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La mofa chapucera del Gobierno y los nacionalistas al pueblo español (por Miguel Massanet Bosch)

Publicada el noviembre 15, 2014 por admin6567
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Es difícil, señores, encontrar a quienes, no sólo en España, sino en el mundo entero, hayan sido capaces de preparar con tan poco maña, con tanta falta de tacto, con tanta incompetencia y tanta falta de respeto y desprecio por la inteligencia del pueblo español, como lo han intentado: el Gobierno de la nación, el señor Mas y toda su cuadrilla de separatistas, mediante esta patochada, sainete o como ustedes prefieran definirlo, en lo que ha consistido el simulacro de consulta, "por el derecho a decidir", que tuvo lugar, con más pena que gloria, el día 9N, bajo el patrocinio de la Generalitat, a pesar de que, el TC, había dictado una resolución por la que se suspendía tal consulta por ser considerada un mero sucedáneo del referéndum, con carácter oficial ( también suspendido por el TC) con el que, los separatistas catalanes, habían querido enfrentarse al Estado español, pasándose por el Arco del Triunfo la Constitución española y la opinión del resto de españoles, respecto a un tema tan candente, serio y sensible como era la pretensión de celebrar una consulta, en la que se intentaba apoyar la separación de Catalunya del resto de España.

La actitud de las dos partes, sus declaraciones de cara a la galería, sus juegos de aprieta y afloja, las escuetas y sistemáticas referencias del señor Rajoy a "mantenerse dentro de la estricta legalidad" sin decir las medidas que pensaba adoptar en el caso de que la Generalitat decidiera incumplir la Constitución y la misma actitud impensable del señor Mas de retirar la convocatoria oficial de la consulta, en una aparente sumisión a la resolución del TC, inmediatamente sustituida por una convocatoria extra oficial, para una consulta sin carácter oficial teledirigida desde la misma Generalitat, pero sin que su ejecución estuviera en manos de funcionarios, sino de "voluntarios" que serían los que llevarán a cabo la materialidad de la consulta. Sin embargo, fue la Generalitad la que proporcionó urnas, papeletas, y coaccionó a los directores de escuelas y otros centros para que cedieran sus locales para la celebración de la votación y dio a conocer los resultados. Todo ello ante la pasividad del Gobierno de la nación, que se limitaba a observar desde lejos repitiendo, para los tontos que quisieran escucharlo, que la votación no tendría lugar. ¡Y si lo tuvo, vaya si lo tuvo! Y fueron a votar 2.300.000 catalanes, sin que ni los jueces, ni los fiscales, ni los mosos de escuadra ni nadie, hicieran el menor gesto para impedirlo.

Se habló de mesura, de proporcionalidad, de contención y de mil otras zarandajas para justificar el hecho de que aquello que no tenía que suceder, sí sucedió. El señor Rajoy, obligado por el descontento manifiesto de las bases del PP, apareció al tercer día para intentar dar una imagen de estadista, pretendiendo justificarse en una prudencia excesiva por lo que hubiera podido ocurrir en Catalunya si se hubieran precintado los locales donde se iba a votar. Si volvió a mostrarse enérgico cuando habló de que nunca transigiría con la separación de Catalunya de España. Otra vez se olvidó de decirnos de qué medios se valdría para impedirlo y de como actuaría en un próximo caso.

Entre tanto, un envalentonado Mas sacando pecho. Se mostró como el gran factotum del desafío al Estado; actitud que, todo el Parlament de Catalunya, menos los del PP y C's, han adoptado en apoyo del presidente; seguramente imbuidos de aquel "espíritu patriótico" de los ciudadanos de "Fuenteovejuna", aquella famosa obra de Lope de Vega Carpio, en la que, cuando el Comendador, corrupto y malvado, es asesinado por el pueblo y la Justicia envía a un Juez para que aclare el crimen, se produce el conocido intercambio de preguntas y respuestas: ¿Quién mato al Comendador? ¡Fuentevejuna señor! Y cuando insistió ¿Quién mató al Comendador? ¡Todos a una, señor! Emocionante ¿no?

