Un agente forestal salva la vida a un maquinista en un incendio en Cuenca
(Publicado en ABC, aquí)
Antonio Sáncho Buil, coordinador de los agentes medioambientales de la provincia de Cuenca, salvó anoche de las llamas a un maquinista de Tragsa mientras participaban en la extinción del incendio de Poyatos y ambos tuvieron que ser hospitalizados por inhalación. El héroe en cuestión, que no ha querido hacer declaraciones a los medios, ya ha sido dado de alta junto al trabajador de Tragsa. Según ha podido saber Abc.es, Antonio Sancho tiene unos 45 años y ha querido permanecer en el anonimato, de hecho, ni siquiera se ha prestado a fotografiarse junto al presidente Barreda.
El maquinista a quien salvó del fuego se llama Carlos González, que tampoco ha querido hacer declaraciones.
El maquinista a quien salvó del fuego se llama Carlos González, que tampoco ha querido hacer declaraciones.
Este dato lo ha revelado hoy el presidente regional, José María Barreda, en una rueda de prensa ofrecida desde Cuenca, adonde anoche se desplazó para visitar a los desalojados de los campamentos de la Serranía de Cuenca, donde se declararon cuatro incendios, el más grave de los cuales, que fue intencionado, afecta al corazón de la Serranía de Cuenca en el término de Poyatos.
Barreda ha agradecido al coordinador de los agentes forestales de la provincia de Cuenca que haya salvado de la muerte al maquinista atrapado entre las llamas y que puso en serio peligro su vida.
El presidente indicó que este comportamiento no es una excepción sino que es generalizado en todas al personas que trabajan en los incendios que está habiendo en Castilla-La Mancha y en España. Ayer hubo en la región veinticinco incendios forestales en los que trabajaron unas 800 personas.
De los cuatro incendios de la Serranía de Cuenca, dos de ellos, el de Cañete y Buenache de la Sierra, están controlados, mientras que siguen activos los de Uña y Poyatos.
Según el consejero de Agricultura y Desarrollo Rural, José Luis Martínez Guijarro, en Cañete han ardido unas 300 hectáreas de superficie arbolada y en Buenache, cien hectáreas. En el incendio de Cañete, que se controló a las 02:45 horas, siguen trabajando 72 personas en las labores de extinción, mientras que en el de Buenache de la Sierra, que se ha controlado a las 07:15 horas de la mañana están haciendo estas tareas 67 personas.
A su vez, hay 58 personas trabajando para tratar de controlar el incendio de Uña, que se inició a las 18:00 horas de la tarde de ayer y tiene dos focos en los montes de Mojón Blanco y Coronillas. La mayor parte de los efectivos se concentran en el incendio de Poyatos, el más grave de los que se declararon en la tarde de ayer en la Serranía de Cuenca, en el que están trabajando 265 personas en las tareas de control y extinción, entre los que figuran 84 integrantes de la Unidad Militar de Emergencias (UME).
Según ha indicado Barreda, el fuego fue provocado por un pirómano y está quemando el corazón de la serranía de Cuenca. «
También hay en la zona un importante dispositivo de medios aéreos de la Junta de Comunidades, Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MIMAM) y Comunidad de Madrid, integrado por seis aviones de carga en tierra, cuatro helicópteros, cuatro aviones anfibios, dos helicópteros bombaderos Kamov y un avión de coordinación.
Martínez Guijarro ha indicado que las previsiones meteorológicas apuntan a que el viento y las temperaturas van a aumentar a lo largo del día, por lo que los esfuerzos están dirigidos a intentar perimetrar los dos incendios activos antes de que se produzcan las mayores rachas de viento hacia las 14 horas. Ha añadido que a lo largo de la noche los esfuerzos se han centrado en perimetrar el frente norte del incendio de Poyatos, que es el que iba en dirección a Vega del Codorno, en el que las máquinas han podido hacer un cortafuegos.
Hay otro frente en el flanco sur que presenta más complicaciones, en el que sólo están trabajando retenes terrestres porque la maquinaria no puede acceder por lo escarpado del terreno, ha señalado Martínez Guijarro, quien ha aseverado que "estamos hablando de una de las zonas más delicadas desde el punto de vista ambiental de la región". En esta zona sur los medios aéreos están haciendo descargas para intentar que las llamas no suban a las copas.
En este sentido, Martínez Guijarro ha comentado que esta mañana los técnicos han asegurado que es la primera vez que ven un incendio de copas en este tipo de árboles en la Serranía de Cuenca, Se trata de técnicos "que llevan varias decenas de años trabajando en la Serranía" y que es la primera vez que ven un incendio de copas en el pino silvestre, que es el que hay en la zona, lo que a juicio de los propios técnicos "es una prueba de que el cambio climático está en las puertas de nuestras casas", ha aseverado Martínez Guijarro.
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«No soy un héroe. Mañana volveré al trabajo»
(Publicado en ABC, aquí)
Antonio Sáncho Buil, el coordinador de los agentes medioambientales de la provincia de Cuenca que salvó anoche de las llamas a un maquinista de Tragsa mientras participaban en la extinción del incendio de Poyatos no quiere que le llamen “héroe”. En declaraciones a ABC ha dicho que ayer hizo “lo que hubiera hecho cualquier persona” en su lugar. Sin embargo, la realidad es que a Carlos González, el maquinista de Tragsa al que libró del fuego, nunca se le olvidará lo que han hecho por él.
Ambos estaban trabajando con tareas de cortafuegos en la ladera de Poyatos (Cuenca), junto al río Escabas, en una zona muy complicada. Algo le pasó a la máquina de cadenas que portaba el operario que “se desplazó y se quedó colgada”, ha relatado Antonio, parco en palabras. Aunque reticente a hablar con los medios, no dudó en poner en peligro su vida para salvarlo de entre las llamas.
El fuego y el humo les pilló tan cerca que ambos se quedaron sin oxígeno y tuvieron que ser hospitalizados durante unas horas en el Hospital Virgen de la Luz de Cuenca. “Una pequeña intoxicación”, relata restando importancia a la magnitud de su hazaña. “Estoy perfectamente, estoy descansado. Mañana volveré al incendio”. Para Antonio Sancho, “estas cosas pasan”. Lo dice desde la experiencia. Lleva diez años como coordinador de los agentes medioambientales de la provincia de Cuenca aunque hace veintiséis que trabaja en esto. A sus 45 años, en lo que único en que piensa hoy es en volver mañana al trabajo.
Entre tanto, la Serranía de Cuenca sigue ardiendo. El viento está dificultando las labores de extinción en los dos incendios forestales que se iniciaron en la tarde de ayer en los términos municipales de Poyatos y de Uña. Ambos están todavía sin controlar, a pesar de que trabajan más de 300 personas, según han informado a ABC fuentes de la Consejería de Agricultura y Desarrollo Rural.
La peor parte se la está llevando Poyatos. Hasta allí se han desplazado varias decenas de efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) e incluso ha tenido que participar el "Supertanker", un Boeing 747 presentado ayer en el Aeropuerto de Ciudad Real que tiene capacidad para cargar 76.000 litros de agua.
Todavía se desconoce la superficie afectada, sobre todo pinar, y se sigue buscando al autor del fuego. Según todos los indicios fue provocado porque a lo largo de la tarde aparecieron hasta diez focos distintos. “Decían que el mal nacido en cuestión conoce el campo, conoce la zona y sabía lo que hacía y quería hacer daño", ha dicho hoy en Cuenca el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda.