El Congreso vapulea a Zapatero, que ahora pide «cooperación nacional» ante la crisis
La oposición exige una rectificación de la política económica del Gobierno para llegar a un pacto de Estado
Con medio millón de parados más sobre sus espaldas, desde el último debate sobre la crisis en el Congreso, hace dos meses y medio, el presidente Zapatero acudió ayer por fin al Parlamento para pedir auxilio a todos, «cooperación nacional» lo llamó, que no es otra cosa que apoyo incondicional a sus medidas, y se encontró con un aluvión de críticas, de reproches y de serias advertencias de la mayoría de la Cámara sobre lo que se viene encima de España si no cambia de una vez su política económica. La bronca fue casi tan global como la crisis.
El presidente del Gobierno ha tenido debates mejores en el Congreso. Su primera intervención apenas provocó un tímido aplauso de los diputados socialistas, sólo cuando se refirió a las españolas trabajadoras. El jefe de la oposición, Mariano Rajoy, obtuvo en cambio un respaldo mucho más entusiasta de los suyos, con una buena dosis de sobreactuación en los aplausos.
Los problemas del PP, en boca de todos en los pasillos, no existieron en la tribuna en la primera parte del debate. Zapatero se limitó a hacer una descripción del drama del paro, asegurar que él sabe «bien» lo que significa -«pertenezco a una generación cuya juventud estuvo marcada por el desempleo»-, expresar su «mayor preocupación» y pedir la colaboración de las fuerzas sociales y políticas para salir de este «duro paréntesis» de recesión, que por fin reconoce como tal. Por pedir, incluso pidió ideas, nada de extrañar si se tiene en cuenta que su vicepresidente Solbes admitió que no queda ya margen de maniobra: «Formulo una petición de colaboración dirigida a aunar esfuerzos e ideas ante el apremiante desafío colectivo que tenemos ante nosotros: frenar la destrucción de empleo», afirmó Zapatero.
Más austeridad
La única idea nueva que llevó ayer el jefe del Ejecutivo al Parlamento fue, precisamente, una que ya tuvo el PP hace tres meses, cuando la presentó como enmienda a los Presupuestos Generales del Estado de 2009 y el Grupo Socialista la rechazó sin más. Consiste en reducir el gasto público en 1.500 millones de euros. Se trata, dijo, de un «gran esfuerzo de austeridad con las cuentas públicas», un anunció que se produce tras el escándalo de los lujos del Gobierno autonómico del socialista Emilio Pérez Touriño, publicado por ABC.
No hay discurso de Zapatero en el que se resista a predecir el futuro. Lleva un año equivocándose en sus previsiones, pero no ceja. «Es arriesgado predecir con precisión cuándo empezaremos a ver la luz al final del túnel», reconoció ayer, pero no pudo contenerse: habló de «indicios favorables de salida de la crisis» en la parte final de este año. También insistió en que este año la recesión será del 1,6 por ciento, cuando Solbes sabe, y calla en público, que ese dato será bastante peor.
El llamamiento de Zapatero a la «cooperación nacional», donde incluye a sindicatos, empresarios, Comunidades, ayuntamientos y partidos políticos, obtuvo como respuesta la bronca de la oposición en su conjunto. Mariano Rajoy fue directo al cuerpo a cuerpo y acusó a su adversario de ocultar la realidad, tomar medidas erráticas, despilfarrar el dinero y contribuir a «empeorar la situación». «Usted ha pulverizado la confianza de las familias», le reprochó.
Rajoy le tenía ganas a este debate. Parecía ansioso de hablar de crisis, y no de espías, de corrupción, de investigaciones internas, de traiciones o de dimisiones en su partido. «Usted no reconoce la realidad: la falsea. Teme a la verdad», prosiguió su ataque directo a Zapatero, que pagó los platos rotos de su desahogo. Rajoy incluso reprendió a un sorprendido Zapatero por sonreír en un momento del debate.
Rajoy instó a Zapatero a rectificar su política y su actitud «arrogante». «Cuando se decida a hacerlo, si es que lo hace, llámenos»., concluyó.
Situación «gravísima»
Zapatero ni siquiera se libró de la regañina de los partidos que le salvaron los Presupuestos, el PNV y el BNG, en campaña electoral. Todos coindicidieron en que para alcanzar un pacto de Estado, primero debe rectificar su política el Gobierno. «Señor presidente, la situación es gravísima y aquí no hay nadie que tome decisiones y cuando se toman se ejecutan a cámara lenta», reprochó Josep Antoni Duran Lleida (CiU). Josu Erkoreka (PNV) lamentó la «soberbia y prepotencia» de Zapatero, mientras que Joan Ridao (ERC) cree que el Gobierno «ha perdido la brújula».
En su turno de réplica, Zapatero reiteró su oferta de pacto: «Más allá del conjunto de críticas y adjetivos, me interesa que trabajemos juntos». Dicho esto, dirigió su punto de mira a Rajoy, le pidió «coherencia» por pedir más austeridad y le instó a pedírsela también a los ayuntamientos y comunidades autónomas donde gobierna el PP. En concreto, se refirió a la deuda de Madrid y Valencia.
España cuando Zapatero compareció en el Congreso
ESPAÑA ENTRA EN RECESIÓN
Ya es oficial. Se esperaba, pero el Banco de España certificó hace unos días que la economía española ha cerrado 2008 en recesión tras registrar dos trimestres consecutivos de contracción. Además el FMI y la OCDE auguran que la crisis se extenderá al menos hasta 2010
EN PELIGRO EL SUPERÁVIT DE LA SEGURIDAD SOCIAL
Solo en enero el sistema público de pensiones perdió 350.000 afiliados lo que, según reconoce el Ministerio de Economía, pone en peligro el superávit de la Seguridad Social en este ejercicio. Zapatero sin embargo, presumió ayer del excedente que todavía tiene el sistema.
MEDIO MILLÓN DE PARADOS EN TRES MESES
Cuando el pasado mes de noviembre Zapatero compareció en el Congreso de los Diputados para anunciar su enésimo plan anticrisis España tenía poco más de 2,8 millones de desempleados. Hoy se superan los 3,3 millones. En tres sólo tres meses hay medio millón de parados más.
LOS CRÉDITOS SIGUEN SIN LLEGAR A LAS PYMES
El presidente del Gobierno, después de varias advertencias verbales, se ha vuelto a reunir con los principales banqueros para pedirles que agilicen la concesión de créditos. La banca ha sido tajante: «flaco favor haríamos a la economía si diéramos créditos de forma irresponsable», dijo Botín.
SE TRIPLICAN LAS QUIEBRAS DE EMPRESAS Y FAMILIAS
Durante el año pasado 2.528 empresas y 374 familias se declararon en concurso de acreedores porque no pudieron hacer frente al pago de sus deudas. Estas cifras suponen multiplicar por tres las registradas en 2007 y las perspectivas para este año son peores.