
Cualquier partido debería tener como prioritario eliminar la pobreza
A esto se une un fenómeno omnipresente en la España de las autonomías pero sobre el que se procura el mayor de los silencios: las desigualdades entre ciudadanos según la comunidad en la que vivan. La tasa que mide el riesgo de pobreza y exclusión social es de un 14,5% en Navarra y de un 38,3% en Andalucía. Esto se debe a que la atribución y pago de las rentas mínimas está transferida, dándose la paradoja de que allí donde es más necesaria alcanza a menos personas y su cuantía es menor. De esta forma, se agrandan las diferencias entre españoles.
La solución a los problemas reales de los españoles es lo que da sentido a la política
Es difícil imaginar un problema mayor que el de la pobreza en una sociedad como la española. Cualquier partido debería tener como prioritario aportar una solución para todos los que lo sufren. Para todos sin excepción. Una pregunta pertinente para los nacionalistas sería cómo creen que la secesión va a contribuir a este fin. La realidad es que, en caso de que les preocupe algo la pobreza, será sólo la de una parte de los españoles. La secesión significa, entre otras cosas, desentenderse de la suerte de decenas de millones de personas. De ahí su carácter antidemocrático incluso cuando se produce -y no es el caso- por vías legales.
La pobreza es una realidad incómoda para el establishment político. Mariano Rajoy se negó a debatir con Rosa Díez sobre esta cuestión. Ahora, su gobierno tendrá que pronunciarse. Tanto la iniciativa que defenderá Díez como la que hoy explica Cantó se debatirán y podrán ser objeto de acuerdos entre los grupos del Congreso. El partido magenta aceptará, como siempre hace, cualquier enmienda que mejore o que, al menos, no vacíe de contenido la iniciativa. Tal es el sentido de las alianzas políticas. Con este norte -la solución a los más graves problemas de los españoles- los pactos serán más o menos difíciles, pero darán sentido a la política al hacerla verdaderamente útil.