Superadas con éxito total las dificultades que motivaron el cierre temporal de este blog, y cumplidos asimismo todos los objetivos que incidieron en la suspensión de él, a partir de hoy se reanuda la publicación del mismo, conforme a la filosofía y la metodología que desde 2005 vienen dándole significación y componiendo su extensísimo material. Bastante de éste se ha utilizado para escribir la obra Contexto sociopolítico y progreso de Cuenca, que está buscando ya editorial para verse publicada en papel.
Sólo han tenido la oportunidad de acceder a ella dos de mis mejores amigos, compañeros además en la Universidad, a los cuales les ha parecido “valiente” y “fuerte”, entre otras cosas, claro, pues tras ella hay un serio y comprometido trabajo, que espero pueda ver la luz cuanto antes, para que Cuenca enderece su camino y acerque a sus habitantes al siglo XXI, sin los traspiés que su endeble clase política ni ha sabido ni es capaz de encaminar en las últimas décadas.
El significado de lo moderno es distinto cuando se da a este concepto el sentido de una categoría del progreso social. En este caso, la atractiva resonancia de su significación cronológica, útil para acumular un conocimiento erudito de formas de vida y comparar expresiones culturales del pasado, se pierde como un eco en la distancia. En su lugar surge una realidad que se construye con el formidable concurso de nuevas fuerzas históricas que cambian la base económica de la sociedad, modifican la estructura social, crean distintas formas de organización política, generan nuevas ideologías y utilizan la ciencia y la técnica para satisfacer crecientes necesidades de diverso tipo con el fin consciente de acelerar la evolución social. Esta nueva realidad se llama sociedad moderna, que posee unos rasgos comunes; por sus componentes materiales y por sus niveles de desarrollo genera tipos similares entre sí, pero no idénticos, puesto que sus diferencias son notorias por sus sistemas de vida, por los regímenes socioeconómicos en que se sustentan y por los proyectos históricos que aspiran a consolidar o establecer.
Los innumerables cambios que ocurren en una sociedad para que ésta se convierta en moderna constituyen lo que se llama proceso de modernización. En la época actual, es la tendencia global que siguen todas las sociedades del mundo y puede afirmarse, casi con absoluta certeza, que no hay país que se sustraiga de esta corriente. En este ensayo se han analizado extensamente los componentes políticos esenciales de dicho proceso en Cuenca, situada como decimos en las escalinatas de la sociedad moderna. Ubicados en este anfiteatro, después de todos los capítulos vistos, puede afirmarse que la lucha por lograr la modernización de la sociedad conquense es el empeño fundamental de la época actual y se ha convertido en la aspiración dominante de sus gentes, en un “tipo especial de esperanza”. Viéndolo así, a lo largo de más de 300 páginas se llama a las cosas por su nombre y sin ningún miedo, e igualmente se retratan a los políticos y empresarios que frenan el progreso y el desarrollo de esta provincia, analizándose las causas y proponiéndose las soluciones para sacar a esta tierra de la crisis general que la recesión de 2009, si no se ponen los remedios y las soluciones convenientes, causarán en Cuenca un daño mayor que el padecido por el conjunto español.
Así que, consciente de esto último, he dejado en dicho ensayo decenas de páginas de todo este contexto autónomo, a la vez que interrelacionado, de Cuenca dentro del “esqueleto general” del Estado español en el momento presente. A tal efecto, han sido sintetizadas las principales vías a través de las cuales se puede armonizar el progreso socioeconómico conquense. Para lo cual he entrado en un novedoso modelo de tercera modernización o de apuesta por un modelo productivo sostenible, que en su aparición no es producto del liderazgo mediático de los dos partidos mayoritarios, el PSOE o el PP. Esencialmente porque no ha sido elaborado en exclusividad por ningún think tank de tales partidos, aunque incorpora en algunos casos los mismos estratos de fuerte impacto mediático y renovada apuesta por las nuevas tecnologías.
En el epílogo de la obra queda resumida esa circunstancia con pleno detalle y fundamento. Por eso, ahora, cuando hablo de progreso y he podido palpar la incompetencia de ambos partidos durante la campaña electoral del próximo 7 de junio, tengo necesidad de sumarme a Albert Boadella, y pedir con éste el voto para el partido que, con menos medios, pero con mejor discurso político y superiores soluciones económicas, más modernidad y respeto por los ciudadanos de este país ha puesto en evidencia: UPyD.
Juan Andrés Buedo