LORENA GIL| BILBAO |
(Publicado en elcorreodigital.com,ver aquí)
Exultante. Rosa Díez no puede ni quiere ocultar su satisfacción por los resultados obtenidos por Unión, Progreso y Democracia (UPD) el domingo. «Fue una noche larga y muy interesante», describía ayer con una sonrisa en el rostro. Su partido se estrenará en el Parlamento vasco con un escaño por Álava y, a falta del recuento del voto de los vascos en el extranjero, figura como la llave para un Gobierno no nacionalista. Condición que perderá si el PSE logra como parece el vigesimoquinto representante a costa de EA. Díez anuncia que su teléfono está abierto, aunque asegura que el objetivo de UPD no es entrar en el Ejecutivo de Vitoria. Insiste en que apuesta por un cambio de política que no sólo se centre en desbancar al PNV, sino que conlleve un Gobierno constitucionalista.
-La primera vez que se presentan a unas elecciones autonómicas y obtienen un escaño. Ha sido llegar y besar el santo.
-Ha sido un escaño, más que esperado, buscado. De entrar a quedarte fuera cambia todo. Ahora tenemos una voz y la posibilidad de hacer política en el sitio en el que se hacen las leyes y se exponen las opiniones de los ciudadanos. Para nosotros es muy importante. Y Gorka (Maneiro) va a ser la sorpresa. Es un altruista y un romántico de la política con una preparación enorme.
-UPD abandera la crítica sin complejos. ¿Cree que ésa ha sido la clave de sus buenos resultados?
-La gente ha premiado la sinceridad. Nosotros no somos políticamente correctos, hablamos para que la gente nos entienda. Abrimos una ventana, sin complejos y sin cálculos. Hay que romper los tabúes porque no hay nada de lo que no se pueda discutir. Ahora estoy segura de que se hablará de cosas en el Parlamento que nunca se habían tocado.
-¿Qué llevarán ustedes a la Cámara de Vitoria?
-La entrada del partido es la prueba de que había más necesidad de libertad que dificultades. Aquí hace falta autonomía personal, no más Estatuto. Poder decir las cosas que uno piensa sin miedo a que te marginen o te califiquen de mejor o peor vasco.
-El escaño que ocupará Gorka Maneiro vale, por ahora, su precio en oro. Como usted misma declaró, UPD es hoy la clave matemática para un Gobierno no nacionalista.
-Se da el caso de que somos la clave matemática pero también somos fundamentales desde el punto de vista político. Lo hemos demostrado en Madrid. Allí obligamos a todos a retratarse permanentemente y, en Euskadi, este tema va a adquirir una dimensión mayor.
-A falta del recuento del voto por correo, ¿son conscientes de que el escenario cambiaría por completo si el PSE logra los 25 escaños?
-A nosotros nos da igual. Vamos a trabajar con la misma responsabilidad para con los ciudadanos tanto si tenemos la llave como si no. Desde dentro del Parlamento se pueden cambiar muchas cosas, aunque estés en la oposición. Nuestro precio es político.
-¿No buscarían entonces entrar en el Ejecutivo de Vitoria?
-Ya hemos advertido que no queremos consejerías, sino un cambio en y de la política con mayúsculas. Entrar en el Gobierno vasco no nos interesa ni con llave ni sin ella.
-Patxi López dijo el domingo que estaba dispuesto a liderar el cambio en Euskadi. Después de acusarle durante la campaña electoral de «travestirse» de nacionalista, ¿cree que es posible ese nuevo capítulo venga de su mano?
-Primero habrá que ver qué es lo que él considera cambio. Ahora le toca retratarse. Después, nosotros haremos lo propio sin engaños. Yo tengo el teléfono abierto, pero no me corresponde tomar la iniciativa.
-De no alcanzar un acuerdo con el PP y su partido, ¿ven al PSE acercándose al PNV, pese a que ello significara perder la Lehendakaritza?
-Me imagino que si puede ser lehendakari no renunciará tan fácil, pero yo no sé qué piensan los socialistas.
-Usted ya advirtió en su día que no le dará un cheque en blanco a nadie.
-Al igual que los ciudadanos no nos dieron un cheque en blanco al votarnos, nosotros no vamos a hacer lo mismo con Patxi López.
-¿Cuál sería su primera exigencia para brindarle el apoyo a López en la investidura?
-Nada más allá que un cambio de política que no se quede simplemente en desbancar al PNV. De lo contrario, nos cargaríamos la alternativa en un momento histórico. Nos referimos, entre otras claves, a un cambio de la política antiterrorista y la educativa. En Euskadi hay una raya, la que separa a demócratas y terroristas. Por eso, cualquier alianza entre demócratas no debe considerarse un frente, aunque los nacionalistas lo piensen así.
-Cuando defienden la necesidad de un Gobierno constitucionalista, ¿a qué se refieren exactamente?
-A reivindicar la Constitución del 78. No se necesita ni cabe más Estatuto, lo que hay que hacer es garantizar la igualdad de todos los ciudadanos. La Constitución no tiene color, ni es de izquierdas ni de derechas.
-Si algo ha caracterizado también estos comicios autonómicos ha sido el revés que han sufrido formaciones como EA y EB. ¿Cómo valoraría el bajón que han experimentado?
-El PNV ha fagocitado a sus socios y ha demostrado la fuerza que tiene. La gente ha optado por el voto útil y les ha perjudicado.
-Uno de los resultados que más ha llamado la atención es que Madrazo no ha obtenido el acta de parlamentario, después de ocho años de gobiernos con el PNV.
-Es el proceso que está viviendo IU en toda España, lo que ocurre es que aquí ha tardado algo más en llegar. Se están topando con una ausencia de espacio político. La gente no entiende lo que son ni lo que quieren ser. Están en un proceso de desaparición.
-El contrapunto de la jornada lo puso, sin duda, Aralar.
-Me parece muy positivo que se haya llevado votos de Batasuna porque, a diferencia de éstos, ellos apuestan por la independencia pero rechazan cualquier tipo de violencia. Son la prueba de que aquí no se ilegalizan ideas, como critican algunos.