Skip to content

La Vanguardia de Cuenca

Intereses: comunicación y actualidad en general, weblogs, sociedad, política

Menu
  • INICIO
  • BIOGRAFÍA
  • PUBLICACIONES DEL AUTOR
  • Instagram
  • Facebook
  • X
Menu

Europa se merece más respeto y menos intrigas rastreras (por Miguel Massanet Bosch)

Publicada el mayo 15, 2014 por admin6567
Compartir


"
No busquemos solemnes definiciones de la libertad. Ella es sólo esto: Responsabilidad" George Bernard Shaw

 

Es evidente que, las elecciones para el Parlamento Europeo, no se contemplan desde la misma perspectiva según que: los que aspiran a ocupar un escaño en él lo hagan con el firme propósito de ayudar a la cohesión de las naciones, las 27 que forman la UE, la defensa de la moneda única, el euro, y la intención decidida de ir avanzando en la formación de un bloque consolidado regido por una sola Constitución, con una leyes comunes compartidas y sin que existan diferencias entre el grupo de naciones más poderosas y el de aquellas que, según la teoría de las dos velocidades, quedasen en un segundo plano respecto a las primeras. O, por el contrario, como parece que pretenden las izquierdas; quieran hacerse con la mayoría en el Parlamento con el objetivo de intentar poner por delante determinadas cuestiones sociales que requieran que, la EU, posponga sus objetivos económicos, sus aspiraciones de convertirse en una potencia mundial, como los EE.UU o las naciones emergentes de Asía, con una moneda fuerte y la posibilidad de competir con ventaja contra las mayores potencias industriales del Mundo; para, por contra, convertirse en una especie de ONG dedicada a subvencionar a parados, a garantizar salarios mínimos o a dedicarse a obras sociales, como facilitar viviendas gratis, dar becas a todos los estudiantes, independientemente de sus rendimientos económicos o a financiar a cualquiera que no pueda pagar los plazos de su hipoteca.

No se precisa mucha inteligencia para comprender que, sin crear riqueza, sin reactivar la industria, sin conseguir mayores rentabilidades y competitividad para exportar a otros países y poder luchar con ventaja contra los colosos financieros de los otros continentes, poco se iba a conseguir si, ganando las tesis socialistas, antes de que España y el resto de países europeos hubieran conseguido la estabilización de sus economías, la recuperación del pulso económico y financiero y, en consecuencia, la creación de riqueza y la reactivación de todo el engranaje productivo, con la restauración de la demanda; pocas posibilidades tendría la UE de mantener una política de subvenciones, si no estaba sustentada en una sólida posición que generase la suficiente riqueza para poder sostenerla. En caso contrario, la sostenibilidad del sistema sería imposible y, con toda probabilidad, significaría un retroceso, una marcha atrás de lo que se ha conseguido con tantos sacrificios y el retorno a aquella situación en la que nos dejaron los socialistas, cuando tuvieron que tirar la toalla y se vieron obligados a convocar legislativas, para el 20 de Noviembre del 2011.

Cuando escuchamos a la señora Valenciano, al señor Jáuregui o al señor Rubalcaba desgañitarse en sus mítines, enfocando sus diatribas hacia sus rivales del PP, achacándoles una mala política económica y una falta de sensibilidad hacia los millones de desempleados que todavía tenemos en España; no podemos menos de pensar en que fueron ellos los que, con su política de dilapidar las reservas del Tesoro español, en campañas sociales que la nación no estaba en condiciones de soportar y que, por desgracia, casi nos conducen a tener que ser rescatado desde Bruselas. Que ahora, cuando apenas han transcurrido dos años desde la debacle electoral socialista, insistan en que se les vote para volver a aquella política insensata que, por mucho que lo quieran ocultar, llevó a la nación a una tasa de 4.000.000 de desempleados y al cierre de cientos de miles de empresas, que no pudieron hacer frente a la crisis que se nos venía encima; nos parece un ejercicio de cinismo tal que no se puede entender más que como una manifestación de supina hipocresía y absoluta irresponsabilidad.

Lo que preocupa de que los socialistas pudieran salirse con la suya es que, al menos los españoles, entienden lo que es la UE de forma muy distinta a como la interpretan el resto de socialistas de las otras naciones de la CE y, por supuesto, de las naciones de la zona de influencia del euro. Y es que, cuando hablamos del candidato socialista a la presidencia del Parlamento Europeo, el señor Martin Schulz, no vemos en él a un señor que pretenda deshacer el camino andado por la CE ni a una persona que esté dispuesta a machacar la economía europea para hundirla en pro de una Europa al estilo de la que nos proponen la señora Valenciano o el señor Rubalcaba. Es evidente que, si el señor Schulz llegara a presidir la UE, no tendría posibilidad alguna de imponer las tesis extremistas de sus correligionarios españoles, y, con toda seguridad, debería adoptar una política que, en lo esencial, fuera semejante a la que mantiene, en la actualidad, el PP europeo.

