- Atenas debe presentar hoy sus propuestas para lograr la aprobación del tercer rescate
- Tsipras acepta tres concesiones importantes para obtener el rescate

Alexis Tsipras, el miércoles en Atenas. / ALKIS KONSTANTINIDIS (REUTERS)
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, y su Gobierno se apresuran a ultimar el paquete de medidas que deben presentar hoy a Bruselas para lograr un tercer rescate y evitar la bancarrota y la salida del euro. En cuestión de horas, deben concretar un plan del que ha trascendido la oferta de elevar los impuestos y reformar las pensiones.
A la espera de la llegada de la propuesta griega, varios líderes europeos han adoptado hoy un tono conciliador en la negociación. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, aseguró que “una propuesta realista de Grecia debe ir acompañada de un plan igualmente realista de sostenibilidad de la deuda por parte de los acreedores”. “En cualquier otro caso, seguiremos con esa danza aletargada de los últimos cinco meses”, dijo Tusk.
Valdis Dombrovskis, vicepresidente de la Comisión Europea, confirmó que "hay cierta disponibilidad para estudiar la cuestión [de la reestructuración]. Descartó una quita, pero admitió la posibilidad de una rebaja de tipos de interés y aplazamiento de fechas de vencimiento.
Incluso Wolfgang Schäuble, el ministro de Finanzas alemán que encarna la posición de máxima dureza frente a Grecia, ha contemplado hoy la posibilidad de aliviar de alguna forma la carga de la deuda helena. Schäuble, cuya popularidad en Alemania se ha disparado gracias a su fama de opositor implacable a cualquier concesión ante el Gobierno de Tsipras, ha insistido en que las normas de la eurozona impiden una quita nominal de la deuda griega. "No puede haber una quita porque infringiría los tratados de la Unión Europea", ha afirmado. Schäuble ha recordado además que Grecia ya se benefició de una quita, pero que esta no sirvió de nada porque el problema del país es la escasa competitividad de su economía. Pero ha dado la razón al Fondo Monetario Internacional en que la actual carga de la deuda no es sostenible. Y deja abierta la posibilidad de rebajar esta a través de alargamiento en los plazos de pago, reducción de los tipos de interés o una moratoria más alargada. La canciller Angela Merkel ha dejado entrever algo parecido esta mañana en Sarajevo, donde descartó una “una quita tradicional”, pero no otras medidas de alivio.
Los llamamientos a una reestructuración de la deuda se extienden en Europa después de que tanto la jefa del FMI, Christina Lagarde, como el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Jack Lew, apoyaran esa idea.
Grecia está preparando su propuesta con los detalles de la petición de rescate que envió ayer a los socios. Las fuentes consultadas en Grecia aseguraron que, una vez esté lista la propuesta, el Tsipras consultará con los grupos políticos griegos, por lo que la recepción del plan se espera para esta noche. Las instituciones anteriormente llamadas troika lo estudiarán mañana, y el Eurogrupo se reunirá el sábado para examinarlo. La prensa griega habla de recortes de unos 12.000 millones de euros en los dos próximos años —frente a los 8.000 millones del plan anterior—, ante la caída en picado del PIB griego, que podría irse hasta el 3% del PIB este año por el corralito, el control de capitales y la sobresaliente incertidumbre, especialmente después de la convocatoria del referéndum, el impago al FMI y el abrupto final del segundo rescate. El economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, confirmó el descalabro de la economía griega, pero se congratuló del escaso contagio que ha tenido esta vez la crisis de Grecia en la periferia de Europa.
La propuesta que presente Tsipras tiene que ser lo suficientemente consistente como para satisfacer a unos acreedores escépticos, pero puede generar resistencias en el ala más izquierdista de Syriza, el partido del primer ministro, y en su socio minoritario de Gobierno,los nacionalistas antieuropeos de derechas Griegos Independientes, después de que el Ejecutivo haya hecho campaña por el no en un referéndum para decidir sobre las medidas que Bruselas imponía para seguir dando ayuda financiera a Grecia. "No queremos un tercer rescate con más austeridad que no genere ninguna expectativa al país", ha dicho ya el ministro de Energía, Panagiotis Lafazanis, del núcleo duro de Syriza, aunque ha precisado que confía en llegar "pronto" a un acuerdo con la UE, informa Reuters.
Con los bancos cerrados y la economía machacada después de dos semanas de corralito, la situación es crítica. El presidente del Bundesbank, Jens Wedmann, recomienda mantener esa restricción de capital hasta que se alcance un acuerdo sobre el rescate. "El Eurosistema no debería incrementar la provisión de liquidez y los controles de capital [corralito] deberían seguir en vigor hasta que se haya acordado por las partes un paquete de ayuda apropiado y la solvencia de los bancos y el Gobierno griego esté garantizada", ha dicho el banquero alemán y miembro del Consejo del BCE.