Consejo Territorial de Castilla-La Mancha
Una vez más, el problema migratorio atrapa a las instituciones europeas en la perturbación de no saber qué hacer. Verdaderamente así se observa con la masiva llegada de inmigrantes a España, en patera a través del Estrecho de Gibraltar y mediante asaltos a la valla de Melilla, acaecida durante los últimos días.
El desconocimiento absoluto de la realidad vino a manifestarlo la comisaria europea Kristalina Georgieva, cuando se declaró "horrorizada" por los muros que encuentran los inmigrantes en Ceuta y Melilla. Puso en evidencia una ignorancia total del problema, lo mismo que el partido gobernante en España, el PP, puesto que no se observa la voluntad de abordarlo a fondo. Al ser una cuestión estructural, su solución pasa por el diseño y la aplicación de una nueva política inmigratoria. En consecuencia, resulta inconveniente la declaración hecha por el vicesecretario de Organización y Electoral del PP, Carlos Floriano, que acaba de indicar que la respuesta al drama migratorio sólo puede ser europea, mediante la inversión en los países del África subsahariana y el control para que la inmigración que llegue lo haga de forma "ordenada y controlada".
Para él, ya que "somos la puerta de entrada a la UE, toda la UE se debe implicar", pero la cuestión es cómo y de qué manera. A su partido y su gobierno le faltan soluciones. Siempre acaban sobrepasados por la acumulación de emergencias (refugiados, inmigrantes económicos). La política comunitaria parece limitarse a intentar acuerdos con las autoridades de países de los que procede la riada humana, para que contengan el tránsito de inmigrantes hacia Europa: en esa línea, se anunciaba en marzo de 2014 un acuerdo entre Túnez y la UE, similar al llevado a cabo anteriormente entre la UE y Marruecos.
Contra esta simplicidad política, todas las autoridades deberían ver que nos encontramos en un punto de inflexión histórica de las políticas sociales. Se están recortando los servicios sociales y restringiendo los derechos, lo que está deteriorando las oportunidades de inclusión. Los valores, la ética, el derecho y la política, esto es, el espacio jurídico-político cede su lugar a la hegemonía de la economía. Con ello, el Estado de derecho se muestra incapaz para el logro del desarrollo social y ecológico que debe impulsar a las democracias actuales, porque su propósito se ve sustituido por un concepto económico de desarrollo cuya obsesión es el beneficio ilimitado y que es la causa de la contaminación, la sobreexplotación y el subdesarrollo. Las más afectadas por esta política involucionista son las personas más vulnerables; entre las que se hallan los inmigrantes.
No se puede realizar con estas personas un trabajo social efectivo, acudiendo al racionamiento de servicios, discriminando a las personas en el acceso a los servicios públicos, ni tampoco efectuando una intervención simple y de contenido autoritario con ellas, porque derivan este alto e importante contingente de individuos hacía formas de menor protección, residuales y de mera subsistencia.
Por supuesto, hay que huir de las políticas restrictivas y xenófobas, porque tan humanos son los africanos como los europeos. Y este no es, como dicen los especialistas, un asunto de metáforas. Mientras que en la esfera pública resulta muy ilustrativo y figurado el modo cómo se abordan las noticias relacionadas con la cuestión migratoria, de cuál es el enfoque elegido, el diseño de presentación y las estrategias discursivas.
Las metáforas más recurrentes a la hora de referirse a las migraciones son, sin duda, las hídricas, como expuso Juan Carlos Velasco. Las migraciones, afirmó este investigador del CSIC, se asemejan a flujos, corrientes y olas. Y cuando se alude a ellas de manera amplificada y se quiere denotar que la situación se encuentra desbordada, entonces toman el carácter de oleadas, mareas, avalanchas, aluviones y riadas. Y más recientemente, incluso se recurre al nuevo y desgraciadamente famoso término tsunami, resaltándose con ello el carácter incontenible de la llegada de migrantes.
En UPyD, ante la situación vivida, sentimos la necesidad de requerir una nueva política ante el problema inmigratorio, y, ante ella, debemos revelar que la popularización de términos con connotaciones bélicas como algunos de los mencionados, denota una toma de posición nada amistosa con el fenómeno que delata un cierto síndrome de asedio, cuyo paso siguiente sería expulsar al infiltrado y elevar muros de separación: un coto vedado por utilizar una metáfora de origen cinegético. Un modo de pensar, en definitiva, que considera que solo manteniendo extramuros a los inmigrantes es posible conservar las posiciones de privilegio en el interior, aunque para ello se requiera adoptar actitudes agresivas. Jamás; porque una política de cooperación y desarrollo avanzada, con una economía social bien construida, pasa por otras vías, diferentes métodos y medios más directos y generosos, con los que ganarían las sociedades de los dos continentes: África y Europa.
CONSEJO TERRITORIAL DE UPyD CASTILLA LA MANCHA
Sector Responsable de Acción Social