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Mas despilfarra ayudas en su “nuevo estado catalán” (por Miguel Massanet Bosch)

Publicada el enero 22, 2015 por admin6567
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"Lo que es apropiado en la dilapidación es el prestigio que ésta confiere al dilapidador, prestigio que es adquirido por él como un bien y que determina su rango". (Jeorges Bataille)

 

No parece que lo que, hasta estos momentos, ha venido haciendo el gobierno del señor Rajoy haya tenido el más mínimo efecto en el comportamiento de los líderes del separatismo catalán que, contrariamente a lo que sería de esperar ante las advertencias del Parlamento de la nación y los autos del TC, parecen decididos a seguir en su escalada independentista sin modificar un ápice el programa que, según ellos, los va a llevar a la declaración de la independencia del país, sea de acuerdo con el Estado o fuere sin él, por medio de una declaración unilateral.

Anta la evidente inoperancia del Ejecutivo y la postura incomprensible del ministro señor Montoro, que viene actuando como si, en Catalunya, no existiera ningún problema más que la necesidad de cubrir sus deudas por su excesivo endeudamiento y por su incapacidad para atender los pagos a los proveedores de los servicios de la Salud Pública, las farmacias y las residencias de ancianos, amén de los que se derivan de la ley de Dependencia, parcialmente aplicada por falta de medios para atender a todos los casos pendientes de recibir dicha ayuda. En realidad, el gran agujero de las finanzas públicas catalanas se debe a que, junto a los gastos propios de cada comunidad y los problemas recaudatorios por mor de la crisis; existe otra fuente de gastos derivada de los recursos necesarios para construir una Administración paralela a la estatal, cuya finalidad es la de tener preparada toda la estructura de un nuevo Estado que esté en disposición de sustituir a la actual del Estado español, cuando llegue el momento, que ellos consideran cercano, de que Catalunya decida separarse de España.

¿Por qué el señor Montoro continúa facilitando créditos a Catalunya, otorgándoles subvenciones y actuando como si, la relación Estado-Comunidad Autónoma catalana fuera la normal que existe con cualquier otra comunidad (sin aspiraciones a separarse de la nación española)? A cualquiera se le ocurriría que si, el Estado español, por medio del FLA o por el sistema de financiación establecido para las comunidades autónomas, atiende a las necesidades extraordinarias de una de sus comunidades, lo primero que debiera de tener presente es que las cantidades que se les asignan fueran de tipo finalista, es decir, que cada partida fuera destinada a una finalidad determinada, de modo que la Administración del Estado pudiera comprobar si han sido invertidos debidamente o, por el contrario, la totalidad o parte de ellos, se han destinado a cubrir otros gastos de partidas distintas a las previstas. Hasta ahora no parece que haya sido así.

Resulta que el señor Mas-Colell, consejero de Economía de la Generalitat, tiene que hacer de mangas capirote para conseguir cuadrar los Presupuestos catalanes, haciendo equilibrios porque, según el citado consejero: "la situación financiera de la Generalitat es desesperada". Y no es raro que se encuentre entre la espada y la pared, ante los gastos "extra" que le imponen el señor Mas y el señor Homs, que no dudan en salirse de las posibilidades de la comunidad invirtiendo, a manos llenas, millones de euros en lo que, para ellos, han de ser las nuevas estructuras del futuro "estado catalán". Veamos algunos ejemplos. Se ha contratado desde hace un año a un señor, Juan Iglesias Capella, sin que su nombre figure en la plantilla de ninguno de los organismos de los que dispone la Generalitat, para la recaudación de tributos. El sueldo que recibe dicho señor supera los 100.000 euros anuales y parece que actuará en calidad de "asesor del presidente de la Generalitat", para la puesta en marcha de la nueva Agencia Tributaria catalana, que debería sustituir a la actual existente.

Otras de las obsesiones de Mas es convencer a la CE de que Catalunya tiene que ser un país más dentro de la propia comunidad. Para él y los suyos, las repetidas advertencias de que, según las normas comunitarias, "un nuevo país desgajado de uno de los miembros de la UE no podrá ser admitido como muevo miembro de la Unión", no tienen valor porque, Catalunya (no se sabe por qué especiales motivos) es "distinta" a los otros casos y, por tanto, Europa deberá hacer una "excepción" con ella y admitirla. Se olvidan de las consideraciones que, la CE, le hizo a Escocia cuando se planteó el referendo separatista, algo que, con toda seguridad, contribuyó a que los escoceses separatistas desistieran de tomar aquella drástica decisión. Y, en este contexto, no ha pasado desapercibido un hecho que, sin embargo, debiera servir de advertencia a aquellos que siguen pensando que van a entrar en la CE si se separan de España.

Pero veamos lo que, algunas de las "ideas" de Mas y Homs, representan en cuanto a costes para la comunidad catalana. Por ejemplo, las dos "embajadas" que quieren abrir en Roma y Viena, tienen un coste previsto de 1.8 millones de euros, sólo una parte de los 17'2 millones de euros que la Generalitat tiene previstos para el "Área de Exteriors del Departament de la Presidencia", algo que representa un incremento de un 12,14% sobre lo presupuestado en el 2014. Por otra parte, para la Agencia Tributaria de Catalunya parece que la Generalitat pretende dotarse de una estructura inicial de más de mil funcionarios. Así, teniendo en cuenta lo que les cuesta a los catalanes toda esta parafernalia, no debemos extrañarnos de que, el pobre Mas-Colell, se encuentre con un desajuste de 2.500 millones de euros que, según parece, pretende que sean cubiertos por el Estado español. Cuesta seguir el razonamiento catalanista que sigue intentando beneficiarse del Estado, mientras sigue preparando el abandonarlo y, todavía cuesta más entender la actitud del Gobierno de España, que sigue pensando que cediendo al chantaje de los separatistas va a conseguir que renuncien a sus aspiraciones independentistas.

La Eurocámara ha otorgado a Sociedad Civil Catalana el premio a ciudadano europeo 2014 por "promover valores tan importantes como la concordia, el respeto, la tolerancia, la libertad de expresión y el diálogo". Este premio ha sentado muy mal en todo el ámbito del secesionismo catalán ya que, a él aspiraba, entre otros grupos, la llamada Asamblea Nacional de Catalunya, de la señora Carme Forcadell (una de las más virulentas y furibunda defensora de la independencia de Catalunya). Es obvio que este premio ha ido directo al problema catalán y ha señalado, con claridad, lo que respecto a las aspiraciones de conseguir apoyo en los países europeos para su causa, pueden esperar de la Eurocámara. Pero mucho nos tememos que la deriva de Mas y Homs ya no tienen marcha atrás, quemaron las naves con el simulacro de consulta del día 9N y están atrapados por sus propios errores y por el señor Juqueras, de ERC, que como una lapa sigue impidiendo que CIU se aparte o retrase la aplicación del plan de ruta previsto.

Y ante este panorama, los que vivimos en Catalunya, seguimos pensando que el Gobierno de Madrid está más preocupado por intensar salvarse de la inminente caída a la que le someterán las próximas elecciones, que en afrontar con decisión y sin miedo el problema de Catalunya que tanto nos afecta y en el que, queramos o no, nos vemos involucrados. O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, vemos desanimados como siguen avanzando los separatistas, mientras el señor Rajoy y su gobierno parecen estar esperando a que explote España y su unidad.

Miguel Massanet Bosch

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Juan Andrés Buedo: Soy pensionista de jubilación. Durante mi vida laboral fui funcionario, profesor, investigador social y publicista.
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