A veces nos preguntamos si aquellos que llevan las riendas de la nación, que debieran acumular la sensatez precisa que se les puede exigir a quienes gobiernan, con independencia de sus ideas políticas, sus responsabilidades hacia el partido político al que pertenecen o sus simpatías particulares hacia personas, comunidades o etnias; responden, en la práctica, a la confianza que la mayor parte del pueblo español, representada por una mayoría alcanzada en las urnas, ha depositado en ellos. Muchos pensamos que, una gran parte de las decepciones que nos proporciona la clase política se debe a que, un determinado ideario o posicionamiento sostenido por cada partido político que, desde un punto de vistas abstracto, teórico y enmarcado en un determinado orden de las ideas, concuerda con la manera de pensar de una parte de la ciudadanía; a la hora de la verdad y debido a un sistema electoral deficiente, basado en un procedimiento de listas cerradas, da por resultado que, al elector, se le priva del derecho a elegir a aquellas personas que, dentro de un partido determinado, le resultan más próximas y de más confianza, por sus cualidades particulares, preparación, conocimiento de los problemas específicos que le preocupan y sentido del deber, que otros incluidos en las listas cerradas, le parece que no reúnen y, sin embargo, hay que aceptar como buenos a la hora de emitir el voto.
Me refiero, en este comentario, al viraje que el PSOE, y en particular sus dirigentes, han imprimido a la política exterior española y a la falta de visión con la que se han adoptado determinadas posiciones, se han suscrito ciertas alianzas o se han buscado, innecesariamente, a pulso y con empeño, las enemistades de antiguos aliados. Ni que decir tiene que, de la postura de España en el concierto mundial durante las dos legislaturas en la que presidió el gobierno el señor Aznar, a la situación actual, en la que tenemos el dudoso honor de estar calificados, en muchos aspectos, dentro de los países peor gestionados de Europa (economía, educación, productividad, paro, gestión de la crisis y posibilidades de salir de ella, etc.) la imagen de nuestro país ha ido deteriorándose dentro del contexto de naciones, especialmente las europeas, hasta quedar confinados a una nación de segunda línea que, en muchos aspectos, por ejemplo el paro y el excesivo endeudamiento, somos mirados como un peligro potencial para la estabilidad europea.
Debemos recordar como España se posicionó, no hace mucho tiempo, cuando el Estado israelí inició una ofensiva contra Hamas después de haber soportado las continuas provocaciones de la banda terrorista y sus bombardeos con cohetes de medio alcance; y, por simple sectarismo político, se decantó a favor de los terroristas palestinos, obviando que sus objetivos y métodos sangrientos coinciden en sus procedimientos sangrientos y ferocidad fanática con los que, en nuestro país, utiliza la propia ETA – convine resaltar que ambas bandas armadas se entrenaron para sus fechorías en campamentos situados en el Irán de los ayotalás – a la que, no obstante, se la persigue y se intenta la destruir para que no continúe cobrándose más víctimas. Se deberá tener en cuenta que, así como se hizo con ETA, Hamas ha sido condenada como banda terrorista por
Del fracaso e ineficacia de estas tropas de interposición dan fe los últimos informes sobre el rearme de los islamistas de Hezbolá, en los que se constata que la banda terrorista está perfectamente pertrechada (Irán es su principal proveedora de armamento sofisticado) y se le calcula un arsenal de 40.000 cohetes, entre ellos una nueva versión del cohete iraní Fateh-100 que, con una carga de 500 kilos tiene un alcance de
Seguramente el “avispado” ZP, con su famosa “Alianza de Civilizaciones” se olvidó de incluir a Siria e Irán en ella, para que dejaran en paz a la nación hebrea. Recordemos que ésta fue constituida en 1947 bajo los auspicios y protección de
Miguel Massanet Bosch