¿Hubiera sucedido lo mismo si el señor Mas hubiera pensado que lo iban a enchironar por su desafío al Estado? Evidentemente que no. Todo aparece como un plan para darle una salida a Mas y, de paso, que el Gobierno pueda justificarse, pasando el marrón a los fiscales y, por si fuera poco ¡a los de Catalunya! Una tomadura de pelo en toda la regla. Lo que sucede es que, una cosa es elaborar un plan maquiavélico y otra es que salga bien. El Fiscal General tiene en este caso un papel determinante. Vamos a ver si nos aclaramos. Que 6 de 9 fiscales del TSJC se hayan mostrado contrarios a querellarse contra Mas, la señora Ortega y Espadaler por no encontrar argumentos jurídicos para ello, suena a chamusquina cuando todos los españoles, sólo por sentido común, prescindiendo de artilugios legales, opiniones sesgadas o ideologías políticas; por lo menos resulta insólito, raro y, por supuesto contrario al sentido común que no consideren culpable de desobediencia, prevaricación o intento de sedición, a quienes han osado desafiar la Constitución, desobedecer al Gobierno y a los tribunales e incurrir, posiblemente, en malversación de caudales públicos, ¿qué clase de fiscales pueden defender a estos sujetos?

No obstante, nos extraña que el Fiscal General del Estado permita que quienes decidan la postura de los fiscales respecto a la querella contra Mas y sus ayudantes, sean los fiscales catalanes, máxime, conociendo cómo piensan. A mi se me ocurre que, ante la evidente postura de unos fiscales que, posiblemente, sean partidarios de la independencia de Catalunya y que, incluso, puedan haber participado, con su voto, en la consulta ilegal; el Fiscal General del Estado, debería haberles sugerido que se hubieran inhibido del caso por posible falta de objetividad y parcialidad o, en su caso, si se negaran a hacerlo voluntariamente, proceder a su recusación para evitar que se tomara un acuerdo contrario a derecho, que pudiera impedir que, unos presuntos delincuentes, pudieran librarse del correspondiente castigo; cuando parece que existen pruebas suficientes que avalan el hecho de que la Justicia tome cartas en el asunto, contando con la colaboración objetiva de todos los funcionarios implicados en la instrucción y vista de la causa. En el caso que nos ocupa, existen posibles imputaciones por desobediencia, malversación de caudales públicos, prevaricación y excederse en el ejercicio de sus competencias.

Todo ello nos hace suponer que, las conversaciones secretas de Arriola con el señor Rigol, de UD, no fueran lo negativas que nos han querido dar a entender. No nos creemos que lo mejor que se le ocurra al Fiscal General del Estado sea dejar en manos de la Justicia catalana la solución de un conflicto que puede afectar a toda España. Tenemos la impresión de que, el actual Gobierno, en manos de Sáez de Santamaría, esté buscando ganar tiempo y piense que, si consigue alargar lo inevitable, –que el señor Mas y el resto de partidos separatistas convoque unas elecciones que ellos llaman "plebiscitarias" para, acto seguido, declarar la independencia ( si consiguen el número de votos que se lo permitan) – quizá es muy posible que el señor Rajoy hubieran podido recuperar, al menos en parte, el control de la situación que, por ahora, parece que se les ha ido de las manos No cuadran tantas cesiones, tan poca iniciativa y tan poca energía, cuando el país se encuentra en uno de los momentos más delicados de su historia.

El pueblo español puede que ahora no tenga la posibilidad de evitar que, sus gobernantes y los partidos de oposición intenten tomarle el pelo, pero no duden de que tenga memoria. O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, vemos desengañados como se van evanesciendo las promesas que se nos hicieron, hundidas en el cenagal de los intereses personales, la corrupción y la falta absoluta de visión política de nuestros gobernantes. Esperemos más sensatez en los españoles.

Miguel Massanet Bosch

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Juan Andrés Buedo: Soy pensionista de jubilación. Durante mi vida laboral fui funcionario, profesor, investigador social y publicista.
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