Brotes verdes como el trigo verde y el verde, verde limón, cantó la vicepresidenta Salgado. La Encuesta de Población Activa, más fiable al decir de los expertos nos dice que en el 2º trimestre los parados han aumentado en 126.700 y que a finales de junio eran casi medio millón más de los citados en el párrafo anterior: 4.137.500.
El presidente del Gobierno ha comentado que la subida del paro:
"ha sido mucho más moderada y supone una desaceleración intensa en la destrucción de empleo".
"Una desaceleración intensa", mmm…(que diría Almudena Grandes) exactamente la misma expresión que usó hace algo más de un año para decir que a esto no se le podía llamar crisis (dentro video).
La prensa amiga arrima el hombro: "A mejor, pero muy poco". No hace falta ser Krugman para llegar a la conclusión de que si este trimestre tenemos 126.700 parados más no vamos a mejor, salvo que nos empeñemos en meter la desaceleración del aumento del paro entre los misterios gloriosos del rosario. El título ya anuncia un optimismo muy cauto y el texto aún más:
"Ahora bien, aunque se modere la destrucción de empleo y el paro empiece a desacelerarse -ayudado por un descenso de la población activa-, el problema es la elevada probabilidad de que en septiembre u octubre se produzca un repunte estacional que empujará la tasa de paro hasta las fronteras del 19%."
Cuando el paro deje de aumentar, la situación no habrá mejorado. El drama de los 4.137.500 parados es más grave cada mes que pasa; no es una tragedia puntual, sino continua. Por otra parte, ¿por qué el editorialista considera que el repunte del paro en septiembre será estacional y no considera lo mismo de la desaceleración? Misterios gozosos de la interpretación de las cifras, aunque no parece que el aumento del paro en septiembre vaya a deberse sólo ni principalmente al fin de los contratos de la hostelería.
En otro orden de cosas, les supongo informados de que la frágil barca del Acuerdo Social, pilotada por la voluntariosa mano del presidente del Gobierno, se estrelló contra la vida cotidiana. El piloto echó la culpa a la patronal y dijo sentirse decepcionado, a lo que Gerardo Díaz Ferrán, presidente de la CEOE, ha replicado:
He aquí otro misterio gozoso: ¿Por qué?