
La red ferroviaria española vive una paradoja: nunca se ha invertido tanto, y sin embargo, nunca ha sido tan evidente la falta de una planificación coherente. Los informes más recientes de la CNMC (2024) y del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible (2025) confirman una realidad incómoda: el sistema avanza en alta velocidad, pero tropieza en los raíles del servicio público. En medio de esa tensión, el cierre —y posible reanudación— del tren convencional Madrid-Cuenca-Valencia se ha convertido en el símbolo más elocuente de un país que aún no ha decidido si quiere un ferrocarril para todos o solo para unos pocos.
España dispone de leyes, organismos y programas —ADIF, Renfe, Estrategia de Movilidad 2030, PRTR—, pero sigue sin una hoja de ruta que combine rendimiento económico, cohesión territorial y sostenibilidad. Los datos oficiales reflejan avances cuantitativos: 4.491 millones de euros invertidos en infraestructuras ferroviarias en 2024 (un 32 % más que en 2023) y 1.500 km de vías electrificadas. Sin embargo, el transporte de mercancías por tren cayó un 12 % y los servicios convencionales pierden cobertura. Mientras tanto, el 47 % del presupuesto del Ministerio se destina al ferrocarril, pero concentrado sobre todo en la alta velocidad.
Esa desigualdad estructural explica que la clausurada línea Madrid-Cuenca-Valencia siga siendo objeto de disputa entre administraciones, ayuntamientos y movimientos ciudadanos que reclaman su recuperación.
El tren convencional Madrid-Cuenca-Valencia podría reanudar su marcha como parte de un plan de equilibrio ferroviario nacional: invertir no solo donde hay rentabilidad inmediata, sino donde el tren es herramienta de cohesión. El reto no es técnico —tenemos infraestructura, fondos y capacidad—, sino de visión. Porque un país que pierde sus trenes regionales no solo renuncia a la movilidad, sino a su propia memoria territorial. Luego reabrir esta línea ferroviaria sería un gesto simbólico y práctico, nucleado con el objetivo de demostrar que el ferrocarril no es solo una cuestión de velocidad, sino de justicia territorial y planificación inteligente.
Qué inversiones se necesitarían para reabrir la línea ferroviaria MCV

Para la reapertura y modernización de la línea ferroviaria Madrid-Cuenca-Valencia se necesitarían inversiones significativas, aunque mucho menores de lo que se invierte en infraestructuras nuevas o de alta velocidad.
Estimación de inversión necesaria
- Según la Alianza Ibérica por el Ferrocarril, la inversión necesaria para hacer viable la línea es de unos 280 millones de euros, que podría distribuirse en dos anualidades. Esta cantidad permitiría modernizar la infraestructura existente, reducir tiempos y aumentar frecuencias, haciéndola rentable y competitiva.
- Las inversiones cubrirían la renovación de vía, mejoras técnicas para sortear pendientes y limitaciones actuales, electrificación y actualización de estaciones, además de la recuperación de servicios y frecuencias habituales.
- Esta inversión es considerada baja comparada con otras grandes obras ferroviarias y dentro del marco de los fondos europeos disponibles para modernización y sostenibilidad del transporte.
Obras y proyectos específicos
- Actualmente se realiza un proyecto para construir un vial de conexión entre la estación AVE de Cuenca y el centro urbano, con una inversión aprobada de 15,2 millones de euros, que mejora el acceso y la integración del ferrocarril con la ciudad.
- La modernización necesitaría además actualizar la señalización, renovar puentes y túneles, y adaptar la capacidad operativa a las necesidades actuales tanto para mercancías como para pasajeros.
- Los principales retos técnicos incluyen resolver las pendientes elevadas que reducen la carga transportable, con la posible incorporación de tecnologías o soluciones para mejorar la eficiencia y capacidad de carga.
Apoyo institucional y financiación
- El Partido Popular y diversas plataformas sociales y políticas demandan una parte de los fondos europeos dedicados al ferrocarril para esta línea, argumentando su importancia para la lucha contra la despoblación y la vertebración territorial.
- Existe un respaldo creciente a nivel institucional para revocar el cierre de la línea y aprobar las inversiones necesarias para su reapertura y puesta en funcionamiento.
- Se enmarca dentro de iniciativas europeas y nacionales para impulsar la movilidad sostenible, la descarbonización y la recuperación del transporte ferroviario tradicional.
En resumen, se requeriría una inversión estimada cercana a los 280 millones de euros que permitirían renovar y modernizar la línea Madrid-Cuenca-Valencia, complementada con proyectos de mejora urbana y de acceso, financiada en gran parte mediante fondos europeos y apoyada por un consenso social e institucional significativo.
Cómo se distribuirían las inversiones a lo largo de la línea

La distribución de las inversiones para la reapertura y modernización de la línea ferroviaria Madrid-Cuenca-Valencia se enfocaría en varios tramos y aspectos claves para asegurar la viabilidad y eficiencia del corredor.
Tramos principales y enfoque de inversión
- Madrid-Cuenca: Renovación de vía y mejoras técnicas para superar pendientes y limitaciones actuales. Se priorizaría la electrificación y modernización de infraestructuras para garantizar capacidad suficiente para trenes de pasajeros y mercancías. También incluiría mejora en sistemas de señalización y seguridad.
- Cuenca-Valencia: Actualización de infraestructura convencional, reparación de vías, puentes y túneles, así como modernización de estaciones para hacer la ruta más competitiva en tiempos y servicios. Se contempla la mejora de la frecuencia y confort para pasajeros.
- Conexión urbana en Cuenca: Un proyecto específico invierte 15,2 millones de euros para construir un vial que conecte la estación AVE con el centro urbano, mejorando así la integración del tren con la ciudad y facilitando el acceso a los usuarios.
Aspectos técnicos y operativos
- La inversión también incluiría la renovación de señalización y sistemas de control para aumentar la seguridad y permitir una gestión más eficiente del tráfico ferroviario.
- Se destinarían recursos a la implementación de soluciones técnicas para resolver las pendientes elevadas que limitan la capacidad de carga, buscando mejorar la operatividad para mercancías.
- La electrificación y renovación técnica abarcarían los tramos más deteriorados para optimizar velocidades y reducir costes operativos.
Distribución presupuestaria aproximada
- La inversión total estimada cercana a 280 millones de euros se repartiría en dos anualidades. Gran parte se destinaría a la renovación de la infraestructura (vía, señales, puentes), un porcentaje relevante a la electrificación y mejoras tecnológicas, y una cuota a los proyectos urbanos y de estación en Cuenca.
- La distribución concreta dependerá de los estudios técnicos definitivos y la programación de obra que priorice los tramos y cuestiones de mayor rentabilidad social y económica.
Concisamente, la inversión se distribuiría a lo largo de toda la línea, dando prioridad a la renovación y adaptación técnica para pasajeros y mercancías, con un fuerte foco en la conexión urbana de Cuenca, buscando un equilibrio entre modernización, viabilidad económica y mejora de servicios.
¿Verdad que en técnica presupuestaria y administrativa esto no es difícil? Pues entonces, gobernantes implicados y políticos responsables, ¡comprométanse, rehagan los pasos mal dados y pónganse manos a la obra!