrática y expresión del pluralismo de los ciudadanos". Si, señores, no cabe duda de que ¡lo más corriente del mundo es que a uno se le planten trescientas personas chillando, amenazando, asustando a los niños e impidiéndoles salir de casa! La malo es que no se lo hagan a esta jueza que, por lo visto, no pensaba lo mismo cuando, en mayo de 2009, esta protestó airadamente y calificó como un ataque personal directo a Bibiana Aído, la manifestación, ampliamente recogida en los medios, de Derecho a Vivir en Alcalá de los Gazules, la localidad natal de Bibiana Aído, una iniciativa que sí evidenció el rechazo cívico al aborto, en la cuna de la entonces ministra. ¡Lo que va de ayer a hoy, señora Valldecabres! 

Vean ustedes este párrafo del auto de la Audiencia de Madrid desestimando el recurso del Ministerio Público cuando entendió "que no concurrieron al domicilio de la vicepresidenta personas con armas, explosivos ni objetos contundentes… tampoco se ha acreditado que la protesta se convocara para cometer delito de coacción". Empecemos por lo último: la concentración no tenia el permiso de la autoridad para poder llevarse a cabo; no creo que los convocantes fueran tan imbéciles para proclamar a los cuatro vientos que iban a cometer un delito. El fiscal del caso estimó que habían concurrido delitos de amenazas, coacciones, manifestación ilícita, desórdenes y desobediencia a la autoridad, por parte de las personas denunciadas por aquellos hechos; no creo que incluyera entre ellos alguno de motín, levantamiento armado o asalto a mano armada entre ellos, como parece que quiere indicar semejante cúmulo de insensateces.

El estimar que un grupo de energúmenos, exhibiendo pancartas, vociferando y amenazando a una familia, recluida en el interior de su vivienda, sin tener posibilidades de salir por temor a ser agredidos; no creemos que haya alguien en sus cabales que pueda creer que se trata de una simple manifestación pacífica, como insiste el Tribunal, cuando afirma que no ve "ningún indicio en contra de que se trate de una manifestación pacífica". La peregrina idea de que "vocerío" no es violencia debe contextualizarse porque, evidentemente, el vocerío que se produce en un campo de fútbol cuando se marca un gol es evidente que no lo constituye, pero el que unos cientos de personas producen, vertiendo amenazas e insultos no cabe duda alguna que sí lo es y, si no es así, que estos señores magistrados se sometan a la prueba y después nos digan lo que les ha parecido.

En esta nación se están produciendo situaciones que a muchos, a los más viejos, nos recuerdan otros tiempos en los que, como ahora, la Justicia brillaba por su ausencia, la politización de los tres poderes llevó al caos, el desorden y la falta de autoridad, una combinación explosiva que tuvo consecuencias funestas para España de las cuales tardamos años en recuperarnos. O el Gobierno y los partidos políticos restauran los valores que se han perdido, se hace una limpieza a fondo de todos estos elementos infiltrados en el Poder Judicial y se recobra la imparcialidad, la rapidez, y la despolitización de todos los funcionarios encargados de impartir la Justicia; se elimina la intervención del Estado y los partidos políticos en el nombramiento de los órganos rectores de magistrados, jueces y fiscales y se da de baja inmediata a todos aquellos funcionarios judiciales que intenten sobresalir de los demás por su filiación política o, sin duda, va a llegar un momento en el que este país se verá abocado a una situación de la que va a resultar muy difícil, quizá incluso traumático, conseguir recuperarlo.

La izquierda está jugando su gran baza. La derecha sigue en el Limbo, esperando que los problemas se solucionen con el tiempo y, los ciudadanos, nos sentimos abandonados y abocados a que la crisis se convierta en algo endémico, insuperable e involutivo, que consiga llevarnos a un nuevo enfrentamiento entre españoles; que no será como, presuntuosamente, vaticinan los separatistas catalanes "un choque de trenes"; sino que se tratará de algo más parecido al hundimiento del Titanic. O así es, señores, como valoro el estado actual, manifiestamente mejorable, de nuestra nación.

Miguel Massanet Bosch

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Juan Andrés Buedo: Soy pensionista de jubilación. Durante mi vida laboral fui funcionario, profesor, investigador social y publicista.
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