
La democracia es el sistema político de las personas libres. Sus leyes e instituciones tienen como objetivo que la gente sea dueña de su vida. Que puedan decidir cómo vivirla en todos sus ámbitos: el político, el laboral, el afectivo, el social… En democracia, nadie debería obligar a nadie a hacer lo que no quiere. Y las decisiones libres no deberían ser actos de heroísmo. Nadie debería jugarse la vida por elegir una papeleta electoral, por su orientación sexual, por afiliarse a una asociación. Todo debería ser más sencillo. Lo cual no quiere decir que la libertad salga gratis. Tiene otra cara: la de la responsabilidad.
Un ciudadano cabal no es un niño. No puede limitarse a exigirlo todo y renegar de las consecuencias de sus actos
Libertad no significa omnipotencia. Un ciudadano cabal no es un niño. No puede limitarse a exigirlo todo y renegar de las consecuencias de sus actos. Tiene que ser responsable para ser verdaderamente libre. Y lo que vale para los ciudadanos vale para los partidos. UPyD ha pagado un precio por ser libre, por tomar las decisione que ha tomado, por decir lo que ha dicho y por hacer lo que ha hecho. No sale gratis denunciar a Bankia, reclamar las competencias en educación y sanidad para el Estado o defender la regeneración democrática cuando nadie lo hacía. Este precio es más alto de lo que debería porque España es una democracia demasiado imperfecta. Pero UPyD lo asume porque es un partido repsonsable.
Los españoles que han donado más de 100.000 euros a UPyD son la avanzadilla de los que el día 24 darán la gran sorpresa de las elecciones
Es el turno de los españoles. El día 24 de mayo cada uno podrá elegir una papeleta con la que expresar sus preferencias políticas. Su decisión tendrá consecuencias importantes. Hay mucho ruido en el ambiente. Todos los partidos intentan ganar votos. Los medios, más que informar, tratan de influir. No siempre es fácil discernir lo verdadero y lo falso, los hechos y la propaganda. UPyD sale mal parado en todo este ruido mediático. Sin embargo, sus acciones, sus logros, son públicos y notorios. Quizás no sea fácil sobreponerse a todo este ruido. Para conseguirlo es necesario ser verdaderamente libre.
Se trata de rechazar los mensajes facilones de quienes dan por amortizado a UPyD. Se trata de nadar contra la corriente. Se trata de luchar. Votar a UPyD no es un acto heroico, pero sí un acto de libertad. Al hacerlo se lanza un mensaje subversivo: "no me voy a dejar influir por el ruido, atenderé a los hechos". Cientos de españoles ya lo están haciendo. Gracias a sus donativos, UPyD cuenta ahora con 100.000 euros más para hacer su campaña electoral. Son la avanzadilla de los ciudadanos que el día 24 darán la gran sorpresa de las elecciones. Los que demostrarán que en España hay mucha gente libre que asume su resopnsabilidad. Gente que votará a UPyD.