La recuperación de la Xunta por el PP salvaría el cuestionado liderazgo de Mariano Rajoy
Madrid / Oviedo, Agencias / F. G. (Publicado en La Nueva España, aquí)
Más de 2,6 millones de gallegos y 1,8 millones de vascos están llamados a elegir hoy a sus representantes autonómicos en unos comicios que se presentan más reñidos que nunca y con unos resultados tan inciertos que incluso podrían provocar un vuelco político en las dos comunidades.
La histórica ausencia de listas pro etarras deja abiertas muchas posibilidades a los pactos de gobierno en Euskadi, donde por primera vez puede haber un lendakari no nacionalista, mientras que en Galicia el PP sueña con alcanzar los 38 escaños de la mayoría absoluta que le permitirían volver a la Xunta a costa del bipartito de bloqueiros y socialistas.
El hecho de que las encuestas hayan coincidido en anticipar un desenlace muy ajustado convierte a los indecisos en determinantes, sobre todo en Galicia, donde los resultados de esta noche tendrán consecuencias políticas tanto para Mariano Rajoy como para José Luis Rodríguez Zapatero.
El presidente nacional de los populares echó el resto durante la campaña en busca de una victoria en su tierra que le permita sortear la crisis interna y poner a buen recaudo un liderazgo que, en caso de derrota, se convertirá en objetivo a batir por los sectores hostiles de un PP salpicado por una presunta trama de corrupción en Madrid y Valencia.
Otro tanto ha tenido que hacer Zapatero, quien acudió en ayuda de su candidato, Emilio Pérez Touriño, ante los sondeos diarios («tracking») que, al cierre de campaña, registraron una recuperación del PP situándole a un paso de recuperar la mayoría absoluta. Y todo ello en un escenario de elevada abstención entre los jóvenes y los trabajadores en el área industrial de Vigo.
Una derrota socialista hoy en Galicia será percibida como un cambio de ciclo para un Zapatero que podría verse forzado a cambiar su hoja de ruta para hacer una amplia crisis de gobierno antes de las elecciones europeas de junio. Los «tracking» parece que corrigen el pronóstico del Centro de Investigaciones Sociológicas, que al inicio de la campaña vaticinaba la reedición del bipartito PSOE-BNG, al dar al PP 35 o 36 escaños (frente a los 37 que tenía) frente a los socialistas de Touriño, que subían de 25 a 27.
El artífice de ese cambio es el candidato popular, Alberto Núñez Feijoo, quien ha conseguido que en los bares los gallegos hablen de los gastos de Touriño en su despacho y en su coche oficial, así como de la foto de su socio Quintana en el yate del constructor Jacinto Rey, beneficiarios de contratos de la Xunta.
En el caso de Euskadi, los vascos deciden hoy en un nuevo escenario político: por primera vez en 30 años no concurre a las urnas candidatura proetarra. El tripartito de Ibarretxe podría alejarse de la mayoría absoluta con un alza muy significativa de los socialistas.
El panorama podría cambiar esta noche de forma histórica a favor del PSE, que sólo pevé el escenario de la victoria de su candidato y el desalojo del PNV de Ajuria Enea convirtiéndose así Patxi López en el primer lendakari no nacionalista. Además, sería la primera vez que el Gobierno vasco dejaría de estar controlado por el PNV. El PSE ya venció en 1986, cuando logró dos escaños más que los nacionalistas, pero acabó cediendo el gobierno al PNV.
Ahora se apuesta claramente por un lendakari socialista. Pero como ningún partido está en disposición de alcanzar la mayoría absoluta, todos trabajan con el convencimiento de que las alianzas serán básicas, incluso aunque no culminen en pactos de gobierno estables y se limiten a forjar apoyos puntuales a un Ejecutivo en minoría, sea del color que sea. López dijo que no gobernará ni con el PP ni con el PNV. El CIS daba a los peneuvistas 26-27 escaños frente a los 29 actuales y el PSE pasaría hoy de 18 a 26, lo que con el PP le daría mayoría absoluta. En cualquier caso, incertidumbre en Euskadi.