Las TV, tanto la pública como las privadas, tienen que estrujarse las meninges para encontrar algún tema nuevo que ofrecerle a la, cada vez, más exigente audiencia cansada de que les endosen concursos musicales; programas de ruletas de la suerte; concursos para sabios; pruebas para habilidosos; seriales inacabables o programas de opinión política, recurso…