El señor Zapatero es hábil y marrullero, lo que le lleva a aceptar la realidad a regañadientes y a predecir el futuro con una “clarividencia” que ya la quisieran, para ellos, los más afamados economistas de Europa y los Estados Unidos. Choca escuchar al señor Presidente hablar de los augurios de “analistas” y “expertos” a cerca del final de la crisis que, al parecer y, vayan ustedes a saber en base de que datos y utópicas circunstancias, afirman que la crisis (ésta que, cada vez, se hace más imprevisible y destructiva) va a remitir para finales del corriente 2009. Si no fuera porque ya estamos acostumbrados a su particular estilo, si todavía mantuviéramos virgen su confianza en él o si no nos hubiera engañado tantas veces a lo largo del tiempo que lleva al frente del Gobierno; cualquiera pudiera pensar que era cierto lo de los “predictores” y que España, con sólo aguantar unos meses más, estaría a salvo de la recesión que con tanta fuerza estamos padeciendo.
Resulta insultante para los ciudadanos que, el responsable de gran parte de los problemas que nos está acuciando; que dejó transcurrir casi un año antes de admitir que estábamos en crisis y que ha sido incapaz de pergeñar un plan coherente y efectivo para paliar los efectos de la misma, se atreva a reírse, sentado en su estrado del Parlamento, cuando el señor jefe de la oposición le echa en cara su nefasta actuación y su incomprensible negligencia e incapacidad para tomar las medidas adecuadas destinadas a atacar la raíz de la recesión, en lugar de esmerarse en buscar solución a sus efectos lo que, como es fácil de colegir, no nos lleva nada más que a postergar los deletéreos efectos de este caos económico que, a pesar del optimismo de ZP, nos está afectando con más virulencia que al resto de las naciones. Parece ser que no se ha enterado de que, en Europa, ya nos ven como los apestados y que la denominación de PICS, cerdos en inglés, ya se está haciendo tristemente popular. Portugal, Irlanda Grecia y España ya están en el punto de mira de muchas naciones que han empezado a pensar que, estas naciones, son una carga demasiado gravosa para mantenernos en el seno de la UE y parece que comienzan a plantearse el que, nuestra mala situación, no hace nada más que perjudicar a la moneda común, el euro. Lo que empezó como un rumor, una simple anécdota cada día que pasa va adquiriendo cuerpo y puede que acabe en un mal sueño para España..
El risueño señor ZP debería preocuparse más, ya que parece que el señor Solbes no lo hace, de las advertencias que nos llegan desde Bruselas sobre la necesidad de atenernos al Pacto de Estabilidad y Crecimiento que fija un máximo del 3% del PIB para el déficit nacional. Y no es que nos excedamos en un 0’9% como parece que ocurre en la actualidad, sino que las perspectivas de déficit público que se contemplan para este año 2009 es de que aumente al 6’2%. Vistas así las cosas, resulta chocante que el señor ZP intente, por enésima vez, hacernos comulgar con ruedas de molino. Los 1.500 millones de euros que va detraer del gasto corriente no son más que un aperitivo de lo que tendrá que venir después y, por supuesto, una gota en el océano de lo que está necesitando la economía española. Si sólo las autonomías ya tienen una deuda que supera los 76.000 millones de euros; la Seguridad Social ha perdido en un año 1.300.000 cotizantes y las perspectivas de la recaudación por impuestos, como el de Sociedades o el IVA, van claramente a la baja, debido a la falta de beneficios registrados en la mayoría de empresas del país; es evidente que la única fuente que le va a quedar al Estado para atender los compromisos sociales que, con tanta vehemencia parece que defiende el señor Zapatero, será agarrarse al endeudamiento. Lo que sucede es que los analistas internacionales han empezado a desconfiar del rating de nuestra deuda y hemos pasado de la triple A a la doble A, y que S&P se ha decantado por rebajar la credibilidad y solvencia de España, y, al parecer, los inversores europeos se inclinan más por la deuda alemana que, con menos interés, les resulta más fiable. En definitiva, una situación complicada para nuestro sonriente Presidente que, tarde o temprano, va a tener que afrontar con todas sus consecuencias. Pero él sigue en sus trece y, lo peor del caso, es que las posibilidades de emprender otro camino que no sea el mayor endeudamiento, ya puede ser que hayan dejado de ser viables debido a que, la rebaja de impuestos, cuando estos ya se ha rebajado por sí mismos a causa de las pérdidas de las empresas, de todas ellas, incluido el turismo, ya hacen inútil el que se disminuya la presión fiscal sobre los ciudadanos.
Es evidente que el recurso a apelar al apoyo del resto de partidos, especialmente del PP, no tiene sentido cuando, sólo hace tres meses, se le ofreció hacer exactamente igual de lo que acaba de proponer (rebajar los gastos corrientes del Estado en 1500 millones de euros) y entonces, por venir de la oposición, se negaron a aceptarlo y vean ustedes como, ahora, se atreven a presentarlo como una idea suya. No pueden pedir unidad nacional ni apoyo incondicional a la acción del Ejecutivo, cuando se ha demostrado ser nefasta para la economía y, desde el momento en el que, el apoyo que reclaman, es para seguir practicando la misma política errónea, utilizada por el PSOE que nos ha conducido a la situación actual; sin que den la sensación de estar dispuestos a rectificar y tomar otro camino para conseguir impulsar a las empresas, no con ayudas esporádicas o con sinapismos de efectos transitorios, sino apoyándolas para ayudarlas a reflotar con políticas de estímulo a las inversiones y de flexibilización de plantillas así como de contención de salarios de aquellos, funcionarios o no, que tienen la suerte de trabajar, en solidaridad con aquellos que no han tenido tanta fortuna. Lo que no puede pretender ZP, cuando está con el agua hasta el cuello, es que desde el PP se le lance una soga para sacarlo a flote y, encima, tenga que renunciar a los postulados que tan buen resultado le dieron cuando el señor Aznar sacó a España de la crisis económica en la que la dejó el gobierno corrupto del señor González.
El tiempo para rectificar se está consumiendo a pasos agigantados y la persistencia de la terquedad del señor Rodríguez Zapatero, empecinado en poner en práctica sus engaños para sacar réditos electorales, parece que ha llegado a su fin; lo que le pone en la tesitura de aceptar la realidad, descabalgarse del macho y ponerse las pilas situando al frente de la economía a personas más solventes, a técnicos menos contaminados por las ideas socialistas y, en consecuencia, tome el camino de la sensatez y del respeto por los ciudadanos españoles, si es que hay tiempo para ello, en un último intento para buscarle una salida airosa a este “fregado” en el que nos ha metido. O esto o convocar elecciones generales para que el pueblo español decida si prefiere continuar la senda por la que nos lleva el PSOE o, por el contrario, prefiere que sean otros quienes intenten sacar a España de la situación a la que nos han llevado los experimentos del Ejecutivo del señor ZP. En uno u otro caso es imprescindible que se tomen medidas drásticas si es que queremos salvar algo de las ruinas de España.
Miguel Massanet Bosch