
Nadie, ningún periodista discrepará de la frase del director del Post. Evitar la manipulación de la realidad por parte del poder ha sido siempre la justificación social del periodismo. Si Baron hubiera dicho "Si los periódicos no garantizamos la estabilidad, sacrificamos nuestro futuro", a todo el mundo le habría dado mucha risa. Sin embargo, si hemos de creerles, tal parece ser la intención de los principales medios españoles. Han asumido plenamente el discurso del poder.
Porque en España, el poder es el bipartidismo en sentido extenso. No sólo PP y PSOE, sino también los nacionalistas que llevan 35 años entendiéndose con ellos y formaciones como IU, cuya rebelión no pasa de la retórica electoral y se desinfla al primer contacto con el cuero de los sillones de las consejerías (véase el caso andaluz). Completan el establishment los llamados agentes sociales -responsables de un mercado laboral que condena al paro a uno de cada cuatro españoles- y las grandes empresas en los sectores con más fricciones políticas (bancos, eléctricas, constructoras). Y, por supuesto, los medios.
El razonamiento es siempre el mismo: para salir de la desastrosa situación que vive España necesitamos un bipartidismo saludable. Esto es fantástico, porque parece que nuestros problemas hayan surgido de la nada. Quienes han gobernado España durante tres décadas no sólo no tienen nada que ver con el paro, la pobreza, la corrupción o el separatismo, sino que van a solucionarlos. Ellos no han regulado el mercado laboral, no han cercenado los servicios sociales, no han liquidado la separación de poderes, no han despilfarrado el dinero público, no han quebrado las cajas de ahorros, no se han financiado ilegalmente, no han pactado con los nacionalistas ni dado alas a sus fantasías narcisistas.
Por tanto, se trata de silenciar o ignorar a quienes denuncian los problemas del país, a quienes se esfuerzan por aportar soluciones, a los que sacan a la luz males hasta ahora desconocidos. Una artimaña muy habitual es utilizar a expertos para que "descubran" lo que antes ha denunciado otro. Hay muchos ejemplos, pero quizás el mejor sea el del aforamiento. Este asunto no formaba parte de las preocupaciones públicas hasta que UPyD lo llevó al Parlamento. En la iniciativa colaboró activamenteRodrigo Tena -hoy miembro del Consejo de Dirección del partido magenta-, que publicó sus averiguaciones al respecto en el blog ¿Hay Derecho? Tena denuncia hoy el plagio descarado por parte del magistrado Alfonso Villagómez en un artículo publicado en el diario El País, dentro de un amplio reportaje en el que se descubría a los españoles la vergüenza del aforamiento sin mencionar ni una sola vez a UPyD.
Así que todo sea por la estabilidad… de las cuentas de resultados. Porque lo cierto es que es el propio sistema bipartidista -con todos sus satélites políticos, económicos y mediáticos- el que ha puesto en riesgo la estabilidad de la democracia en España. Sin embargo, la publicidad institucional todavía es una herramienta muy útil para embridar al periodismo. Las destituciones de directores de diarios suelen ir acompañadas de cambios en la línea editorial, rara vez para intensificar la vigilancia al poder. Con ello probablemente consigan adecentar sus balances, pero tiene razón Baron: al precio de sacrificar su futuro.