Es más, el gran peligro que se cierne, en la actualidad, sobre la CE es, precisamente, que los países ricos del norte están inquietos por la lentitud con la que los países del sur se están recuperando; por algunas señales inequívocas de problemas nacionales que las están afectando y por el retraso que están representando en cuanto al avance que se desea que se acelere de lo que debería ser una Europa fuerte y potente, en condiciones de intervenir con más fuerza y eficacia en la economía mundial. La localización intencionada de la campaña electoral de la izquierda en cuestiones meramente domésticas, aleja el tratar de temas que nos conciernen en Europa, de nuestras aspiraciones a ocupar lugares importantes en sus instituciones desde donde poder lograr ayudas y concesiones, tanto para nuestra agricultura, ganadería o pesca, como para formar parte de posibles grupos económicos con los que poder afrontar pedidos que superan las posibilidades de una sola empresa o conjunto de ellas.

No debiéramos olvidar que se vienen multiplicando las iniciativas, tanto de Alemania como de Holanda, Dinamarca y otras regiones ricas, encaminadas a desembarazarse de las incómodas PIIGS del sur que las van lastrando, de modo que en la UE se formaran dos grupos, los unos, los que serían los que dirigirían el destino de Europa, formado por las naciones mejor situadas para enfrentarse a la competencia del resto del Mundo y, los otros, integrados por aquellas naciones del sur de Europa, que han tenido dificultades para enfrentarse a la crisis, que han absorbido gran parte de las ayudas del BCE, ya fuere por haber acudido al rescate y ya fuere, como es el caso de España, que precisó un apoyo de 40.000 millones de euros para el saneamiento de nuestra banca, especialmente afectada por la explosión de la burbuja inmobiliaria y por la repercusión de las subprime americanas.

Es posible que algunos insensatos se atrevan a decir que lo que nos conviene es salirnos de la UE y volver a nuestra moneda, la peseta. A estos hay que decirles que, recurrir a tal solución sería lo peor que nos podría pasar a los españoles, a nuestras industria, a nuestro empleo y a nuestra moneda que, inmediatamente, estaría sujeta a una devaluación que, con toda probabilidad, podría alcanzar a más del 50% del valor de nuestra divisa. Todo ello comportaría un aumento de nuestros costes energéticos que, aunque pudiera favorecer nuestras exportaciones, supondría un empobrecimiento general de los españoles debido a que, todas las importaciones de las que nos surtimos, se encarecerían de una manera desmesurada. En fin, que si los socialistas y comunistas españoles piensan que se puede jugar con ello, para intentar desbancar al Gobierno, pienso que sería mejor que, antes de seguir por el camino emprendido, sería mejor que tuvieran en cuenta las nefastas consecuencias de intentar aplicar una política tercermundista en la UE. O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadanos de a pie, vemos con preocupación la posibilidad de un desastre europeo en manos de los socialistas.

Miguel Massanet Bosch

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Juan Andrés Buedo: Soy pensionista de jubilación. Durante mi vida laboral fui funcionario, profesor, investigador social y publicista.
  • Actualidad
  • Administración Pública
  • Ciencia
  • Cine
  • Comunicación
  • Cultura
  • Deportes
  • Economía
  • Educación
  • Gastronomía
  • Historia
  • Juegos
  • Libros
  • Literatura
  • Medio ambiente
  • Música
  • Pensamiento político
  • Política
  • Religión
  • Sociedad
  • Sociedad de la Información
  • Televisión
  • TIC y Sociedad del Conocimiento
  • Uncategorized
  • Urbanismo y Arquitectura
  • Viajes
  • Web/Tecnología
  • Weblogs

Recent Posts

  • España en llamas-III (por Eulalio López Cólliga)
  • EPISODIOS PROVINCIALES. 19 – La Diputación de Cuenca: entre andanadas improvisadas y enchufismo mal disfrazado (por Juan Andrés Buedo)
  • Discrepancia política, colaboración interadministrativa y sentido de Estado: el ejemplo de los incendios (por Juan Andrés Buedo)
  • España en llamas-II (por Eulalio López Cólliga)
  • España en llamas-I (por Eulalio López Cólliga)

Recent Comments

  1. Fuente en Las puñeteras abstracciones (por Miguel Massanet Bosch)
  2. Fuente en Donde se habla de profetas mesiánicos, dinero negro y separatismo (por Miguel Massanet Bosch)
  3. Fuente en Rajoy niega haber recibido dinero negro y presentará sus declaraciones de la renta
  4. euromillones en Miles de personas se manifiestan contra el paro y los recortes en servicios públicos
  5. central park en ¿Hacen falta cambios en el gobierno de Rajoy? (por Miguel Massanet Bosch)
© 2025 La Vanguardia de Cuenca | Desarrollado por Superbs Tema de blog personal